“ANMELDUNG PARA TODES!”

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Para les habitantes de Berlín, el aumento y la especulación de los precios de la vivienda, la inflación y la gentrificación de ciertas partes de la ciudad han alcanzado en los últimos años dimensiones alarmantes. Las consecuencias, por supuesto, afectan de manera desmedida a las personas extranjeras. Les migrantes, y particularmente aquelles que venimos del sur global, nos encontramos en importantes desventajas para acceder a una vivienda: además de las limitaciones ligadas al idioma, del desconocimiento del sistema burocrático, de las condiciones laborales precarizadas y de las redes de apoyo reducidas, sistemáticamente sufrimos prácticas excluyentes y discriminatorias a la hora de encontrar dónde vivir.

Ciudad Migrante: una iniciativa desde abajo

Motivades por la inseguridad legal, laboral y consecuentemente emocional ligada a esta situación, algunes integrantes del Bloque Latinoamericano iniciaron en abril de 2022 una serie de reuniones sobre el derecho a la vivienda. En un primer momento, estos encuentros fueron talleres abiertos a los cuales se acercaron decenas de personas para compartir sus historias y discutir soluciones comunes. A partir de la sistematización de estas experiencias, vimos la necesidad de ir más allá de la escucha colectiva: ¿Cómo podemos generar acciones concretas que tengan un impacto positivo en el acceso a la vivienda para la comunidad migrante?

Es así como, a principios del 2023, surge Ciudad Migrante, un espacio abierto creado por migrantes latinoamericanes e hispanohablantes en Berlín. Es el resultado de un arduo proceso colectivo y de la convicción de que Berlín es una ciudad donde les migrantes podemos crear un sentido de pertenencia a través de la solidaridad y de la participación política. Nuestro trabajo se orienta por dos principios fundamentales: la lucha por el acceso igualitario a la vivienda y el derecho a la ciudad.

En primer lugar, reconocemos el acceso a la vivienda como una necesidad básica para una vida digna. Esta convicción guía nuestro compromiso por promover prácticas antidiscriminatorias e incluyentes, así como por proveer herramientas informativas a les migrantes en busca de vivienda. Así, en septiembre de este año lanzamos la Guía migrante de supervivencia urbana: Herramientas para enfrentar el mercado inmobiliario y la burocracia en Berlín. En este manual se ponen a disposición mecanismos a través de los cuales puede obtenerse un cuarto; se explican las características, los derechos y las obligaciones que revisten los diferentes tipos de contrato de alquiler; cuáles son las estafas habituales a las que hay que prestarles atención; qué recursos existen para lidiar con situaciones de violencia de género en el hogar y muchas otras informaciones indispensables que no siempre resultan evidentes al momento de llegar a una ciudad desconocida.

El derecho a la ciudad se refiere al derecho de les habitantes a construir, decidir y crear la ciudad, priorizando las necesidades de la comunidad por sobre aquellas de los intereses mercantilistas. Ambos principios definen a Ciudad Migrante como un grupo anticapitalista, concentrado en la acción política, con miras a facilitar el acceso a la vivienda y al desarrollo social de aquellas personas cuya situación inmediata les orilla a la despolitización. Más que ofrecer soluciones individuales, nuestro objetivo es generar un cambio estructural, visibilizando las realidades de las personas migrantes, interpelando a la comunidad alemana e incidiendo políticamente en las decisiones que afectan la vida de todas las personas en Berlín.

El círculo vicioso de la Anmeldung

El problema del acceso a la vivienda no sólo plantea obstáculos materiales, financieros y psicológicos para les migrantes, sino que pone de relieve una serie de mecanismos burocráticos que dificultan el acceso a servicios esenciales. Entre estos, hay uno particularmente escabroso para la vida migrante: la anmeldung (registro). Fue a través del diálogo y de la reflexión con varios instrumentos de la cartografía crítica que este trámite burocrático surgió como un tema central en nuestro quehacer político. Este mecanismo de registro oficial ocupa un lugar fundamental en la legalización y establecimiento de la vida privada en Alemania. En teoría, la anmeldung se perfila como una herramienta progresiva para el control del censo poblacional, la comunicación con las autoridades y el acceso a servicios educativos, sociales y de salud. Sin embargo, en el contexto de la crisis habitacional mencionada, la deseada y muy rara vez obtenida anmeldung representa un dispositivo de exclusión fundamental de las vidas migrantes en Berlín: sin Anmeldung no hay acceso a la salud, al trabajo legal o a los servicios financieros, pues es requerida para obtener un seguro médico, solicitar el Steuernummer, abrir una cuenta de banco, firmar un contrato de trabajo, entre muchos otros servicios y derechos urbanos importante.

Campaña “Anmeldung für Alle”: la apuesta política de Ciudad Migrante

La capacidad de interpelar al Estado y a los partidos es un aspecto fundamental de la praxis política de Ciudad Migrante. Por ese motivo, nuestra reiterada presencia en las calles está siempre acompañada de consignas políticas claras a través de las cuales demandamos frente a las instituciones correspondientes soluciones concretas a los distintos aspectos de la precarización de la vida migrante. Con el propósito de luchar contra las trabas burocráticas que obstaculizan el acceso a la vivienda, Ciudad Migrante lanzará antes de fin de año una campaña denominada “Anmeldung für alle!”. Algunas de las soluciones que imaginamos son la creación de una dirección postal universal que brinde la posibilidad de registrarse en la ciudad independientemente del lugar en que se habita, la supresión de la autorización del proveedor de la vivienda (Wohnugnsgeberbestätigung), la decriminalización del falso empadronamiento (Scheinanmeldungen), entre otras. Para lograr estos objetivos, que pueden implicar la eventual modificación de la actual Meldegesetz (Ley de Registro), el trabajo conjunto con otras organizaciones del movimiento de inquilinos (Mieterbewegung) en Berlín y la izquierda parlamentaria es fundamental. Por eso motivo, todas las personas individuales e iniciativas políticas están invitadas a sumarse a la lucha en contra de burocratización y mercantilización de la vivienda. ¡Por el derecho a una ciudad migrante!

„DU HAST DIE KUGEL – WIR HABEN DAS WORT“

Foto: CADEHO

Dieses Wandbild befindet sich an einer Außenmauer in der Malmöer Straße 29 in Berlin und gedenkt mit Berta Cáceres und Marielle Franco zwei Aktivistinnen, die sich in Honduras und Brasilien für grundlegende Menschenrechte einsetzten und aufgrund ihres Engagements ermordet wurden. Angestoßen wurde das Projekt von CADEHO (Menschenrechtskollektiv für Honduras) und orangotango (Kollektiv für kritische Bildung und kreativen Protest). Gemeinsam mit den kolumbianischen Wandbildkünstler*innen Fonso, Soma und La Negra und unter Beteiligung weiterer in Berlin lebender Aktivist*innen wurde 2019 die Idee des Wandbilds erarbeitet und schließlich künstlerisch in die Tat umgesetzt.

Als Collage sind Kämpfe für eine intakte Umwelt und indigene Selbstbestimmung, gegen Rassismus und Polizeigewalt dargestellt. Zudem thematisiert das Wandbild die deutschen Verbindungen zu den Morden an den beiden Aktivistinnen: Berta Cáceres kämpfte gegen ein illegales Wasserkraftwerk auf dem Gebiet der indigenen Lenca, an dem ein Siemens-Joint Venture als Turbinenlieferant beteiligt war. Der Auftrag für ihre Ermordung kam direkt aus dem Betreiberunternehmen des Wasserkraftwerks (siehe LN 563). Marielle Franco wurde mit einer Waffe der Marke Heckler & Koch ermordet. Dieses Fabrikat war an Spezialeinheiten der Polizei in Rio de Janeiro geliefert worden. Deutsche Waffenexporte unterliegen einer speziellen Kontrolle, die eigentlich die Weitergabe an nicht autorisierte Dritte unterbinden soll. Trotzdem war diese Waffe in Hände von Milizen in Rio geraten (siehe LN 537).

ALS KUNSTSCHAFFENDE UND CHILEN*INNEN ZUSAMMENKOMMEN

Chilean Conexión 2020 Foto von der dritten Ausgabe des Kunstfestivals in Berlin (Foto: Magma Studio @magmastudio)

Wie kam es zu der Idee für Chilean Conexión?
Das war 2018. Ich habe damals mit ziemlich vielen chilenischen Künstlern und Musikern zusammengearbeitet – vor allem mit denen, die nach Berlin kamen. Sie fragten mich ständig nach Orten, an denen sie ihre Kunst ausstellen oder ein Projekt auf die Beine stellen könnten. Da kam dann die Idee auf, Meetups mit kreativen Chilenen zu veranstalten, also Räume, in denen wir uns treffen und Synergien aufbauen, unsere Erfahrungen teilen und uns gemeinsam verbessern können. Als ich dann einige befreundete chilenische Künstler einlud, sagten viele zu, aber am Ende wurde doch nichts daraus (lacht). Es verging ein Jahr und im Sommer kamen mich wieder Freunde besuchen. Super gute Musiker, die es leid waren, jedem Berliner Club eine Mail zu schreiben, ohne eine Antwort zu bekommen.. Und da kam mir Idee, einfach selbst ein Event zu schaffen, an dem unterschiedliche chilenische Künstler teilnehmen können: bildende Künstler, Musiker und so weiter. Ich meldete mich mit der Idee bei einigen Veranstaltungsorten und bekam sofort Antworten.

Der Fokus des Festivals ist eindeutig. Warum beschränkt ihr euch ausschließlich auf chilenische Künstler?
Als ich aus Chile wegging, war ich nicht gerade auf der Suche nach der chilenidad. Ich denke, dass viele Chilenen, vielleicht auch viele Lateinamerikaner, eher davoneilen als einfach nur weggehen. In Chile war die letzte Zeit außerdem politisch und gesellschaftlich gesehen ein besonderer Moment. Als ich hier ankam, war mir das alles sehr fern. Irgendwann habe ich aber gemerkt, dass ich zwar kein Patriot, aber doch irgendwie mit der Gemeinschaft verbunden bin. Denn obwohl ich mich nicht von der chilenischen Politik repräsentiert fühle, bin ich Teil dieser Gemeinschaft. Ich habe gemerkt, dass es vielen Chilenen hier so geht. Und außerdem spielten auch einige persönliche Interessen eine Rolle: Mich interessieren die Migrationsverbindungen und das, was die Menschen verbindet. So kam die Idee auf, einen Raum für Menschen mit einer gemeinsamen Herkunft zu schaffen.

Im vergangenen Jahr fand Chilean Conexión zum dritten Mal und im Schatten der Proteste in Chile statt. Was bedeutete es, in diesem Kontext zusammenzukommen?
Im letzten Jahr haben wir zum ersten Mal ein Thema für die Kuratierenden festgelegt. Das war angesichts der Ereignisse in der internationalen Politik und auch der Kunstwelt nötig, denn das Thema war überall und immer präsent. Es kam als Energie in unserem Umfeld auf – es gab dieses Thema und wir merkten, dass sich jemand damit beschäftigen muss. Es wäre uns komisch vorgekommen, einen Aufruf für ein Festival in die Kunstwelt zu schicken und das Thema nicht anzusprechen. Und es war toll, denn viele Künstler wollten gern darüber reden. Komplex war es aber auch, denn nicht alle arbeiten mit politischen Themen. So kam zum ersten Mal die Idee einer Kuration auf, die letztendlich sehr viel mehr Arbeit bedeutete.

Warum mehr Arbeit?
Die Herausforderung bestand darin, dass das Thema nicht nur ein Vorschlag war, sondern eine Vorgabe: Die Künstler arbeiteten genau zu diesem Thema. Manchmal hat das zu Verwirrung geführt: Es gab Leute, die schickten uns Vorschläge, aber keine Kunst, sondern eben Vorschläge für den Protest. Da mussten wir differenzieren. Es gab sehr viele Kunstwerke, und zwar alles mögliche. Die Künstler näherten sich dem Thema manchmal weniger eindeutig, als wir es erarbeitet hatten. In Chile arbeitete man vor allem explizit zum Thema Gewalt. Dabei gab es Dinge, die inhaltlich sehr hart, aber visuell gesehen nicht gewaltvoll waren. Den Leuten hat das Thema und die Art, wie es aufgearbeitet wurde, gefallen. Sehr viele Menschen sind der Einladung zum digitalen Teil des Festivals gefolgt.

