El Salvador | Español | Nummer 579 - September 2022

UN PARAÍSO PARA LOS FANÁTICOS DE LA CENSURA

Militantes antiabortistas impiden la proyección de un premiado documental.

El documental Nuestra Libertad – Fly so Far salvadoreño, premiado en festivales internacionales y que pone de manifiesto el destino de las mujeres criminalizadas por emergencias obstétricas resultando en abortos, debía estrenarse en los cines de El Salvador el mes pasado. Pero eso no logró llevarse a cabo. Las amenazas de activistas antiabortistas, sumadas a la inseguridad jurídica debido al estado de emergencia impuesto por el presidente Bukele impididieron que la película se exhiba hasta ahora en salas de cine del pais. La libertad de prensa ya no está garantizada, los activistas temen por su seguridad.

Escrito por: Dominik Zimmer

Documental premiado La pelicula Nuestra Libertad habla sobre mujeres criminalizadas por abortos espontaneos (Foto: @Pråmfilm @Flysofar)

Las invitaciones fueron enviadas y el cine reservado. Sin embargo, en la pantalla del cine de San Salvador no se proyectó la pelicula anunciaba en la noche de este martes. De hecho, se había programado un preestreno muy especial para el 16 de agosto. En el programa estaba Nuestra Libertad (título en inglés: Fly so far), una película salvadoreña que ha ganado premios internacionales. Su tema: la legislación ultrarrestrictiva de El Salvador, que castiga con las más duras penas cualquier aborto. El hecho de que la película no se haya podido proyectar tiene directamente que ver conque toca el nervio de un país cuya jurisprudencia inflige injusticias colosales a las mujeres. Como también tiene que ver con el hecho de que la jurisdicción en general es actualmente completamente incalculable en El Salvador.

Con Nuestra Libertad – Fly so far, la directora salvadoreña-suiza Celina Escher ha realizado una obra cinematográfica que habla sobre las personas más afectadas por la condena absoluta del aborto que se aplica en el país. Durante un periodo de tiempo largo, la cineasta acompañó y filmó al grupo de 17 (Las 17). El Grupo de los 17 son mujeres jóvenes, sin excepción, procedentes de entornos precarios, que fueron condenadas a décadas de prisión por abortos espontáneos y a las que, por diversas razones, se les juzgó mediante procesos cuestionables y no se les dio suficiente oportunidad de demostrar su inocencia. La película de Escher atrajo mucha atención internacional, se proyectó en cines de muchos países y en televisión en algunos. Por ejemplo, en Polonia, un país que tampoco es conocido por su postura liberal en el tema del aborto. Según la directora, esto no fue un problema para el estreno de su obra: “Nunca hubo problemas, nunca nos amenazaron”. 

Celina Escher es la directora de la pelicula “Nuestra Libertad – Fly so far” (Foto: @escher.celina)

La historia del estreno en su natal El Salvador fue diferente, pues hubo resistencia por parte de grupos activistas ultraconservadores que se autodenominan Pro Vida y apoyan la inflexible ley contra el aborto del país, la cual penaliza a mujeres, independientemente cuál ha sido la causa. Según se observa, hay un perfil determinado de las mujeres criminalizadas: jóvenes, solteras, de estrato económico bajo, mujeres súmamente vulnerables que no tienen los medios para costear una defensa legal efectiva. Sus casos parecen sacados de una película de terror en la que se repite constantemente la misma escena: embarazo, aborto espontáneo o parto prematuro en condiciones médicas casi siempre inadecuadas, seguidos poco después de condenas de prisión a niveles absurdos por infanticidio, a pesar de no contar con pruebas físicas ni científicas que respalden las alegaciones sino que al contrario, evidencian irregularidades en los procesos. 30 años de prisión es la sentencia más común. Algunas mujeres quedaron traumatizadas por las situaciones o incluso perdieron el conocimiento durante el aborto. Sin embargo, no podían esperar circunstancias atenuantes. En cualquier caso, no suele haber rastro de los padres de los niños. Nuestra Libertad se presentó en 50 festivales de todo el mundo y la película ganó 18 premios. Un hito para un país como El Salvador con una producción cinematográfica más bien modesta. Debido a su gran éxito, se consiguió el interés de una cadena privada de cineas para su exhibición en salas nacionales

