Chile | Español | Nummer 583 - Januar 2023 | Politik

„MEDIDAS POPULISTAS HUBIERAN LOGRADO DAR VUELTA EL RESULTADO”

Tres meses después del plebiscito en Chile, tres personas involucradas en la campaña para una nueva constitución reflejan sobre sus oportunidades y errores

El 4 de septiembre, el 62 por ciento de los votantes chilenos rechazaron la propuesta para una nueva Constitución. Las explicaciones para la victoria de la campaña del Rechazo se centran en los fake news, los pocos recursos de la campaña de aprobación y la concentración de los medios de comunicación en manos privadas. En una serie de entrevistas, LN quieren analizar las opciones que una campaña de izquierda tiene de ganar en tiempos de fake news. En la primera entrevista, la ex delegada de la Convención Elisa Giustinianovich, la diputada Viviana Delgado y la concejala Alejandra Salinas cuentan sobre su trabajo durante la campaña.

Entrevista: Kiva Drexel, Martin Schäfer & Susanne Brust

Viviana Delgado, Alejandra Salinas y Elisa Giustinianovich (Foto: Susanne Brust)

¿Cómo percibieron la campaña en sus respectivos puestos? ¿En qué consistía su trabajo diario?

Elisa: Yo fui parte de la campaña “Apruebo Nueva Constitución” de los movimientos sociales. En el proceso de revuelta desde el 2019 en adelante ha habido un significativo empoderamiento de estos movimientos . Por eso se tomó la decisión de generar un comando de movimientos sociales para la campaña y no quedar nuevamente subyugado o al alero de los partidos.
Ahí inscribimos el Comando de Movimientos Sociales con más de 100 organizaciones de diversa índole y a través de ese comando se impulsó por una parte la tremenda tarea – para organizaciones que son autogestionadas, que no tienen recursos ni nada – de participar en la franja. Por otra parte, también hubo que diseñar y pensar la estrategia conjuntamente desde este espacio de articulación, y lo que tiene que ver con el levantamiento del material gráfico, el contenido de la propaganda. Fue súper interesante porque la forma en que nosotras a través de ese comando plasmamos los mensajes o el contenido del texto en los volantes, fue la propaganda mejor recibía por parte de la población.

Viviana: Como estamos en cargos público, la derecha se encargó de vigilar hasta nuestras redes sociales para que no hiciéramos campaña. En cargos públicos, uno en Chile no puede ser partidista (durante sus horas laborales, nota de redacción). Pero igual salimos a la calle, ¿sabes dónde nos fuimos? Fuimos a meternos a las villas malas. A esas a que nadie quería ir por temor. Ahí anduvimos metidas puerta a puerta, porque sentimos que eso deja mucho. Porque si alguien tiene duda, tú se lo aclaras con la constitución en mano y de hecho aclaramos muchas dudas que eran mentiras.

¿Cómo fueron recibidos durante su trabajo puerta a puerta?

Viviana: Cuando ellos abrían la puerta y los alrededores estaban llenos de basura, el agua verde podrida fuera de sus casas y se notaban las malas condiciones de vida, nos decían: “¿Qué saco yo con tener una nueva Constitución, si esta es la vida que me da el gobierno? ¿Esto es lo que hace mi alcalde también por mí?” Hubo muchos vecinos con una desesperanza enorme. O sea, los gobernantes hicieron las cosas tan mal que la gente ya no cree en nada si no tiene algo tangible que pueda ver. Entonces llegamos con esta Constitución diciendo, “mira, va a mejorar la salud, va a mejorar esto otro“ a un vecino que se levanta a las 5 a pedir una cita médica, un vecino que tiene un hoyo afuera de su casa y no se lo tapa nunca, o donde la delincuencia y la droga se apoderó del lugar. ¿Cómo queremos convencer de que podemos ofrecer algo mejor si no lo hemos sido capaz de hacer en tantos años?

En Maipú ganó el apruebo de todas maneras. ¿Cómo se explican ese resultado?

Alejandra: Creo que había hartos factores. En Maipú especialmente había una sintonía con la administración actual, muy contraria a la administración pasada, donde había una alcaldesa [de derecha] que era de la farándula, que hizo mucho desatino con nuestra sanitaria, con la educación.
También el despliegue territorial todos los días en el metro, en la mañana temprano, después en la tarde, en la noche. El trabajo también con la junta de vecinos, que uno iba a aprovechar para meter el tema. Entonces yo creo que fue una mezcla, una mezcla de trabajo y de que se propiciaba con la nueva administración.