Dank des digitalen Formats konnte das Werk auch von Chile aus gesehen werden. Wie wurde es dort aufgenommen?
Super gut. Ich denke, für ganz Lateinamerika gilt: Wenn in einem anderen Land etwas veranstaltet wird, was das eigene Land repräsentiert, dann erfüllt es die Leute mit Stolz. Das verleiht dem, was im Land passiert, noch mehr Geltung. Zum Beispiel haben wir 2020 in einem Streaming mit chilenischen Künstlern, vor allem Musikern, dazu aufgerufen, dass Leute auf der ganzen Welt eine Online-Demonstration über die Krise veranstalten. Das war genau zum ersten Jahrestag des estallido social. Es gab eine riesige Resonanz. Das Video dauerte am Ende mehr als zehn Stunden und wurde mehr als 80.000 Mal angesehen. Außerdem gab es Veröffentlichungen in sozialen Netzwerken und Zeitschriften. Die Interventionen, die wir im öffentlichen Raum veranstalteten, haben auch viel Aufmerksamkeit bekommen. Zum Beispiel haben wir ein paar Projektionen am Alexanderplatz gemacht. Die Fotos gingen um die Welt. Am Ende tat es sehr gut zu sehen, dass wir großen Eindruck hinterlassen hatten.

Bei Chilean Conexión scheint es auch darum zu gehen, die Künstler*innen auf der Ebene ihrer persönlichen Laufbahn anzusprechen. Ich denke da an die angebotenen Seminare, Diskussionsveranstaltungen, Workshops.
Mir war es schon immer wichtig, dass es nicht nur eine Ausstellung ist, sondern dass auch die Künstler sich weiterbilden können. Deswegen organisieren wir schon seit der zweiten Ausgabe des Festivals viele Seminare. Bei dieser Gelegenheit gab es zwei: eines über das Urheberrecht in der Kunst und eines darüber, wie man selbst eine Ausstellung organisiert. Und klar, das Format Ausstellung ist attraktiver für das Publikum, aber auch für die Künstler: es ist eine Win-Win-Situation. Das ist ein weiterer Unterschied zu klassischen Meetups. Denn bei diesen Treffen geht es zwar um Austausch zwischen Künstlern, aber nicht um gegenseitige praktische Unterstützung. Im Fall von Chilean Conexión gibt es beides. Der Austausch ist hier indirekter: es gibt keinen Tisch, an dem sich alle versammeln und über visuelle Kunst diskutieren. Aber es kommen mehrere visuelle Künstler aus Chile, die in Berlin leben, zusammen und schaffen diesen Austausch. Chilean Conexión ist also ein Festival, bei dem die Künstler ihre Arbeit zeigen, Musik machen und so weiter, aber vor allem ist es ein Ort, an dem die Leute ihre Erfahrungen austauschen können.

Warum ist der Austausch von Erfahrungen für dich so wichtig?
Die Bedeutung, die ich dem Teilen von Erfahrungen zuschreibe, hat nicht nur mit der Kunst zu tun, sondern mit meinem persönlichen Blick auf menschliches Schaffen. Ich bin Architekt und habe es immer von der Architektur aus betrachtet. Ich habe schon immer mit partizipativer Architektur gearbeitet. Dabei ist die Partizipation fundamental, um Wissen aufzubauen, Dinge zu verbessern und Entwicklung zu fördern. In dem Moment, in dem Menschen ihre Erfahrungen teilen, profitiert man nicht nur von den Erfahrungen des andern, sondern stärkt auch das soziale Gefüge. Im Teilen liegen zwei wichtige Dinge: man hat Zugang zu Wissen, ohne selbst bestimmte Erfahrungen gemacht haben zu müssen und man schafft einen Akt der Gemeinschaft. Das gibt Kraft. Als Migrant ist das fundamental.

Warum?
Wenn du als Migrant nicht in der Lage bist, dich gut zu integrieren oder dich mit den anderen in einem neuen Land zurechtzufinden, bist du verloren. Wenn Chilenen, Argentinier oder sonstwer zu mir kommen und mich nach etwas fragen, denke ich jedes Mal: „Ich wünschte, ich hätte damals jemanden wie mich gefunden, der mir so klar sagen kann, wo es langgeht, was man machen kann, wie es geht.” Ich teile Wissen mit ihnen, das zu sammeln mich selbst sechs oder sieben Jahre gekostet hat. Auf diesem Weg kannst du wirklich verloren gehen. Aber wenn du ein soziales Gefüge findest, schaffst du den Weg wahrscheinlich schneller. Ich denke, Chilean Conexión hat es geschafft, ein solches Gefüge in diesen Bereich zu bringen.

Also ist das Festival auch eine Art Vermittler?
In der Welt der Kunst gibt es nicht so viele Orte, an denen Menschen zusammenkommen, um von den Erfahrungen des anderen zu lernen. Deshalb denke ich, das ist ein großer Vorteil des Festivals. Denn es ist keine Biennale der Kunst, sondern ein Treffen von Künstlern. Das Festival hat ein künstlerisches Standbein, aber auch ein soziales, denn das Ziel ist, dass die Künstler ihre beruflichen Möglichkeiten erweitern und verstärken können. Und das nicht nur als Künstler, sondern auch als Migranten. Dass sie sich im Austausch mit den anderen stärken, verstehen, was andere machen oder einfach nur mit anderen sprechen und ihren Weg kennenlernen. Da ist eine Plattform wie Chilean Conexión, auf der Menschen der gleichen Kultur zusammenkommen, ein großer Vorteil.

„KYBURG MUSS SICH VERANTWORTEN“

Menschenrechtsverbrecher im Kiez Escrache in Prenzlauer Berg, Foto: Luciando Villalba Outeda

Was hat es mit Ihnen gemacht, als Sie erfahren haben, dass ein Folterer der argentinischen Militärdiktatur unbehelligt in Berlin lebt?
Ich habe es aus der Bild-Zeitung erfahren und für mich war es ein Schock. Schon seit meiner Arbeit mit den Abuelas de la Plaza de Mayo in Argentinien war uns bewusst, dass einige der Angeklagten versuchen würden, nach Europa zu fliehen, um sich über die doppelte Staatsbürgerschaft der argentinischen Justiz zu entziehen. In Argentinien gibt es viele Nachfahren von europäischen Einwanderern, die die Staatsbürgerschaft ihrer Eltern erben. So wie im Fall von Luis Kyburg. Es ist aber nicht das Gleiche, das theoretisch zu wissen, wie es auf einmal so nah zu haben. Als ich die Schlagzeile gelesen habe, war klar: Die Vergangenheit kehrt zurück, holt mich wieder ein und kommt mir sehr nah. Ich konnte also nicht anders, ich musste etwas tun.

Und was haben Sie dann getan?
Es gab ein Kollektiv von verschiedenen Gruppierungen von Argentiniern in Berlin und Deutschland, Exilierte und andere. Nachdem die Nachricht erschienen war, haben wir zu einer Protestaktion aufgerufen und entschieden, diesen Aufruf als H.I.J.O.S. Deutschland zu veröffentlichen. Wir haben im Prenzlauer Berg Plakate geklebt und Flyer mit der Fahndungsanzeige von Interpol und dem Foto von Kyburg aus der Zeitung verteilt, zusammen mit offiziellen Infos über den Fall, damit die Anwohner Bescheid wissen.

Was wollten Sie mit dieser Aktion erreichen?
Die Idee eines escrache ist, dass die Leute ihn auf der Straße erkennen können. Und ein Restaurant- oder Kioskbesitzer sagen kann: „Nein, hier hast du Hausverbot, Menschenrechtsverbrecher werden von uns nicht bedient.“ Diese Aktionsform, in der es um die Anklage und Sichtbarmachung von Menschenrechtsverbrechern geht, kommt aus der Zeit, als in Argentinien noch Straflosigkeit herrschte. Wir versuchten damit eine soziale Verurteilung zu erreichen und wollten zeigen, dass sie ganz nah waren, wir wollten ihre Verstecke aufdecken. Kyburg versteckt sich hier in Berlin, er ist vor der argentinischen Justiz geflüchtet. Dieser Mann will unbedingt unbemerkt bleiben, niemand soll mitbekommen, wo er ist oder was er getan hat. Wir wollen das öffentlich machen. Wir wollen, dass den Nachbarn bewusst wird, neben wem sie dort wohnen.

Wie lief die Aktion am 12. September ab?
Wir sind gemeinsam und begleitet von einer Musikgruppe mit Plakaten und Fotos der gewaltsam Verschwunden durch den Prenzlauer Berg gegangen. An jedem Halt haben wir die Namen der 88 Opfer verlesen, wegen derer Kyburg angeklagt ist. Das sind die Menschen, die in dem geheimen Foltergefängnis inhaftiert waren, als Kyburg dort im Amt war. Wir haben Silhouetten auf die Straße gemalt, die symbolisch für die Verschwundenen stehen. Omar Marochis Neffe, Rodrigo Díaz, der in Köln lebt, war selbst da und hat den letzten Brief seines Onkels vorgelesen. Omar ist einer der Verschwundenen aus dem Marinestützpunkt, in dem Kyburg gedient hat.

In Argentinien wurden bei den escraches auch die Häuser der Militärs markiert, bei Kyburg nicht.
Das waren andere Momente und Kontexte. In Argentinien galten bis zum Jahr 2003 Gehorsamspflicht- und Schlusspunktgesetze, keiner der Völkermörder konnte damals verurteilt werden. Erst als die Gesetze unter der Regierung von Nestor Kirchner als ungültig erklärt wurden, begannen im ganzen Land die Prozesse für die Verbrechen der Militärdiktatur. Wir wollten nichts direkt gegen ihn machen, die Idee war, dass die Nachbarn Bescheid wissen und dass diese Unrechtssituation auch in den deutschen Medien aufgenommen wird. Unsere Aktion war ein symbolischer und sehr wichtiger Akt des Gedenkens.

Wieso wurde Kyburg nicht in Argentinien verurteilt?
Er konnte nicht verurteilt werden, weil er schon vor seiner Anhörung geflohen ist. Sonst wäre Kyburg wegen Verbrechen gegen die Menschlichkeit verurteilt und säße im Gefängnis. Im Jahr 2016 gab es im gleichen Prozess ein Urteil, in dem unter anderem ein direkter Vorgesetzter und andere seiner Kameraden bei den Kampfschwimmern, auch Untergebene, verurteilt wurden. Kyburg war 1976 Vizekommandant der Schwimmeinheit, ihm wäre das gleiche passiert. Er ist aber geflohen, bevor der Haftbefehl wegen der schwerwiegenden Anklagen gegen ihn ausgesprochen wurde.

Was erwarten die H.I.J.O.S nun von der deutschen Justiz?
Das gleiche wie von der argentinischen. Wir erwarten Juicio y Castigo, Prozess und Strafe: Einen gerechten Prozess, der die vergangene Zeit berücksichtigt. Wir reden von Taten, die vor 44 Jahren geschehen sind. Großmütter der Plaza de Mayo sind gestorben, während sie versuchten, ihre Enkel zu finden. Es gibt Überlebende, Zeugen der Folterlager, Kläger und Angehörige, die jetzt nicht mehr da sind. Folterer, die nicht mehr zu ihrem Prozess gekommen sind, da sie vorher verstorben sind. Also wollen wir, dass auf die Zeit geachtet wird, die schon verstrichen ist und auf die, die die Ermittlungen der deutschen Justiz noch brauchen wird.

Wie wurde Kyburgs Entdeckung in Argentinien aufgenommen?
Viele Menschenrechtsorganisationen blicken erwartungsvoll auf den Fall, zum Beispiel die Großmütter. Sie wollen natürlich wissen, was mit den beiden schwangeren Frauen und ihren Kindern geschehen ist, die dort inhaftiert waren. Die Informationen, die bei den Ermittlungen herauskommen könnten, sind wichtig.

