OTRO MUNDO ES POSIBLE

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Nosotras sembramos organización para vivir sin miedo Acción solidaria con lxs Zapatistas el día 8 de marzo (Foto: Santiago Arau)

¿Qué significa el 8 de marzo 2020 para los colectivos Mujeres y la Sexta y Mujeres que Luchan “Porque Acordamos Vivir” de los cuales forma parte?
Es una fecha muy, muy importante, porque justo pone de relieve la importancia del trabajo de las mujeres desde la perspectiva de la lucha contra el patriarcado. Para nosotros es el Día de la Mujer, pero no sólo es el día de la mujer que lucha. Para nosotros no es una fiesta, tampoco un recordatorio de todo lo que nos falta en la lucha. Más bien es un día para rememorar a todas nuestras compañeras que han caído en la lucha, pues últimamente se ha llevado a muchas. La violencia hacia las mujeres no sólo afecta a las que están en una lucha política franca, abierta y militante, sino a todas las mujeres. Vemos una descomposición social en donde un macho percibe a una mujer como su posesión y, por lo tanto, cree que tiene el derecho a hacerle lo que quiera, sea su novia, compañera, amiga o una desconocida en la calle. Esto se ve sobre todo este último tiempo en México en la violencia hacia la mujer y con el aumento de los feminicidios.

2019 fue el año con más feminicidios en la historia reciente de México
La situación se volvió una epidemia. En este momento hay un promedio de 10 asesinatos de mujeres por día. Es algo francamente grave. Esto les sucede a mujeres de diferentes edades, sobre todo a mujeres entre 20 y 40 años. Pero también hay muchos casos de niñas desaparecidas, probablemente para el comercio de órganos. Para nosotros es muy importante este despertar colectivo para darnos cuenta de que el patriarcado no son los impulsos de un loco, sino que es un problema sistémico que está acabando con nosotras. El miedo nos confina a estar en casa, a no reclamar la participación en la vida pública. Nos niega el derecho a la vida. Las compañeras zapatistas nos han enseñado que tenemos que perder el miedo para poder tomar nuestro lugar en la sociedad. Una nueva sociedad sin patriarcado.

¿Por qué cree que aumentaron los feminicidios en los últimos años?
Empieza con la imagen de la mujer en los medios de comunicación, donde se muestra a la mujer como un objeto sexual y siempre subordinada al hombre. De ahí viene esta idea de que las mujeres tienen que obedecer y los hombres pueden hacer con ellas lo que quieran.  Así pasa en el ámbito político y puede pasar hasta en un sindicato donde los compañeros aparentemente dicen ser muy de izquierdas y luchar mucho.

La desvalorización de la mujer, una exacerbación del machismo, la impunidad plena de los crímenes contra las mujeres es fruto y germen del capitalismo y pone a la mujer en esta condición tan frágil. La explotación en el capitalismo y el neoliberalismo son de alguna manera la base de la explotación de la mujer, cuyo trabajo en muchos casos no es renumerado y ni siquiera se lo considera como explotación.

Las mujeres indígenas son probablemente el grupo más vulnerable en México. ¿Cómo se trata en la lucha contra la violencia hacia las mujeres la discriminación social y el racismo que viven algunos grupos? ¿Cómo garantizan en su lucha que todas las mujeres sean visibilizadas?
La lucha contra la violencia hacia las mujeres y el patriarcado en México no es homogénea. Las compañeras de los pueblos originarios, como las mujeres zapatistas, lo hacen como colectivo y no es una búsqueda individual. No hay una que se quede atrás. Las compas zapatistas siempre han sido muy fuertes y nos han dado muchas lecciones. Se unieron muchos pueblos, indígenas tzotziles, tzeltal, chol, mam y muchos otros. Los zapatistas lograron superar diferencias y luchar por valores más grandes, como justicia, democracia y libertad. Los pueblos originarios han sufrido mucho por los malos gobiernos mexicanos y los poderes coloniales. Ellos les han impuesto esta forma de vida, de explotación y abuso, de desprecio, de despojo, de represión y rivalidades entre ellos. Haber superado este condicionamiento tan fuerte es algo realmente digno de admirar. Los zapatistas no están buscando la venganza o la revancha sobre el patriarcado, lo están transformando cada día. Resulta muy hermoso ver que existe otra forma de ver la vida, fuera del capitalismo e individualismo. Otra manera de interpretar lo que debe ser una visión del futuro. Yo creo en esa visión del futuro, creo que otro mundo es posible.