Elisa: Tal vez pudiera haber una relación en los municipios donde ganaron gobiernos locales, progresistas con representantes que tienen arraigo territorial y que durante esos meses de ejercicio previos al plebiscito hicieron bien la pega. Da confianza a la ciudadanía de que las instituciones funcionan, de que se mejora la vida con este cambio. O sea, un voto con esperanza en los cambios.

Había dos comandos diferentes para el apruebo. Un comando que estaba cerca de las fuerzas políticas del gobierno (Apruebo por Chile) y otro que quería distanciarse del oficialismo (Apruebo Nueva Constitución). ¿Cómo fue la cooperación entre ambas campañas?

Elisa: Desde antes de finalizar el proceso, ya veníamos pensando desde la articulación de movimientos sociales que queríamos levantar e impulsar nuestra propia campaña, con nuestra propia voz.
Siempre tratando de mantener buenas relaciones con el comando del “Apruebo por Chile”. Había reuniones periódicas también conjuntamente, a comentar una que otra cosa. Queríamos que cada territorio viera de acuerdo a sus condiciones, de acuerdo como se llevan o no las relaciones, si se trabaja conjuntamente. Y ojalá propiciar que así fuera, porque obviamente asi se facilita el trabajo de despliegue de una campaña electoral. Y al menos desde Magallanes funcionó relativamente bien en lo que tiene que ver con la distribución del territorio que visitamos puerta a puerta.

¿Fue un error llevar dos campañas diferentes por el apruebo?

Elisa: En general los partidos tienen un propósito tanto político como electoral. Su apuesta es disputar poder. Eso es complicado para quienes no tenemos voz – o que la tuvimos solo por un periodo – que nuestro espacio sea cooptado y a paso el sentirnos utilizadas en función de lo que ellos quieran capitalizar para una siguiente elección. Todo gira en torno al partido, y nunca se nombra a las organizaciones que son las que definitivamente dejamos los pies en la calle. Eso generó roces, generó dificultades en distintos lados, pero al menos la intención de trabajar de manera no conjunta, pero sí conectada siempre estuvo. La única alianza política que hizo campaña efectivamente fue Apruebo Dignidad. Pero el Partido Socialista y otros partidos de izquierda no movieron un dedo para que gane el apruebo.

¿Cómo se explican el resultado del plebiscito?

Elisa: Hubieron cosas fundamentales que faltaron en el diseño del proceso que fueron gravitantes, a mi parecer, para perder finalmente el plebiscito: la participación ciudadana e indígena, la educación cívica y el presupuesto, algo básico para desplegar una estrategia comunicacional.
Diseñaron un proceso muy corto, muy acotado, con normas bien establecidas, y cuando terminamos el trabajo tuvimos tan solo dos meses para hacer campaña versus una contra campaña del rechazo que se instaló desde el primer día.

Alejandra: Hubo un voto que nadie pudo manejar. Al hacer el voto obligatorio, un padrón electoral que siempre fue de 6 millones subió a 13 millones, o sea, un cambio de 5 millones de personas que no sabíamos realmente para dónde iban, que habían estado desconectadas de un proceso social de mucho tiempo. Ese voto fue de respuesta también al modelo neoliberal, a esa acérrima necesidad de preocuparte de lo tuyo nomás y no interesarte en lo que está pasando al lado.

Ahora esa parte de la población se hizo presente. ¿Como experimentaron esto?

Alejandra: Estábamos en una burbuja y eso nos pasó la cuenta. En las redes sociales, se te va juntando gente que piensa como tú. Pero era sesgado y creo que fue un error haber estado en esa burbuja.

Viviana: Lo mismo paso con los shows. Ahí nosotros nos ilusionamos, decimos “ohh, estamos llenando las calles cada vez que se hace un show con el apruebo.” Una vez nos dijeron “Oye, la gente no va por el apruebo, va por el show.” Y yo dije “No, no puede ser.” Cuando vi la Alameda llena, donde no se podía caminar, dije “Ganamos, ganamos.” – Y van por el show. Bueno, los que votamos apruebo, estábamos ahí.

Elisa: Que tú seas concejala, Alejandra, y que seas diputada, Viviana, que yo haya sido constituyente, demuestra que no estamos en una burbuja. Tuvimos un aprendizaje de llevar campañas electorales fuera de la burbuja y por eso salimos electas. Y fue un ejercicio que replicamos con esa campaña. Pero claro, el voto de apruebo es un voto con esperanza, un voto que quiere los cambios y ves sus adherentes en la calle. El voto del rechazo es un voto antipolítico, un voto de desesperanza de quien ya no cree en nada ni nadie.