Die Vorstellung, dass Kyburg mit diesem Wissen herumläuft, ist grausam…
Ja. Man geht in alle Prozesse um Verbrechen gegen die Menschlichkeit mit dieser Erwartung hinein, mehr Informationen über den Verbleib der Verschwundenen zu erfahren. Selbstverständlich muss er etwas wissen. Dieser ganze Fall ist sehr heftig. In Argentinien ist es Staatspolitik, die Unterdrücker der letzten Militärdiktatur vor Gericht zu bringen. Es gibt einen Staat, der darauf achtet, dass dieser Fall nicht unbestraft bleibt und die Menschenrechtsorganisationen von Mar del Plata, die Angehörigen und H.I.J.O.S. Wir sind verschiedene Generationen, die sich der Suche nach Gerechtigkeit verschrieben haben und wissen wollen, was damals passiert ist. Damit werden wir nicht aufhören.

Was sind Ihre Forderungen?
In diesem Fall ist es wichtig, darauf zu beharren, dass es Gerechtigkeit gibt. Wenn Deutschland Kyburg wegen des Grundgesetzes nicht ausliefern kann, dann soll er hier verurteilt werden. In Argentinien kann man nicht in Abwesenheit verurteilt werden, auch wenn alles Beweismaterial bereits beisammen ist. Alle Beweise, Zeugenaussagen, Dokumente und persönliche Akten belasten diesen Mann. Wir reden nicht von einer Vermutung, sondern von einem systematischen Plan der Auslöschung von politischen Gegnern, als Tatbestand auch Genozid genannt. Es gab eine Struktur in der Marine, es gab Ränge und er hatte einen hochrangigen Posten in der Befehlsstruktur inne. Das Zentrum der Kampfschwimmer war in dem Marinestützpunkt, wo Menschen inhaftiert waren, die gewaltsam verschwundengelassen wurden. Auch zwei Morde haben dort stattgefunden. Das sind bewiesene und schwerwiegende Verbrechen. Dafür muss er sich verantworten. Wir fordern einen Prozess mit einem gerechten Urteil – und einem Verteidiger, denn er kann aussagen, wenn er will. Normalerweise machen sie keine Aussagen. Es gab einen Schweigepakt unter ihnen über das, was während der Militärdiktatur passiert ist. Das fordern wir. Nicht mehr und nicht weniger.

Sie sind Tochter von Opfern der Militärdiktatur. Nun werden Sie selbst in einem Prozess als Zeugin aussagen.
Ich habe mich wie viele von uns der Aufarbeitung der Geschichte unserer Eltern und unserer eigenen Geschichte verschrieben. Meine Eltern Jacinto Alonso Saborido und Rosa Delfina Morales waren politische Gefangene. Meine Mutter konnte im peruanischen Exil überleben, mein Vater wurde ermordet. Ich konnte herausfinden, was mit meinem Vater geschehen ist, da sie seine Leiche meinen Großeltern übergeben haben. Das war kurz vor der Diktatur. Offen sind die Fragen danach, wer dafür verantwortlich ist. Dafür muss ich nun in einem Prozess aussagen, in dem es um das geheime Foltergefängnis Banfield geht. Ich war in vielen Prozessen als Anwältin anwesend, aber jetzt geht es um mich als Zeugin, als Tochter. Aus der Revolutionären Arbeiterpartei (PRT), in der meine Eltern politisch aktiv waren, lebt die Mehrheit nicht mehr. Es ist wichtig, den Opfern in den Prozessen die Möglichkeit zu geben, gehört zu werden. Das zu hören, was wir zu sagen haben. Manchmal kommt diese Möglichkeit zu spät. Deswegen bestehen wir so sehr darauf, in Fällen wie diesem schnell zu handeln, denn die Zeit spielt gegen uns.

Was bedeutet der Fall Kyburg für Sie als in Deutschland lebende Argentinierin?
Für mich sind die Fälle der schwangeren Frauen sehr wichtig. Es gibt nichts Bösartigeres als die Vorstellung, dass sie Schwangere foltern, aber am Leben lassen, um ihnen ihre Kinder zu nehmen und sie mit einer Identität aufwachsen zu lassen, die nicht ihre eigene ist. Das geht mir nicht in den Kopf. Ich bestehe darauf: Das sind Verbrechen gegen die Menschlichkeit, sie richten sich gegen die gesamte Menschheit. Das darf nicht passieren. Vor allem, wenn wir die deutsche Geschichte im Kopf haben. Es ist sehr wichtig, dass Deutschland ein deutliches Signal gibt. Es muss eine klare Verurteilung dieser Verbrechen geben, damit sie nicht straflos bleiben. Wir reden hier von Entführungen, Folter, von gewaltsamem Verschwindenlassen von Menschen durch staatlichen Terror. Deutschland hat die UN-Konvention gegen das Verschwindenlassen unterzeichnet, aber es noch nicht als eigenen Straftatbestand ins Strafgesetzbuch aufgenommen. Dieser Mann soll nicht davonkommen, er soll nicht geschützt durch seine deutsche Staatsbürgerschaft in Berlin leben – nicht mit dieser Geschichte, die wir alle mit uns herumtragen.

Ich erwähne so oft den Fall der Großmütter und der schwangeren Frauen wegen der Idee, verschiedene Generationen in die Verantwortung zu nehmen. Denn es ist das, was sie wollten: auch die nachfolgenden Generationen vernichten. Ich denke dabei an das Bild von einem Stein, der Wellen macht, wenn man ihn in einen See wirft. Jede Welle ist eine Generation, der Stein des Verschwundenen geht unter, aber wir sind alle drumherum. Generation für Generation. Ich möchte nicht, dass meine Kinder, die Deutsche sind, hier mit dem Gedanken leben und aufwachsen, dass Deutschland diesen Mann ruhig in Freiheit leben lässt. Ich setze mich dafür ein – wegen meiner Geschichte, wegen meiner Kinder und weil ich hier lebe.

OB DAS GESETZ KOMMT ODER NICHT: WIR MACHEN WEITER

CECILIA BRAGA (links im Bild) ist Psychologin aus der Provinz Neuquén, Patagonien (Argentinien), und Mitglied des feministischen Kollektivs La Revuelta. Sie hat ihre Abschlussarbeit über Abtreibung in Argentinien geschrieben und kam deshalb in Kontakt mit La Revuelta, wo sie seitdem engagiert ist. Seit Januar 2018 ist sie Teil des Kollektivs und begleitet Frauen und Queers, die abtreiben wollen.

ROSA MALDONADO ist Krankenschwester. Sie lebt in Barcelona, wo sie als Mitglied der feministischen Organisation Mika für Frauen*rechte kämpft. Außerdem engagiert sie sich im Kampf für ein universelles und kostenloses Gesundheitssystem. Sie arbeitete in Argentinien als Gewerkschaftsdelegierte des Krankenhauses Castro Rendon und unterstützte zwischen 2001 und 2004 die Arbeiter*innen der Fabrik Zanon, die unabhängig die Fabrik wieder in Gang setzten.

 

Abtreibung ist in Argentinien illegal, so wie in den meisten lateinamerikanischen Ländern. Sie begleiten Frauen und Queers, die sich dazu entscheiden, es dennoch zu tun. Trotzdem treten Sie öffentlich und mit vollem Namen auf?
Cecilia Braga: Das ist eine bewusste Entscheidung. Wir verstecken uns nicht.
Rosa Maldonado: Wir geben nur Informationen heraus und begleiten Frauen, die abtreiben wollen. Wir brauchen uns nicht zu verstecken.

Haben Sie keine Angst?
C.B.: Unser Aktivismus ist riskant. Wir und die Frauen, die wir begleiten, riskieren viel. Die Abtreibungen an sich sind aber nicht wegen der dabei verwendeten Medikamente riskant, sondern weil sie heimlich stattfinden. Die Frauen sterben nicht an den Medikamenten, sondern an unsicheren Methoden.

Und dort kommen Sie ins Spiel. Wie entstand das Netzwerk der Socorristas?
C.B.: Wir kommen von La Revuelta, der ersten Organisation in Argentinien, die die sogenannte rosa Hilfe (socorro rosa), angewendet hat. La Revuelta gibt es seit 2001 und wendet seit 2013 die rosa Hilfe in Neuquén an. Im gleichen Jahr hat dieses Kollektiv die Entstehung des nationalen Netzwerkes der Socorristas angestoßen. Besagtes Netzwerk wuchs und gewann an Sichtbarkeit. Seitdem gibt es einmal im Jahr ein nationales Plenum. Dort treffen sich alle 52 Gruppen der Socorristas Argentiniens, um verschiedene Themen zu diskutieren.

Sie erwähnten die rosa Hilfe. Was ist das? Wie wird dabei vorgegangen?
C.B.: Die rosa Hilfe haben wir von Aktivistinnen in Frankreich übernommen. Es ist eine Möglichkeit, Frauen mit Abtreibungswunsch zu begleiten. Es gibt vier Schritte: Zuerst werden die Frauen telefonisch beraten. Dabei geht es darum, ihnen die Ängste zu nehmen und sie wissen zu lassen, dass wir sie begleiten und eine Lösung finden werden. Der zweite Schritt ist ein Workshop, in dem wir alle nötigen Informationen zur Abtreibung mit Medikamenten bereitstellen. Die Medikation, eine Kombination aus Misoprostol und Mifepriston, ist von der Weltgesundheitsorganisation (WHO) empfohlen. Wir wenden das von der WHO herausgegebene Protokoll an und werden dabei von Ärztinnen und Ärzten unterstützt. Wenn wir all diese Informationen an die Frauen weitergeleitet haben, füllen wir einen Vertrag aus, eine politische Vereinbarung des Netzwerks der Socorristas. Dieser Vertrag dient dazu, Informationen über die von uns begleiteten Frauen zu sammeln. Danach folgt die eigentliche Abtreibung und die anschließende medizinische Kontrolle. Außerdem gibt es noch die violette Hilfe (socorro violeta) für Fälle von Gewalt. Wir beraten nicht nur und stellen in Workshops Informationen zur Verfügung, wir begleiten auch den Moment der Abtreibung telefonisch und haben dafür Personen in Bereitschaft.

Wer organisiert die Workshops?
C.B.: Die Socorristas. Ich selbst bin Psychologin, die Mehrheit der Socorristas sind Lehrkräfte, Sozialarbeiterinnen oder arbeiten im Gesundheitswesen. Jede Person, die die Vorgehensweise kennt, kann den Workshop geben. Wir bilden auch Frauen aus, die lernen wollen, Abtreibungen zu begleiten. Letztes Jahr hat uns die marea verde [Anm. d. Red.: Grüne Flut, Bezeichnung der Bewegung für die Legalisierung von Abtreibung, die sich auf das Symbol der grünen Halstücher bezieht] überschwemmt, von 30 sind wir auf 52 Gruppen angewachsen. Es ist eine Herausforderung, Schulen für Socorristas aufzubauen und an abgeschiedene Orte des Landes zu reisen. Manche Frauen können nicht 600 km weit reisen, um den Workshop zu besuchen. Es war eine strategische Überlegung, diese Schulen aufzubauen, damit neue Gruppen entstehen.

Wie oft finden die Workshops statt?
C.B.: In Neuquén, einer der Provinzen, in der am meisten Frauen bei Abtreibungen begleitet werden, geben wir jeden Tag Workshops, manchmal zweimal am Tag. Und wir machen Gruppentreffen mit fünf, sechs oder mehr Frauen. Manchmal, wenn das Telefon heiß läuft, bieten wir sogar noch mehr Treffen an. Andere Provinzen, in denen ebenfalls viel begleitet wird, sind zum Beispiel Córdoba, Buenos Aires und Tucumán.