Sin embargo, el equipo de la película esperó hasta una semana antes del estreno para obtener la autorización de una instancia gubernamental. “Este es un procedimiento estándar por el que tienen que pasar todas las películas que se proyectan en los cines de aquí. Aun así, nos preocupaba naturalmente que pudiera haber problemas”, dice Escher. Pero la película se aprobó el 11 de agosto, por lo que el estreno podría haber tenido lugar, como estaba previsto, el 18 de ese mes en San Salvador. Pero los activistas de los grupos Pro-Vida querían impedirlo. Asombrosamente coordinados y bien preparados, salieron a la luz al día siguiente de la decisión con una carta abierta conjunta que contenía calumnias infundadas y recriminaciones al equipo de la película y a las mujeres del Grupo de los 17. Al mismo tiempo, los activistas antiabortistas amenazaron a los propietarios de los cines con emprender acciones legales si la película se proyectaba en sus salas. Un examen jurídico del cine demostró que las acusaciones no se sostendrían en los tribunales, ya que el principio de la prensa libre no es aplicable.

Sin embargo, la cadena decidió retirar la película del programa, al menos hasta que se restablezca la seguridad jurídica en El Salvador que ahora entra en un terreno incierto dado el estado de excepción en que se encuentra el país desde más de medio año

Castigos absurdos Muchas mujeres fueron condenadas a sentencias de 30 años de prisión (Foto: @Pråmfilm @Flysofar)

Celina Escher califica la situación de “compleja”. Dice que no puede hablar de censura estatal directa, ya que la película obtuvo el permiso de exhibición. Hasta el momento, casi ninguna organización que apele a reivindicaciones políticas o sociales en El Salvador puede estar segura de sus derechos. El motivo es el estado de excepción parlamentario que el presidente Nayib Bukele impuso a finales de marzo con el argumento de la lucha contra la delincuencia de pandillas y que se ha ido prorrogando cada mes desde entonces. Esto dió como resultado la suspensión de derechos fundamentales, que no incluyen la libertad de prensa, pero sí importantes derechos de los acusados en los juicios penales. En estas circunstancias, nadie puede garantizar que un posible juicio se lleve a cabo sobre la base de las normas legales válidas según la constitución. La única forma segura de no ser condenado en los tribunales de El Salvador, en este momento, es no ser acusado en primer lugar. Esto es un paraíso para los agresivos y bien financiados aficionados a la censura, como la Alianza Pro Vida, que lanzan amenazas con el objetivo de intimidar a creadores/as e impedir expresiones que no acaten sus líneas de pensamientos. Al menos por ahora. “Por supuesto, seguimos teniendo la intención de proyectar la película en El Salvador”, explica Celina Escher. Sin embargo, el momento en que esto ocurra es incierto.

Muchas preguntas sobre el caso Nuestra Libertad siguen sin respuesta. Por ejemplo, cómo se filtró el lanzamiento de la película desde la instancia reguladora de contenido hacia las organizaciones de la Alianza Pro-Vida con tanta rapidez que ésta pudo organizarse inmediatamente y redactar esta carta que llegó a la gerencia del cine. O por qué el Estado hace tan poco poco o nada para garantizar el derecho a la libertad de prensa establecido en la Constitución. Sin embargo, una pregunta más importante es cuándo se realizará una reforma de Ley que englobe un análisis profundo que evite la  violación a los derechos fundamentales de las mujeres en situación de vulnerabilidad en El Salvador; y también cuándo el Estado salvadoreño se manifestará en contra de las expresiones intimidatorias y la  censura hacia obras y temáticas que requieren ser visibilizadas y discutidas. Sabemos de lo que son capaces estos grupos”, dice Celina Escher, quien está especialmente preocupada por las protagonistas de su película, algunos de ellas ahora libres, otras todavía en prisión. Pero la directora ya ha tomado medidas para su protección también, trasladando su residencia al extranjero de forma permanente y cancelando sus planes de regresar a El Salvador por el momento.

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Los cineastas de

Nuestra libertad – Fly so far piden expresiones de solidaridad en las redes sociales bajo el lema #Nuestralibertaddeexpresion. 

7 países del mundo (6 de ellos en América Latina) prohíben categóricamente el aborto sin tener en cuenta las circunstancias del embarazo o las posibilidades de supervivencia de la madre. Esto incluye a El Salvador, que ha adquirido una notoriedad especialmente triste por las muchas décadas de encarcelamiento de mujeres que han sufrido aborto sespontáneos debido a complicaciones obstétricas. El problema es ahora conocido internacionalmente. Las organizaciones de derechos humanos llevan mucho tiempo protestando contra esta legislación restrictiva y discriminatoria, pero a pesar de los cambios de gobierno, hasta ahora sin éxito.

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