Más manifestantes que jamás antes Protestas en contra de la violencia sexualizada el día 8 de marzo en la Ciudad de México (Foto: Finja Henke)

¿Fue diferente el Día Internacional de la Lucha de las Mujeres este año en comparación con años pasados?
Este año la marcha era mucho más grande que en los años anteriores. Éramos 250.000 mujeres en la Ciudad de México, y en otras ciudades también había manifestaciones. Fue como un despertar. No quiere decir que todas las que estábamos ahí estamos luchando contra el patriarcado. Pero sí están luchando por tener más seguridad, porque no las maten, para poder ir a la calle y estar seguras. Para muchas era la primera vez que marchaban.

No sólo la ruta oficial de la marcha, sino también muchas otras calles cercanas estaban llenas de mujeres en la Ciudad de México. Aparte de la manifestación había muchas otras actividades, como danza y música.

El 9 de marzo muchas mujeres organizaron un paro nacional en México. ¿Cuál era su intención?
El paro era una idea más del exterior, de otros países, que se planteaba aquí. Y el paro se ha hecho más en zonas urbanas. Yo creo que el comunicado de los compañeros zapatistas que se sumaron a este paro dio un impulso muy grande para otros sumarse también. Luego también el Gobierno y las grandes empresas fingieron ser partícipes de estas luchas. Pero era más bien dentro del discurso del machismo con comentarios del tipo: a la mujer hay que admirarla, hay que cuidarla mucho, porque es nuestra reinita preciosa, nuestra princesa adorada y bella y hermosa y suave. Están otra vez tergiversando nuestra lucha contra el patriarcado y nuestra búsqueda de una nueva sociedad. Pero vimos a las compas zapatistas hermosísimas. Salieron a las carreteras con sus veladoras a exigir el freno de la violencia a la mujer, el freno de la violencia a las comunidades indígenas con miras a los enormes megaproyectos. Entonces fue algo muy hermoso.

¿Qué hay que hacer para avanzar en la lucha contra la violencia hacia las mujeres?
Si lográramos autonomía, podríamos estar más cerca de lograrlo como colectivo. Pensamos en la autonomía, porque hemos visto como están viviendo las comunidades zapatistas en este pacto social. Viven en gran tolerancia, donde se aprecia a todos los que se entregan, cualquier sea su sexo o conocimiento. Esto realmente da una igualdad. En nuestra sociedad actual no hay esta autorregulación, porque el patriarcado está tan profundamente enraizado que los mismos hombres que cometieron actos de violencia y asesinatos, pueden celebrarlo después. Entonces la educación es el elemento fundamental.

También habrá que estudiar qué podemos aprender de sociedades que no tienen este flagelo de feminicidios. Pero otro elemento es, desatarnos de este sistema judicial de impunidad y desarrollar otras normas y sanciones que impidan la violencia y los casos de reincidencia.

La autonomía no se puede separar del sistema capitalista en que estamos hoy. Es muy utópico, no es fácil. Hay que empezar como un musgo que crece bajo la tierra y va expandiéndose. Eso depende de los enlaces que vamos formando entre diferentes formas de resistencias. Se trata de la colectividad, de la solidaridad, de negar patrones de discriminación y de no reproducirlos. La lucha de las mujeres es punta de lanza también, porque si no acabamos con el patriarcado, no vamos a poder construir ningún otro tipo de sociedad. Tenemos que marchar en condiciones de equidad y, a partir de eso, sí firmes para el otro mundo posible. El mundo que también nuestros compañeros zapatistas anhelan.

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