Wie finden die Personen, die abtreiben wollen, denn zu Ihnen?
C.B.: Es gibt hilfsbereite Ärzte und Ärztinnen, die unseren Kontakt weitergeben. Da gibt es einen Widerspruch, denn in Fällen von Vergewaltigung oder gesundheitlichen Problemen könnten sie einen legalen Schwangerschaftsabbruch gewährleisten. Warum also verweisen sie die Frauen an uns? Wir verlangen deshalb manchmal vom Gesundheitssystem Hilfe, in anderen Fällen wissen wir, dass da nichts geschehen wird und begleiten selbst. In Neuquén haben wir außerdem unglaublich viel Infomaterial verteilt. Zudem werden wir auch zu Gesprächen in Schulen eingeladen und bieten immer wieder Workshops an. In diesem Jahr haben wir eine beeindruckende Anzahl von Workshops in verschiedenen Schulen gegeben.

 

In Argentinien und Berlin: Für legale Abtreibungen (Foto: privat)

Was für ein Widerspruch, oder? Einerseits ist Abtreibung illegal, anderseits bieten Sie Gesprächsrunden in staatlichen Institutionen an….
C.B.: Ja, in Neuquén weiß die Regierung von uns. Wir werden von den Schulen eingeladen, um über Gewalt zu sprechen. Aber die Jugendlichen wollen mehr wissen: Wie wir das machen, wie wir begleiten. Also geben wir ihnen entsprechende Informationen. Es ist beeindruckend, wie sie darüber reden wollen. Da es viele Lehrer gibt, die das Gesetz der Integralen Sexualerziehung nicht anwenden, haben die Jugendlichen viele Fragen.

In Argentinien wird Misoprostol in Apotheken nur auf Rezept herausgegeben, theoretisch also nur in Fällen, in denen eine Abtreibung legal ist. Wie kommen Sie an die Tabletten?
C.B.: Manche Frauen besorgen sich das Medikament auf eigenen Wegen und wenden sich mit der Frage nach der richtigen Anwendung an uns. Denn oft erklären nicht einmal die Ärzte das Vorgehen. Es gibt auch Apotheken, die sich weigern, Misoprostol herauszugeben. Es war klar, dass nach der massiven Mobilisierung letztes Jahr, der grünen Flut, auch eine Gegenbewegung, dieses „Wir retten beide Leben“ entsteht. In vielen Apotheken verweigern sie sogar die Ausgabe der Pille danach, sie sagen dir: „Ich gebe dir das nicht, denn für mich ist das Abtreibung“. Wir haben Allianzen und Netzwerke mit internationalen feministischen Organisationen geschmiedet, die daran mitarbeiten, das Medikament zugänglich zu machen.
R.M.: Es ist wichtig zu betonen, dass dieser Rahmen der Illegalität den Schwarzmarkt fördert. Nicht nur was die Medikation angeht, sondern auch die Praxis der Abtreibung. Es gibt Ärzte, die sich für Abtreibungen teuer bezahlen lassen. Anderseits gibt es auch Beschwerden vom Personal gynäkologischer Abteilungen, denen Misoprostol nicht einmal für die beiden Fälle, in denen Abtreibung legal ist, zur Verfügung steht. Die „Kindermütter“ sind da ein weiteres sehr deutliches Beispiel für die Abwesenheit des Staates. Vor zwei Wochen gab es in einem solchen Fall ein Urteil. Der Fall des Arztes aus Cipoletti, der eine junge Frau, die vergewaltigt wurde, betreut hat. Sie hat sich danach an uns gewendet. Sie wurde von der Polizei ins Krankenhaus geschickt und hat sich dort einem „Pro-Leben-Gynäkologen“ gegenüber gesehen. Dieser hat ihr nicht nur die Abtreibung verweigert, sondern auch noch eine begonnene Abtreibung gestoppt und später eine Geburt eingeleitet. Der Fall ist sehr bekannt, denn es war der erste Fall, in dem ein Arzt verurteilt wurde. [Anm. d. Red.: Der Arzt Leandro Rodríguez Lastra wurde beschuldigt, das Prozedere einer legalen Abtreibung gestoppt zu haben. Gemäß den Angaben der Staatsanwaltschaft verabreichte er einer vergewaltigten jungen Frau ein Medikament, welches den bereits begonnen Prozess rückgängig machte. Nach diesem Eingriff wurde das Opfer gegen ihren Willen bis zur Geburt zwei Monate im Krankenhaus interniert. Am 21. Mai 2019 wurde Rodríguez Lastra schuldig gesprochen].

Jedes Mal, wenn Sie eine Abtreibung begleiten, werden einige Daten erhoben. Erstellen Sie Statistiken über die Zahl der Frauen und Queers, die sich an Sie wenden und die Sie begleiten?
C.B.: Ja, wir systematisieren das. Die Daten und Statistiken sind auf unserer Website abrufbar. Diese Information dienen auch dazu, Mythen zu widerlegen: Zum Beispiel gibt es viele religiöse Frauen, die dennoch abtreiben. All diese Daten haben wir beispielsweise zum Kongress mitgebracht, als dort 2018 über die Legalisierung der Abtreibung debattiert wurde.

Wie funktioniert die Finanzierung des Netzwerkes? Woher kommen die Mittel?
R.M.: Wir finanzieren uns über verschiedene Projekte. In Barcelona zum Beispiel gibt es ein Projekt der Calala-Stiftung zum Thema Arbeit und Informationsverbreitung. Wir finanzieren uns aber auch durch kulturelle Veranstaltungen, die wir selbst organisieren und durch Spenden von Organisationen und anderen feministischen Kollektiven.
C.B.: Die, die schon länger dabei sind, haben uns erzählt, dass sie früher alles aus eigener Tasche bezahlen mussten. Wenn ein Treffen in einer anderen Stadt stattfand, wurden Fahrgemeinschaften organisiert. Heute können wir einen Bus mieten und gemeinsam reisen, und wer wenig hat, kann weniger zahlen.

Sie versuchen aktuell, eine Gruppe der Socorristas in Berlin aufzubauen. Mit welchem Ziel?
R.M.: Wir sind auf der Suche nach Solidarität mit unserem Anliegen, nach Unterstützung für unser Netzwerk. Ein weiteres Anliegen ist das Thema der Ultraschall-Untersuchungen. Wir bitten die Frauen, die abtreiben wollen, sich vorher untersuchen zu lassen. Ein Ultraschall vor der Abtreibung, um zu erkennen, in welcher Schwangerschaftswoche sie sind und eine abschließende Kontrolluntersuchung. Sehr viele Frauen habe heute keine Krankenversicherung, also gehen sie in die öffentlichen Krankenhäuser, die wegen der Krisensituation, die das Land durchlebt, überfüllt sind. Dort müssen sie oft Monate auf einen Untersuchungstermin warten. Das ist ein heikles Thema, denn es ist nicht das gleiche, nach wenigen Wochen abzutreiben oder erst nach dem ersten Drittel der Schwangerschaft. Darum haben wir ein Projekt gestartet, mit dem wir versuchen, Unterstützung für die Anschaffung von vier Ultraschallgeräten zu gewinnen. Diese wollen wir in verschiedenen Orten des Landes einsetzen, in denen die wir die meisten Abtreibungen begleiten. Auch die bedürftigsten Frauen, ohne Krankenversicherung, sollen Zugang zu einer Ultraschalluntersuchung vor und nach der Abtreibung haben.

Millionen Menschen warten darauf, dass der Gesetzentwurf zur freiwilligen Unterbrechung der Schwangerschaft verabschiedet wird. Was ist die Zukunft der Socorristas, falls dies endlich geschehen sollte?
C.B.: Ob das Gesetz kommt oder nicht, wir machen weiter. Manche Frauen, die auch zu einem Gesundheitszentrum gehen könnten, um abzutreiben, sagen: „Nein, ich mache das lieber mit euch“. Denn sie wissen, dass sie bei uns betreut werden, dass wir da sind, dass wir sie begleiten. Es ist eine andere Art der Begleitung, eine feministische Begleitung.

 

“QUE SALGA O NO LA LEY NO IMPLICA QUE DEJEMOS DE HACER LO QUE HACEMOS”

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CECILIA BRAGA (izquierda) es psicóloga proveniente de la provincia de Neuquén, Patagonia Argentina, e integrante de la colectiva feminista La Revuelta. Escribió su tesis de licenciatura sobre el aborto en Argentina y se contactó por este motivo por primera vez con La Revuelta. Desde enero del 2018 es parte de la colectiva y acompaña mujeres a abortar.

ROSA MALDONADO es enfermera. Radica en Barcelona, donde también milita por los derechos de la mujer en la agrupación feminista Mika y participa en colectivos sociales  por una Sanidad Universal y publica. Participó en Argentina como delegada sindical del hospital “Castro Rendon” y colaboro en el 2001 al 2004 con los trabajadores de la Fábrica Zanon, recuperada por sus trabajadores bajo control obrero.

 

El aborto en Argentina, como en la mayoría de los países latinoamericanos, es ilegal. Ustedes acompañan a las mujeres que, a pesar de esa ilegalidad, deciden abortar. Sin embargo, hoy ustedes se presentan con nombre y apellido…

C.B.: Es una decisión. No nos escondemos.

R.M.: Nosotras sólo damos la información y acompañamos, no hace falta esconderse.

 

¿No tienen miedo?

C.B.: Nosotras siempre decimos que nuestro activismo socorrista es un activismo arriesgado: nosotras nos arriesgamos con las mujeres, estamos ahí y las acompañamos. No es arriesgado por la medicación, que es segura, sino porque estos abortos siguen siendo clandestinos. Las mujeres no fallecen por usar medicación; ellas fallecen por usar métodos inseguros.

 

Y ahí es donde entran ustedes en juego. ¿Cómo nace la red de Socorristas?

C.B.: Nosotras venimos de La Revuelta, una agrupación neuquina que existe desde el 2001. La Revuelta fue el primer grupo en implementar, en el 2010, el socorro rosa en Argentina. En el año 2013, se impulsó desde esta colectiva la creación de la Red Nacional Socorrista. La red creció, y en el año 2014 se hizo más visible: empezamos a tener más reuniones, incluso para semana santa. Desde entonces nos reunimos una vez al año en la llamada “Plenaria nacional”. Allí nos juntamos todas las „grupas“ de Argentina a debatir distintos temas. En este momento somos alrededor de 52.

 

Recién mencionaron el socorro rosa. ¿Qué es? ¿Cómo es el procedimiento?

C.B.: El socorro rosa es algo que tomamos de las compañeras de Francia; es uno de los dispositivos que tenemos para acompañar a las mujeres que desean abortar. Éste se divide en cuatro partes: la primera es cuando la mujer llama al teléfono. Tratamos de bajar mucho las ansiedades, de que sepan que las vamos a acompañar, que no van a estar solas, que tiene solución. De ahí pasamos al segundo momento, el del taller, donde nosotras les brindamos toda la información necesaria para abortar con medicamentos. La medicación, una combinación de Misoprostol y Mifepristona, es recomendada por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Nosotras aplicamos el protocolo sacado de la OMS. A su vez, contamos con la ayuda de médicas y médicos. Una vez que les damos toda la información a las mujeres, llenamos una “protocola”, que es un acuerdo político que tenemos en toda la red de Socorristas. La “protocola” sirve para recolectar información de esas mujeres que nosotras acompañamos. El tercer momento es el del aborto en sí y el cuarto es el control médico. También tenemos lo que se llama Socorro violeta, que es para los casos de violencia.

Es importante aclarar que nosotras no sólo atendemos su llamada y ellas van a un taller donde le damos la información, sino que también las acompañamos telefónicamente en el momento del aborto. Hacemos una guardia según el momento en el que deciden abortar y estamos ahí con ellas.

 

Volvamos a ese segundo momento. ¿Quiénes están a cargo de los talleres?

C.B.: Las socorristas. Yo particularmente soy psicóloga, y la mayoría son docentes, trabajadoras sociales y del personal de salud, pero en realidad es un taller que lo puede dictar cualquier persona que conozca el procedimiento. Nosotras también les enseñamos a las mujeres que quieren acompañar, o sea, tenemos escuelas de socorristas.