Retrospectivamente, ¿hay algo que podrían haber hecho para salvar a la constitución?

Elisa: Dos meses para contrarrestar un año de contra campaña del Rechazo, una campaña brutal de fake news. O sea, era imposible. Por mucho que tú llegaras a todas las casas de Chile con el mensaje de ir a explicar, a informar a la junta de vecinos y la agrupación y la calle y todo. Después la gente llegaba a la casa, prendía la tele y altiro venía el miedo: “parece que esto no me conviene, así que rechazo”. Entonces para votar apruebo, tenías que ser activista o tenías que tener convicción, o tenías que tener a alguien cerca que estuviera todos los días como aclarando tus dudas, tus inquietudes. Para votar rechazo, solo necesitabas una tele en casa.

Entonces, ¿era imposible?

Elisa: Probablemente lo único que hubiera logrado dar vuelta el resultado lamentablemente son medidas populistas. Nos echamos encima las AFP, a las Isapres (compañias de seguro privados de pensiones y de salud, nota de redacción), a las clínicas y universidades privadas, a todo el empresariado extractivista, a los políticos corruptos. Y claro, en dos meses ¿cómo haces eso? Probablemente hubiese sido súper favorable para el apruebo un bono invierno (pago especial para familias de bajos ingresos, nota de redacción)…

Alejandra: O un quinto retiro (de un 10 por ciento de los ahorras de las AFP, nota de redacción), la Canasta Básica Universal. O sea, ese tipo de medidas que paliaran la situación de crisis económica profunda que estamos atravesando a nivel global, pero que en Chile evidentemente se viene arrastrando desde hace muchísimo tiempo. Puede que eso hubiera generado un escenario que amortiguara esa indignación.

¿Harían también alguna autocrítica?

Viviana: Sí. El Pelao Vade (el ex vicepresidente de la convención Rodrigo Rojas Vade que había basado su campaña en la falsa afirmación de que tenía cáncer, nota de redacción) lo embarró, esa historia la tomó la derecha, salió en los diarios y en televisión hasta más no poder.

Elisa: También hubo un decaimiento de la aprobación popular sobre la convención por la falta de maduración de esta nueva fuerza que viene de los movimientos, de comprender que nuestro pueblo es relativamente conservador respecto a cómo ve o como desea ver a la política y a la institucionalidad – que esperan figuras públicas confiables serias, con medida, que sean mesuradas en la forma de decir y hacer las cosas. Hubo mucha gente que nunca se enteró de que era figura pública y de que todo lo que dijera, si cometía un error, se iba a replicar masivamente en todo el país. Entonces eso pasa por falta de madurez política.

¿Qué ideas tienen para seguir adelante desde aquí?

Viviana: En Chile la televisión puede más que nosotros. Ante eso es imposible ganar. Entonces cuando tenemos los medios nosotros para tener televisión popular, yo creo que ahí vamos también a llegar a la gente. Además hay que empezar a financiar nuestras propias redes de comunicadores sociales dentro de nuestras comunas, nuestras regiones y empezar a contar con nosotros mismos.

Elisa: Por primera vez tuvimos esa posibilidad de encontrarnos todas estas iniciativas, esta lucha en un espacio constituyente. Y desde este nuevo lugar que no teníamos hace dos años ─ no teníamos articulación nacional, no teníamos un programa político como ahora sí lo tenemos ─ ahora estamos en un mejor pie como para poder seguir avanzando. A mi me parece que inevitablemente va a devenir en la creación de un nuevo referente político, en una organización política que pueda apostar no solamente a lo electoral, sino que a depurar también el texto constitucional en un marco programático que pueda disputar un sentido común de masa. Es una tarea larga, pero no es difícil porque lo que se ha logrado construir en esa propuesta son realmente cosas muy necesitadas en Chile.

Elisa Giustinianovich representó a la Coordinadora Feminista 8M en la Convención Constitucional y fue Vicepresidenta de la Convención durante la segunda mitad de la legislatura. Viviana Delgado es diputada del Partido Ecologista Verde por el distrito 8 capitalino desde marzo de 2022. Alejandra Salinas es concejala en Maipú (una comuna del Gran Santiago). Ambas participan en la organización medioambiental MOSACAT.

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