El año pasado esta “marea verde” [Nota: el movimiento para la legalización del aborto, cuyo nombre se refiere al símbolo de los pañuelos verdes] un poco nos inundó, y pasamos a ser de 30 a 52 „grupas“ nuevas. Entonces se necesitó también plata para poder armar escuelas socorristas: hasta este momento, dictar los talleres implicaba viajar hacia distintos puntos del país, donde el aborto no llega. Porque está claro que hay mujeres que no pueden viajar 600 kilómetros para ir a un taller, obtener la información y enterarse cómo hacer todo. Era estratégico que haya escuelas socorristas para que hayan nuevas „grupas“.

 

Evidentemente, la demanda crece. ¿Con qué frecuencia se dictan los talleres?

C.B.: En el caso de Neuquén, que es una de las provincias que más acompaña, dictamos talleres todos los días, incluso hasta dos por día, y hacemos encuentros grupales de hasta 5 o 6 mujeres, o más. A veces hay que poner talleres extra porque explota el teléfono. Otras provincias que también acompañan mucho son, por ejemplo, Córdoba, Buenos Aires y Tucumán.

 

¿Cómo llegan las mujeres a ustedes?

C.B.: Hay médicos y médicas amigables que dan nuestro dato. Esto es una contradicción, ya que en muchos casos ellos pueden garantizar una interrupción legal del embarazo [en caso de las dos causales: por violación y por problemas de salud] ¿Por qué dan entonces nuestro dato? Bueno, lo dan igual. Nosotras también acompañamos a esas mujeres. A veces le exigimos al sistema de salud, otras veces sabemos que no va a suceder y acompañamos nosotras. Además, particularmente hablando de Neuquén, empapelamos la ciudad. Después nos invitan a dar charlas a las escuelas. Y siempre estamos dando talleres. El año pasado fue impresionante la cantidad de talleres que dimos en escuelas.

 

En Argentina y Berlín: Por el aborto legal (Foto: Privada)

 

Qué contradición, ¿no? Por un lado el aborto es ilegal, por otro, ustedes dan charlas en instituciones estatales…

C.B.: Sí, por lo menos en Neuquén, el gobierno sabe de nosotras, sabe que existimos. En general nos invitan las escuelas para hablar de violencia. Pero el adolescente quiere saber. Ellas quieren saber qué hacemos, cómo acompañamos, así que damos información. Es impresionante cómo quieren hablar de eso. Y como hay muchos docentes que no aplican la ley de Educación Sexual Integral (ESI), los chicos tienen muchas dudas…

 

En Argentina la venta de Misoprostol en las farmacias exige receta y en teoría sólo puede ser obtenido para la realización de un aborto en los casos que contempla la ley (disp. 946-12/10/2018). ¿Ustedes cómo lo obtienen?

C.B.: A veces hay mujeres que lo consiguen por su cuenta y nos llaman diciendo: “tengo esto, ¿cómo se usa?” Porque ni siquiera los médicos, muchas veces, explican bien cómo es el protocolo. Pero no hay que olvidar que hay farmacias que no lo venden. Ni hablar del hecho de que con todo el movimiento del año pasado, esa “marea verde”, también surgieron los grupos de „salvemos las dos vidas“. En muchas farmacias ni siquiera te dan la pastilla del día después. Ellos dicen: “No, yo no te la doy, porque para mí es abortiva”. Nosotras hemos sabido generar alianzas y redes de cuidado con organizaciones feministas internacionales que colaboran con la tarea de facilitarles el medicamento a las mujeres.

R.M.: Hay denuncias de gente del servicio de ginecología porque no tienen Misoprostol ni siquiera para el uso legal, es decir, bajo las dos causales. Cuando decimos que hay un Estado ausente, que abandona a la mujer, también lo es en las dos causales. Las “niñas madres” son un ejemplo de cómo se han saltado las dos causales. Otro ejemplo es de hace aproximadamente quince días: el caso del médico de Cipoletti, que atendió a una joven violada. [El médico Leandro Rodríguez Lastra fue acusado de haber detenido el proceso de un aborto legal. Según la fiscalía, le aplicó un medicamento a una joven violada para revertir el proceso ya iniciado. Luego de la intervención, la victima fue internada contra su voluntad durante más de dos meses. El 21 de mayo Rodríguez Lastra fue declarado culpable].

Es importante recalcar que en este marco de la ilegalidad se favorece el mercado negro. No solamente de la medicación sino de la práctica del aborto. Hay médicos que cobran por hacer un aborto.

 

Ustedes hablaron de un relevamiento de datos de las mujeres a las que acompañan. ¿Se lleva a cabo algún tipo de procesamiento de esa información obtenida?

C.B.: Sí, hacemos una sistematización que se encuentra en la página de la red. Sacamos estadísticas y cruzamos datos. Esa información la utilizamos para ir derribando mitos: por ejemplo, muchas practican algún tipo de religión y abortan igual. Todos estos datos los llevamos por ejemplo al Congreso cuando se debatió el aborto legal en Argentina en 2018.

 

Crearon una estructura que de algún modo hay que sostener. ¿Tienen algún tipo de financiación? ¿De dónde salen los recursos?

R.M.: Se sostiene con distintos proyectos. En Barcelona, por ejemplo, presentamos un proyecto a la fundación Calala para apoyar el trabajo que hacen las Socorristas y la difusión de la información. Y en el caso de las compañeras de Neuquén, colaboran el fondo María, de México, junto con otras organizaciones.

C.B.: Las que están hace más tiempo nos cuentan que organizar un encuentro e ir hasta Córdoba, por ejemplo, que está en el centro del país, era con plata de ellas. Una ponía el auto y dividían la nafta. Hoy podemos alquilar un colectivo y viajar todas juntas, poniendo una parte o capaz nada. Eso se sostiene con proyectos.

 

Ahora ustedes están buscando armar un grupo de Socorristas en Berlin. ¿Con qué objetivo?

R.M.: Nuestro fin con el contacto en Berlin es un poco la búsqueda de solidaridad con nuestra causa. Acá intentaremos buscar soporte para nuestra red, para las mujeres que están difundiendo en las redes sociales o atrás del teléfono o acompañando. Por otro lado, tenemos otro tema, que es el de las ecografías. Nosotras les pedimos a las mujeres que quieran abortar que se hagan un control antes, una ecografía previa al aborto, para ver de cuantas semanas están, y una después, como control post-aborto. El tema es que hoy en día muchísimas mujeres no tienen obra social [seguro de salud] y tienen que ir a los hospitales públicos, que están sobrepasados por la situación de crisis que está viviendo el país, y no consiguen un turno para la ecografía, o les dan uno para un mes más tarde. Y este es un tema delicado, porque no es lo mismo abortar con unas semanas que hacerlo después del primer trimestre.

Nosotras decidimos traer la propuesta a Berlin con el fin de conseguir apoyo para comprar cuatro ecógrafos que puedan ser instalados en distintos puntos del país donde se acompañan más abortos. Para que las mujeres más necesitadas, sin obra social, puedan acceder a una ecografía tanto pre- como post-aborto. Esto empezamos a charlarlo en Barcelona. Pero lo traemos como propuesta a las distintas “colectivas”, a ver si hacemos una actividad para conseguirlo.

 

Millones de mujeres estamos esperando que se apruebe el Proyecto de Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE). ¿Cuál es el futuro de las socorristas si esto finalmente ocurriese?

C.B.: Que salga o no la ley no implica que dejemos de hacer lo que hacemos. Una mujer que puede ir a un centro de salud a hacerse un aborto a veces nos dice: no, yo prefiero ir con ustedes. Porque saben que el acompañamiento es cuidado, que estamos ahí, que es acompañado, que no van a estar solas. Es otro tipo de acompañamiento; un acompañamiento que, como nos gusta decir a nosotras, es un acompañamiento feminista.

 

RÜCKKEHR DER RATTEN

La Plaga Theater in Aktion // Foto: privat

Auf welcher Sprache kommuniziert ihr miteinander und mit dem Publikum? Welche Rolle spielt die Körpersprache dabei?
Lenia: Obwohl beide Gruppen unterschiedliche Sprachen sprechen, eint uns eine sehr starke Körpersprache. Als wir uns in Bolivien trafen, hatten beide Gruppen bereits unabhängig voneinander am Stück gearbeitet. Später, als wir uns die Szenen gegenseitig zeigten, mussten wir kaum etwas erklären: es wurde deutlich, dass beide Gruppen die Thematik ähnlich verstanden hatten, die erarbeiteten Bilder waren sehr ausdrucksstark. Über das Schauspiel gibt es eine sehr starke Verbindung zwischen uns.
Daniela: Wenn wir zusammen sind, spüren wir, dass es eine ähnliche Arbeitsweise gibt. Wir haben uns in der Art, wie wir Symbole und Metaphern erarbeiten gegenseitig erkannt.
Kathi: Diese Art des Arbeitens stellte für uns nie die Frage, ob Sprache ein Hindernis sein könnte. Ich denke, es hat auch damit zu tun, dass in Bolivien viele Sprachen gesprochen werden und man immer davon ausgehen muss, dass nicht alle die gleiche Sprache sprechen. So ist auch das Grundverständnis bei uns im Theater X. Wir haben oft Situationen, in denen Leute unterschiedliche Sprachen sprechen, dann wird entweder übersetzt oder mit Körpersprache gearbeitet.

Arbeitet die Gruppe des Teatro Trono mit unterschiedlichen Sprachen?
Lenia: Wir haben bereits mit verschiedenen Sprachen zusammengearbeitet, aber das wurde nicht vertieft. Wir haben es jedoch immer mit Pluralität zu tun. Bolivien ist ein sehr diverses Land, welches sehr viele unterschiedliche indigene Kulturen, Religionen und Regionen vereint. Das taucht in der Art wie wir arbeiten immer wieder auf. Mit unserem früheren Leiter Ivan Nogales haben wir sein Konzept der Dekolonisierung des Körpers erprobt und thematisiert. Die jahrelange Kolonialisierung Lateinamerikas hat sich zuallererst in die Körper eingeschrieben. Wenn man den Körper dekolonisiert, braucht man vor allem, wie bei allem anderen auch, Sprache. Im Prozess der Dekolonisierung geht es insbesondere darum, wieder den Körper zu benutzen und durch ihn mit anderen zu sprechen, denn das ist eine universelle Sprache.

In dem Stück La Plaga – die Rückkehr der Ratten geht es um das Wiedererstarken der politischen Rechten, um Diktatur und Kolonialismus. Wie habt ihr das Stück gemeinsam erarbeitet und euch über Motive und Inhalte ausgetauscht?
Daniela: Wenn man zurück geht in der Geschichte und von der Kolonialzeit ausgehend bis jetzt schaut, gab es viele Momente der Unterdrückung und Versuche, die Geschichte unsichtbar zu machen, insbesondere die Perspektive derer, die die Geschichte auf eine bestimmte Art gesehen haben. Ein wichtiger Moment dabei war die Diktatur und die Ansichten der Arbeiter*innen zu dieser Zeit. Ausgehend von diesem Blickpunkt bestand der Prozess vor allem darin, Parallelen und Ähnlichkeiten mit dem Theater X herauszufinden.

Welche historischen Verbindungen zwischen Deutschland und Bolivien will das Stück hervorheben? Und wie kann uns diese Betrachtung helfen, aktuelle politische Situationen besser zu verstehen?
Annika: Wir haben geschaut, was die historischen Kontinuitäten sind. Wo gab es Verbindungen zwischen Bolivien und Deutschland? Als Ansatzpunkt haben wir die Geschichte von Klaus Barbie, ehemaliger Chef der Gestapo in Lyon genommen, der beispielhaft für bestimmte Strukturen und Mechanismen steht und für etwas, dass überall auf der Welt immer wieder passiert. Klaus Barbie ist, so wie viele andere Nazis auch, mit Hilfe von Deutschland und den USA geflohen und wurde versteckt. In den fünfziger und sechziger Jahren, als es in Deutschland dann den Diskurs gab – „Jetzt haben wir Demokratie! Wir haben das alles hinter uns gelassen!“ – hat Barbie mit der Unterstützung des BND und der CIA die Diktatur in Bolivien aktiv mit aufgebaut. Das zeigt, wie faschistische Strukturen, Rechtsideologien und Staat zusammenhängen und weiter geführt wurden. Es wird sichtbar, welche verschiedenen Gesichter das hatte und wie es weiter gelebt werden konnte, einerseits in den 50er Jahren in Deutschland und andererseits in der Militärdiktatur in Bolivien. Und die heutige Zeit zeigt: Diskurse ähneln sich wieder.

Der deutsche Titel Die Rückkehr der Ratten bezieht sich auf die sogenannte Rattenlinie, der Fluchtweg für Ex-Nazis, die nach dem zweiten Weltkrieg nach Lateinamerika geflohen sind. Darin enthalten ist die Idee des Unheilvollen, das aus dem Untergrund wieder erstarken kann. Wie bewertet ihr den heutigen Widerstand gegen den neu aufkommenden Rechtsruck in beiden Ländern? Welche Perspektiven will eure Performance aufzeigen?
Lenia: In der Recherche sind wir von Verbindungspunkten ausgegangen, die Ähnlichkeiten in beiden Ländern aufzeigen. Aber nicht nur zwischen Bolivien und Deutschland, wo es das Beispiel von Klaus Barbie gab, sondern auch auf globaler Ebene. Es war uns wichtig sich nicht nur mit den Schlächtern, Tätern und Diktatoren auseinanderzusetzten, sondern insbesondere auch mit dem Widerstand. Wir wollen keine Täterfaszination ausüben, sondern den Widerstand stärken. Wir wollen aktuelle Widerstandsbewegungen inspirieren, weil man heute das Gefühl hat das viele Leute – und die Jugend als ein großer Teil davon – schlafen. Ein Ziel des Stückes ist es aufzuwecken und den Leuten einen Impuls zu geben. Gerade sieht man in vielen lateinamerikanischen Ländern sogenannte sozialistische Regierungen, die nicht wirklich linke Politik machen. Da viele von den linken Regierungen enttäuscht sind, wählen sie danach häufig eine sehr rechte Regierung. Wir wollen die Leute daran erinnern, kritisch zu sein mit dem was passiert.

Wie diskutiert ihr Gegenbewegungen zur Rechten? Wie betrachtet ihr einerseits das linke Regierungsregime unter Evo Morales in Bolivien und andererseits linke Bewegungen in Deutschland?
Kathi: Wir haben uns öfter die Frage gestellt gegen was oder wen genau wir Widerstand leisten müssen. Sind wir wieder auf dem Weg zu einem faschistischen Zustand? Was bedeutet Faschismus eigentlich? Wie war das in der Vergangenheit? Wir haben uns auch die Momente vor der Nazizeit angeschaut, zum Beispiel die Novemberrevolution. Was war das für ein Moment des Widerstandes? Worauf wurde da reagiert? Dann haben wir versucht das in unsere Zeit zu übersetzen, um zu sehen, dass der Faschismus eine Reaktion auf die Konterrevolution war. Wir wollen eine antikoloniale und antirassistische Linke haben. Nicht nur die internationale Perspektive, sondern auch unsere Perspektive als Theater X bringt – und das ist eine weitere Verbindung mit dem Teatro Trono – das mit sich. Gemeinsam überlegen wir: welches ist unsere Perspektive? Viele der Leute, die bei dem Stück mitwirken, haben selber die Erfahrung gemacht, hier weiter als Kolonialisierte behandelt zu werden. Viele sind aus eigener Motivation involviert.
Annika: Wir brauchen wieder eine starke linke Bewegung in Europa. In der Diskussion, die wir in Bolivien geführt haben, kam dann direkt eine Gegenreaktion: Moment, was heißt denn eigentlich „links“? In beiden Ländern bedeutet es etwas Unterschiedliches. Aber wir sind übereingekommen, dass, wenn wir von einer linken Bewegung sprechen, eine Bewegung von unten meinen und keine Parteipolitik. Es geht darum, Leute zusammenzubringen, sich zu vereinigen, im eigenen Land oder transnational.
Daniela: Die plaga kommt wieder hoch, zum Beispiel medial oder über Konsum und gleichzeitig ist der linke Widerstand verbraucht. Es ist notwendig neue Widerstandsformen zu finden, die das aufgreifen können. Vielleicht auf eine poetische Art und Weise…
Das Stück beginnt mit dem Satz: „Ich komme aus einem Land, das die Erinnerung verloren hat“. Wie wird in Bolivien mit Geschichtsvergessenheit umgegangen? Wie wird über die Vergangenheit gesprochen?
Lenia: Ein Land das seine Geschichte vergisst, ist ein Land ohne Seele und dazu verdammt, sie zu wiederholen. Das Teatro Trono macht politisches Theater, um Zeugenschaft von der Geschichte abzulegen. In unseren Stücken wollen wir historische Ereignisse auf poetische und metaphorische Art und Weise unserem Publikum zugänglich machen und erzählen, was eigentlich passiert ist. Ähnlich wie das Theater X berichten wir durch das Theaterspiel über historische Ereignisse und Fakten. Aktuell arbeiten wir an einem Stück, welches Wir sind die Kinder der Mine heißt. Darin geht es um die Realität der Minenarbeiter*innen und um ihre gewerkschaftlichen Kämpfe, bei denen viel Blut geflossen ist. Bei Schulprojekten geht es uns immer darum, wichtige Themen körperlich und spielerisch zu vermitteln.
Annika: Wir haben einen zentralen Satz, der uns immer wieder begleitet: Man muss die Vergangenheit erkennen, um die Gegenwart zu verstehen und die Zukunft zu verändern.

DEN SCHMERZ WEG TANZEN

Schon die ersten Takte des neuen Albums von La Yegros laden mit einem fetten, basslastigen Beat zum Tanzen ein. Beinahe 40 Minuten dauert dieses Fest namens Suelta, eine explosive Mischung aus südamerikanischer Folklore, angereichert mit Elementen elektronischer Musik. Suelta el dolor, den Schmerz loslassen, darum geht es.

La Yegros ist vor allem Mariana Yegros, aufgewachsen in Morón, einem Vorort von Buenos Aires und nun im südfranzösischen Montpellier wohnhaft. Ihre Eltern stammen aus der an Paraguay und Brasilien grenzenden argentinischen Provinz Misiones und brachten sie früh mit der dort typischen Folklore in Kontakt. Wohl auch deshalb ist die Sängerin, die gerne als Königin des digitalen Cumbias bezeichnet wird, nicht nur auf diesen Stil limitiert. Auch andere Varianten der nordargentinischen Folklore, wie Chamamé, Carnavalito, Huayno und Chacarera sind in ihrer Musik präsent. Der von treibender Percussion, Charango, Akkorden und andinden Flöten getragene Sound wird von den elektronischen Klängen gelungen ergänzt. Zwischendurch klingen auch rockige Töne durch, wie im kämpferischen Sube la Presión. Cuando, ein Lied, welches in zwei verschiedenen Arrangements vertreten ist, erinnert in der von Streichern dominierten, das Album abschließenden Version ein wenig an einen französischen Chanson.

La Yegros singt von klassischen Themen der Folklore, wie der Schönheit der Natur, von den Anden bis in die Selva, dem Tanzen oder der Liebe. Manchmal ist die Stimmung melancholisch, aber nie verzweifelt, eher kämpferisch. Dabei sticht besonders das feministische Tenemos Voz hervor, welches die schottische Musikerin Soom T. durch einen ungewöhnlichen, da englischsprachigen, Rap-Part bereichert. Unterstützt wird La Yegros von ihrem argentinischen Produzenten Gaby Kerpel, unter dem Namen King Coya als Urgestein der elektronischen Folklore bekannt. An Suelta wirken darüber hinaus Eduardo Cabra, besser bekannt als Visitante vom puerto-ricanischen Duo Calle 13, und Jori Collignon von der südafrikanisch-niederländischen Band Skip&Die als Gastproduzenten mit. Auch Daniel Martín, Komponist von La Yegros’ bekanntestem Lied Viene de mi, steuert wieder einige Songs bei. Das Album erscheint auf ihrem eigenen Label Canta la Selva. Sehenswert sind übrigens auch die aufwendig gestalteten Musikvideos, im Besonderen das zu Tenemos Voz, in dem ein reales Wandgemälde trickfilmmäßig zum Leben erweckt wird.

Vor allem aber ist La Yegros eine Liveband, die in den sechs Jahren ihres Bestehens bereits unzählige Konzerte in über zwanzig verschiedenen Ländern gespielt hat. Ihre ausgedehnte Tour, die sie erst quer durch Europa und dann Südkorea führt, hat bereits begonnen. In Deutschland gibt La Yegros drei Konzerte. Am 27. April in Kassel, am 7. Mai in Berlin und am 25. Juli in Würzburg. Wer ein bisschen loslassen möchte, dem sei ein Besuch empfohlen.

 

La Yegros´ Konzerte in Deutschland im Sommer 2019:

07.05. Berlin @ Gretchen, Support: Louie Prima, Event: https://www.facebook.com/events/313326652647004/

25.07. Würzburg @ Hafensommer Würzburg, Link: https://www.hafensommer-wuerzburg.de/programm/programm-details/latina-beatz-somos-guerreras-la-yegros.html

16.07. Stuttgart @ Sommerfestival der Kulturen, Link: https://sommerfestival-der-kulturen.de/

 

BEIHILFE ZUR FOLTER

„Es war Volkswagen, die dafür verantwortlich waren, dass ich von den Geheimpolizisten des DOPS an meinem Arbeitsplatz bei VW in São Bernardo do Campo verhaftet, noch auf dem Werksgelände geschlagen und von dort direkt in das Folterzentrum DOPS verschleppt wurde. Dort wurde ich wochenlang gefangen gehalten und schwer gefoltert.“ Lúcio Bellentanis Stimme dröhnt tief durch den bis auf den letzten Platz angefüllten Theatersaal der Berliner Schaubühne. Die Empörung über das, was der Metallarbeiter und Gewerkschafter im Juli 1972 bei VW do Brasil und in den Wochen nach seiner Verhaftung erlebte, ist ihm noch immer anzumerken. „Wenn VW wenigstens einmal sagen würde, dass es ihnen leid täte, dass sie Verantwortung übernehmen, dann wäre dies ein erster Schritt“, sagt der mittlerweile 73-Jährige. „Der zweite Schritt wäre eine Kollektiventschädigung. Denn wir lassen uns nicht spalten, gar einzeln verhandeln, wie VW das so gerne wollte.“

Bellentani war im November 2017 auf Einladung der Rosa-Luxemburg-Stiftung nach Berlin gereist, um den Druck auf VW zu erhöhen. Denn seit September 2015 wird auf Betreiben der Arbeiter*innen wie Bellentani von der Bundesstaatsanwaltschaft in São Paulo untersucht, ob VW mit den Repressionsorganen der Militär­diktatur kollaboriert hat. In Berlin nahm Bellentani mit 60 anderen Menschenrechts­akti­vist*innen aus fünf Kontinenten an dem Reality-Schauspiel „General Assembly“ in der Schaubühne teil, das der Regisseur Milo Rau orchestrierte. Angehörige der Opfer der Brand­katastrophe der für die Textilkonzerne in Pakistan und Bangladesch schuftenden Arbeiter*innen waren bei dem dreitägigen Theater am Berliner Ku‘damm ebenso vertreten wie von Landgrabbing durch Palmölfirmen betroffene Landarbeiter*innen aus Indonesien oder Witwen der 34 im Jahr 2012 während eines Streiks von der südafrikanischen Polizei erschossenen Minenarbeiter der Platin-Mine der britischen Firma Lonmin. Alle Betroffenen und Aktivist*innen hielten als Delegierte eines simulierten Weltparlaments ihre Redebeiträge in fünf Minuten und standen dann noch vier Minuten den anderen Delegierten und der Verteidigung Rede und Antwort.

Lúcio Bellentani berichtete über seine Verhaftung und die Folter, erklärte den überraschten Zuhörer*innen, welchen gewichtigen Anteil VW do Brasil daran hatte. Und er berichtete, was sich in den vergangenen zwei Jahren in der Ange­legenheit ergeben hat.

Im September 2015 (siehe LN 497) hatten ehemalige Arbeiter*innen, die zur Zeit der Militärdiktatur (1964-1985) bei VW do Brasil Repres­sion erlitten hatten, gemeinsam mit Rechts­anwält*innen, Menschenrechtsaktivist*innen und allen elf brasilianischen Gewerkschaftsdachverbänden eine Sammelklage bei der Zivilkammer der Bundesstaatsanwaltschaft in São Paulo eingereicht. Das Ziel: Die Kollaboration von VW do Brasil mit der Militärdiktatur zu untersuchen und zu prüfen, inwieweit VW finanziell haftbar dafür gemacht werden könne.

Seither ermittelt die Staatsanwaltschaft, hat über ein Dutzend Zeug*innen vernommen, darunter sowohl die Arbeiter*innen als auch die ehemaligen VW-Werkschützer*innen. Erstere erzählten detailliert über die Bespitzelungen durch VW, ihre Verhaftungen, über die schwarzen Listen, die, wie sie später feststellten, von VW über die Mitarbeiter*innen erstellt wurden und an die Repressionsorgane weitergegeben wurden. Letztere offenbarten auffällig viele Erinnerungslücken, wiesen Anschuldigungen vehement zurück, sie hätten an den Verhaftungen der Mitarbeiter*innen aktiv mitgewirkt und Infos an die Geheimagent*innen der Militärdiktatur weitergegeben, so dass in einigen Fällen nur auf Basis dieser Tipps Menschen verhaftet wurden und in den Folterkellern der Diktatur landeten. Der Chef des VW-Werkschutz, Adhemar Rudge, stritt die Authentizität seiner Unterschrift unter solchen an den Geheimdienst weitergeleiteten Doku­menten mit VW-Stempel und Briefkopf ab, beschwerte sich im Nachhinein über den „Skandal, dass da jemand meine Unterschrift gefälscht hat!“

Bellentani berichtete vor den Theater-Zuschauer*innen auch ausführlich von dem Fall seines Kollegen Heinrich Plagge. Am 8. August 1972 war er gegen 14 Uhr in das Büro des VW do Brasil Managers Ruy Luiz Giometti gerufen worden, wo neben Giometti zwei Unbekannte auf ihn warteten und ihn für verhaftet erklärten. Plagge wurde in das DOPS verschleppt, dort 30 Tage lang gefoltert und anschließend in ein Gefängnis verlegt, aus dem er am 6. Dezember – rund vier Monate nach seiner Verschleppung – freigelassen wurde. Am 22. Dezember 1972, 16 Tage nach seiner Entlassung, erhielt er die Kündigung durch Volkswagen.

„Aber“, so berichtet Lúcio Bellentani vor der Schaubühne in die herbeigeilten Mikorophone der Journa­list*innen, „es kommt noch schlim­mer: Heinrich Plagges Frau hat auch beim Staatsanwalt ausgesagt. Sie berichtet, wie an jenem 8. August am Nachmittag ein höherer VW-Mitarbeiter zu ihr nach Haus kam und ihr mitteilte, ihr Mann habe kurzfristig für die Firma auf Dienstreise gehen müssen, daher habe er keine Zeit mehr gehabt, ihr dies mitzuteilen.“ Erst Monate später habe sie erfahren, wo Plagge war: im Folterzentrum DOPS.

Kurz nach Bellentanis Berlinreise wurde der Abschlussbericht des Gutachters, den dieser im Auftrag der Staatsanwaltschaft von São Paulo erstellt hat, publik. Der Bericht des brasilianischen Gutachters Guaracy Mingardi bestätigt die Vorwürfe der Kollaboration VWs mit der Militärdiktatur. Mingardi bestätigt „nicht nur die Kollaboration durch den Informationsaustausch [mit den Repressionsorganen], sondern auch die aktive Repression [seitens VW] der eigenen Mitarbeiter“, vor allem Anfang der 1970er Jahre. Das Gutachten bestätigte zudem die von VW Ende der 1970er Jahre erstellten schwarzen Listen, die an die Repressionsorgane und andere Firmen weitergereicht wurden. Die Aussagen von Bellentani und Plagge über ihren Leidensweg werden von Mingardi durch die Recherchen ebenfalls explizit bestätigt.

Mingardi geht in seinem Gutachten aber noch einen Schritt weiter. Auf Seite 63 schreibt er: „So bleiben keine Zweifel, dass es wirklich Unterstützung seitens Volkswagen für das [Folterzentrum] OBAN und vielleicht selbst für das [später so umbenannte Folterzentrum] DOI-CODI gegeben hat”. Das OBAN wurde 1969 gegründet, 1970 in DOI-CODI umbenannt und dem Heer unterstellt. Dort wurden zwischen 1969 und 1975 66 Menschen ermordet, 39 von denen starben dort unter der Folter, viele wurden dort gefoltert und mindestens 2.000 Menschen dort eingekerkert, meist ohne Prozess. Genaue Zahlen kennt niemand, denn nahezu alle Dokumente wurden vernichtet. Bekannt ist, dass das OBAN in seiner Anfangszeit als Folterzentrum Finanzprobleme hatte und dass die Unternehmerschaft São Paulos Geldspenden von durchschnittlich 100.000 US-Dollar je Jahr sammelte und diese dem OBAN spendete. Dass VW sich, wie andere Firmen auch, an der Sammelaktion für das Folterzentrum beteiligt habe, wird in mehreren diesbezüglichen Untersuchungen behauptet, aber es fehlt noch immer der konkrete Beweis, der die direkte Verbindung zwischen den Firmen im Einzelnen und dem OBAN herstellt. Nun hat der Gutachter im Auftrag der Staatsanwaltschaft die Quellen gesichtet und kommt zu dem Schluss, dass „es keine Zweifel“ gebe, dass VW das Folterzentrum OBAN unterstützt hat. Damit fiele Volkswagen eine Mitschuld für die im OBAN, dem späteren DOI-CODI, Ermordeten und Gefolterten zu. Die Anschuldigung zur Beihilfe zur Folter und zum Mord seitens VW do Brasil erhält dadurch sogar systemischen Charakter.

Anfang Dezember 2017 erklärte VW die Bereitschaft, Entschädigungen mit den ehemaligen VW-Mitarbeiter*innen in Brasilien auszuhandeln. Es bleibt die Frage, ob das reichen wird. Denn das Eingeständnis VWs, mit den Repressionsorganen kollaboriert zu haben, wirft die Frage auf, inwieweit VWs Unterstützung für das Folterzentrum OBAN, die der Gutachterbericht Mingardis als erwiesen ansieht, über die Opfergruppe der über Dutzende VW-Mitarbeiter*innen hinausreicht und zudem all diejenigen miteinschließt, die im OBAN und späteren DOI-CODI gefoltert wurden. Das wären Tausende.

 

DIE POESIE IST EIN ZUG, DER UNS NACH HAUSE BRINGT

Frank Báez (Fotos: Timo Berger)

Wenn man mich fragen würde, was ich bis in alle Ewigkeit tun könnte, ohne mich dabei zu langweilen, würde ich sagen: Deutschland mit dem Zug erfahren und in jeder Stadt aussteigen und meine Gedichte lesen. Mir kam dieser Gedanke, nachdem ich an der Latinale teilgenommen hatte, einem Festival, das sich – in der Heimat Goethes – der lateinamerikanischen Poesie widmet. Organisiert von den Übersetzer*innen Rike Bolte und Timo Berger, fand es dieses Jahr zum elften Mal statt. Es war nicht nur das erste Mal, dass ich an dieser legendären Veranstaltung teilnahm, sondern auch mein erster Besuch in Deutschland, wohin ich aus meiner Heimat, der Dominikanischen Republik, geflogen war. Ich erinnere mich noch gut, dass die deutschen Urlauberinnen am Flughafen von Punta im Bikini an Bord gingen und in Frankfurt mit langen Gesichtern und eingehüllt in übertrieben dicke Mäntel ausstiegen.

Doch das Klima war selbst für einen Karibikbewohner noch zumutbar. Die ersten Tage konnte ich sogar in meinen tropischen Hemden durch Berlin spazieren. Zum Beispiel zur Eröffnung des Festivals im Ibero-Amerikanischen Institut passte die angenehm warme Temperatur gut zu der Veranstaltung mit dem Titel „Zwischen-poetische Briefe von Dichtern aus der Karibik“, bei der ich mit Alejandro Álvarez Nieves und Lina Nieves Avilés (Li), beide aus Puerto Rico, und dem deutschen Dichter Björn Kuhligk las und wir uns gemeinsam Gedanken über unsere Heimatregion machten. Wir kamen zu dem Schluss, dass die Karibik eines der ersten Migrationsexperimente darstellt, von der das heutige Europa lernen könnte. Im Fall Deutschlands hat die Ankunft syrischer Schutzsuchender die Ausländerfeindlichkeit und die dschihadistische Bedrohung erhöht sowie ultrarechte Gruppen gestärkt. In Anbetracht dieses Szenarios waren wir vier einer Meinung: Die beste Waffe ist der Dialog. Im Neues Ufer, einer Bar, die David Bowie in seiner Berliner Zeit besuchte, wiederholte ich nach der Lesung diesen Gedanken im Gespräch mit einer Syrerin mit grünen Augen und Locken. Sie erzählte mir vom Krieg, von ihrer Ankunft in Deutschland und davon, wie sie mit dem Verkauf von Pillen überlebt.

Vormittags ging ich in die Museen und nachts in die Clubs.

Ich traute mich nicht, ihr etwas abzukaufen. Nicht nur, weil es der erste Abend der Latinale war und ich nicht meine ganze Energie gleich zu Anfang verpulvern wollte, sondern auch, weil ich am nächsten Morgen die Nofretete im Neuen Museum besuchen und bei dieser Gelegenheit über all meine geistigen Kapazitäten verfügen wollte. Das Wunderbare an der Latinale ist, dass man im Gegensatz zu Poesiefestivals in Lateinamerika genügend Zeit hat, die Städte kennenzulernen.

Aber nicht bloß das: In Berlin brachten uns die Organisator*innen in einem großartigen Hostel in der Nähe des Alexanderplatzes und fast neben der Museumsinsel unter. Mein Tagesablauf gestaltete sich wie folgt: Vormittags ging ich in die Museen und nachts in die Clubs. In Berlin gibt es so viele, dass man das ein ganzes Jahr lang machen könnte und immer noch nicht alle Ausstellungen und alle Tanzflächen gesehen hätte.

Aber gut, an besagtem Morgen rannte ich durch die Gänge des Neuen Museums und suchte die Büste der Nofretete, die ich schon immer einmal sehen wollte. Als ich sie von Weitem schon erkannte – im Innern einer Vitrine und umringt von Tourist*innen, die versuchten, sie unbemerkt von den Aufpasser*innen zu fotografieren –, rührte sie mich an: Lange Minuten stand ich verzückt vor ihrer Büste und stellte mir vor, dass ich, würde ich sie berühren, die Wärme ihrer Haut spüren würde, als wäre sie lebendig.

Ich fing selbst an, an die Macht der Worte zu glauben.

An diesem Abend fand die Lesung mit dem Titel „In anderen Worten“ in der Lettrétage statt. Dort trat ich wieder mit Li und Alejandro auf. Letzterer trug die Gedichte der Honduranerin Mayra Orihuela vor, die nicht kommen konnte. Die Mexikanerin Paula Abramo lieh ihre Stimme ihrem Landsmann und guten Freund, dem Dichter Alejandro Tarrab, dessen Haus beim jüngsten Erdbeben in Mexiko-Stadt unbewohnbar geworden ist. Ebenfalls lasen die Brasilianerin Adelaide Ivánova und der Argentinier Miguel Ángel Petrecca. Bei fast allen Lesungen der Latinale werden die deutschen Übersetzungen auf eine Leinwand projiziert. Dadurch kann nicht nur die hispanoamerikanische Community in Deutschland die Lesungen genießen, sondern auch Deutsche können die Texte verstehen und aktuelle Lyrik aus Lateinamerika erleben. Offensichtlich funktionierte das Konzept, denn bei der Lesung bemerkte ich ein heterogenes Publikum, von dem sich uns ein Teil zum Abendessen im Café do Brasil am Platz der Luftbrücke anschloss und auch noch dabeiblieb, als wir, angeführt von Betty Konschake, einer der Koordinatorinnen der Latinale, in einen Latino-Schuppen weiterzogen, der La Cantina heißt und wo wir bis zum Morgengrauen Salsa, Reggaeton und Bachata tanzten.

Dennoch brachte mich La Cantina in ein Dilemma. Ich war doch nicht von so weit hergekommen, um ganz wie zu Hause auf karibische Rhythmen zu tanzen. Ich wollte tanzen, was die Deutschen tanzen. Weniger als ein Tourist bin ich einer dieser Reisenden, die dem alten Spruch folgen: „Wohin du auch gehst, tu, was du siehst.“ Deswegen fragte ich am nächsten Abend nach der Lesung im Instituto Cervantes Li, die seit mehreren Jahren in Deutschland lebt, welchen Club Berlins sie für den besten hält.
„Das Berghain!“

Sie erklärte mir auch, dass das Berghain der Vatikan der DJs sei, dass sich der Club in einer alten Fabrik befände, dass die Leute dort von Freitag bis Sonntag durchtanzten und dass das einzige Problem sei, dass man in einer langen Schlange warten müsse und das ohne die Garantie, hineingelassen zu werden. Nachdem wir Alejandro, einen ausgemachten Diskofeind, überzeugt hatten, mitzukommen, fuhren wir mit der U-Bahn in ein Industriegebiet, in dem sofort eine lange Schlange und die Dealer*innen auffielen, die alle möglichen Arten von Drogen vertickten.

Wir standen anderthalb Stunden an. Hinter uns warteten zwei argentinische DJs, die sich immer, wenn sie nach Berlin kommen, vor dem Berghain anstellen, bisher aber stets abgewiesen worden sind. Sie waren dennoch zuversichtlich. Da fiel mir wieder ein, was Li gesagt hatte, dass das Berghain für die DJs wie der Vatikan sei, und ich dachte, dass sie mit dem argentinischen Papst Francisco nun vielleicht eine Chance hätten. Jedenfalls sorgte ihre Gegenwart dafür, dass wir uns auch alle möglichen Erwartungen machten. Als wir an die Reihe kamen, waren wir aufgeregt, denn sie hatten fast alle vor uns abgewiesen. Der Blick eines Riesen mit Sonnenbrille blieb allerdings auf meinem tropischen Hemd haften und er gab dem links von ihm ein Zeichen, uns vorbeizulassen. Erst im Club verstanden wir, dass sie die argentinischen DJs nicht hineingelassen hatten.

Ich könnte sehr lange vom Berghain erzählen, deswegen spare ich mir das für einen anderen Bericht auf. Ich erwähne hier nur, dass wir den Club um neun Uhr morgens verließen und direkt zur Lesung um elf im Buchladen Amarcord gingen. Zweifellos war diese Lesung eine der intimsten der Latinale, nicht nur weil die Enge des Ladens die Intimität regelrecht erzwang, sondern auch, weil wir alle verkatert mit heiseren Stimmen lasen, was der Atmosphäre sehr angemessen schien.

Tilsa Otto beendete die Lesung mit dem Gedicht “Die Poesie ist die große Spielverderberin.”

Der Chilene Andrés Anwandter war schon von Anfang an heiser gewesen, aber bei voranschreitender Lesung verlor er die Stimme ganz, so als würde er eine Performance über das Verstummen aufführen. Doch wer wirklich eine Performance hinlegte, war die Argentinierin Tálata Rodríguez, die ihre Gedichte aus dem Gedächtnis vortrug und sie mit großem Talent inszenierte. Die Peruanerin Tilsa Otta beendete die Lesung mit dem Gedicht „Die Poesie ist die große Spielverderberin“. Während sie las, schaute ich durch das einzige Fenster der Buchhandlung, vor dem man den nicht enden wollenden Regen von Herbstlaub sah, bis plötzlich Stille eintrat und wir wussten, dass die Latinale in Berlin zu Ende gegangen war.

Tálata Rodríguez

Dann begann der Exodus. Andrés und Alejandro flogen in ihre Länder zurück. Li fuhr nach Osnabrück. Tilsa und Tálata nach Bremen. Für Paula, Miguel und mich ging es nach München. Doch Miguel brach schon einen Tag vor unser Abreise auf und sagte, wir sähen uns dann bei der Lesung. Weswegen wir ohne ihn mit dem Zug und den Übersetzer*innen Laura Haber und Timo Berger losfuhren. Obwohl wir mehrmals unvorhergesehen umsteigen mussten, kamen wir noch rechtzeitig an.

Das Klima in München war so herrlich warm, dass ich wieder eins meiner tropischen Hemden tragen konnte. Dabei hatten die Leute in Berlin mir nur Schlechtes über München erzählt. Anscheinend existiert eine uralte Rivalität und wenn man die bayrische Stadt verteidigt, antworten die aus Berlin, dass in München die Partei der Nazis gegründet wurde, und man weiß nicht mehr, was man sagen soll. Eigentlich wusste ich fast nichts über München. Über Whatsapp hatte ich ein Foto eines Michael-Jackson-Altars gegenüber dem Hotel Bayerischer Hof bekommen, und nun erinnerte ich Laura und Timo bei jeder Gelegenheit daran, dass sie mich unbedingt dort hinbringen sollten.

Wir lasen um sechs Uhr abends in der Spanischen Buchhandlung. Wenige Minuten nach Beginn der Lesung erschien ein verschwitzter und keuchender Miguel Ángel Petrecca. Erst später erfuhren wir, dass er gerne wandert und gerade die bayrischen Alpen heruntergekraxelt war. Neben Miguel, Paula und mir lasen in München lebende lateinamerikanische Dichter*innen: Agustina Ortiz, Ofelia Huamanchumo de la Cuba, Jannet Weeber und Jorge Ernesto Centeno Vilca. Was mich in der Tat am meisten bewegte, war ein junger Spanier, der seit einem Jahr in München lebt, und mir erzählte, dass er zufällig in die Buchhandlung gekommen sei, weil er in einer Apotheke ein Plakat gesehen hatte. „Diese Lesung hat mein Leben verändert“, sagte er mir auf eine derart überzeugende Weise, dass ich selbst anfing, an die Macht der Worte zu glauben.

„Diese Lesung hat mein Leben verändert“

Bereits im Bett liegend, dachte ich nach und mir kam der Gedanke, dass Poesiefestivals sehr gut Züge sein könnten, in die diejenigen einsteigen, die zur Sprache ihrer Heimat zurückkehren wollen. Und da musste ich nicht nur an den jungen begeisterten Spanier denken, sondern auch an meinen Freund Miguel D. Mena, der seit den 1980ern in Berlin lebt und auf allen Lesungen gefilmt hat, an meinen Cousin David und seine Freundin Tao, die aus Frankfurt anreisten, um mich lesen zu sehen, und an meinen russischen Freund Alexei Kolejov, der, besessen davon, Spanisch zu lernen, aus Sankt Petersburg gekommen war, auch um mich lesen zu sehen, und der nach den Lesungen alle Dichter*innen nach Wörtern und verbalen Konstruktionen fragte, die er nicht verstanden hatte. All das setze ich gegen das, was ich bei einem Abendessen in Berlin gefragt worden war: Als der Gastgeber erfuhr, dass ich zu einem Poesiefestival gekommen war, fragte er mich, ob es überhaupt Sinn mache, weiter zu schreiben. Ich hatte ihm nicht geantwortet, aber eigentlich hätte ich ihm sagen sollen, dass viele Menschen auf diesen „Poesie“ genannten Zug warten und dass viele ihn bereits verpasst haben, ohne es zu bemerken.

Und mit diesem antifaschistischen Gedicht ging die Latinale offiziell zu Ende.

Aber zurück nach München: Unser letzter Tag in der bayrischen Stadt brach eisig an. Um zehn Uhr holte uns ein spanischsprachiger Fremdenführer ab, der mit uns eine Tour im kalten Regen machte. Immer, wenn ich ihn auf den Altar von Michael Jackson ansprach, sagte er, dass München so viel Geschichte besäße, dass wir keine Zeit mit diesem Blödsinn verschwenden könnten. Am Nachmittag nahmen wir an einem Übersetzungsworkshop in der Ludwig-Maximilians-Universität teil und abends lasen wir zusammen mit drei deutschen Autor*innen im kleinen Rationaltheater, das, wie mir erzählt wurde, eines der liebsten von Rainer Werner Fassbinder war. Es war die einzige Lesung, bei dem kein Beamer zum Einsatz kam. Doch es funktionierte hervorragend, denn wir waren nur sechs und es war eine emotionale Erfahrung, die Autorin neben dir deinen eigenen Text auf Deutsch lesen zu hören. Miguel trat zusammen mit der Dramaturgin Theresa Seraphin auf, Paula mit dem Dichter Krister Schuchardt und ich mit der Dichterin Daphne Weber. Letztere schloss die Lesung mit einem deftigen Gedicht ab, das den Titel „Hasstext“ trug, eine Art Anklage gegen die Neonazis und alle ultrarechten Bewegungen, die in den vergangenen Jahren nicht nur in Deutschland, sondern in ganz Europa erstarkt sind. Und mit diesem antifaschistischen Gedicht ging die Latinale offiziell zu Ende. Aber wartet, wir sind noch nicht fertig. Ich hatte wohl doch lange genug Michael Jackson erwähnt, dass ich schließlich Laura, Timo und eine Handvoll Dichter*innen überzeugen konnte, den Altar des King of Pop zu besuchen. So trotzten wir der Kälte, der späten Uhrzeit und der zurückzulegenden Entfernung und unternahmen eine feierliche Prozession. Als wir vor ihm standen, verneigten wir Dichter*innen uns, legten die Festivalflyer ab und innerhalb weniger Minuten hatten wir uns verstreut.

 

NEIN HEIßT NEIN!

Während sich Frauen auf dem Podium im Studio I der Uferstudios Berlin angeregt über ein Frauentheaternetzwerk austauschen, das in elf lateinamerikanischen Ländern mit HIV-betroffenen Frauen arbeitet, kocht in der Küche die Suppe zum Abendessen für 100 angereiste Frauen aus verschiedenen Ländern. Auf Spanisch, Portugiesisch, Englisch und Deutsch werden von Unterstützer*innen die Redebeiträge flüsterübersetzt und vom Publikum in Vorschläge zu konkreten Interventionen umgewandelt.

Viel wird in diesen Tagen auf dem II. Internationalen Festival für Theater der Unterdrückten Frauen in Berlin diskutiert, aus verschiedenen Perspektiven und mit diversen Stimmen. Organisiert wurde das Festival im September 2017 unter dem Motto „Nein heißt Nein – Ending violence against woman“ von Ma(g)dalenas Berlin, einem transnationalen feministischen Kollektiv von Aktivistinnen, das ästhetische Debatten über Unterdrückungen anregen möchte, mit denen Frauen konfrontiert sind. Vor sieben Jahren startete das Kollektiv mit Aktionen, die das Schweigen über patriarchale Dynamiken brechen sollten – unter anderem durch Forumtheater in Frauenhäusern, Bildungsinsitutionen und im öffentlichen Raum.

Das internationale Netzwerk der Ma(g)dalenas nutzt das Forumtheater, die zentrale Methode des Theaters der Unterdrückten, das auf den brasilianischen Theatermacher Augusto Boal zurückgeht. Ziel des Forumtheaters ist die Transformation der Realität auf der Bühne, der Straße und im Alltag, sozusagen als Probelauf für die reale gewaltfreie Revolution. Es ist eine interaktive Form des Theaters, in dem das Publikum eine aktive Rolle einnimmt und auf der Bühne dargestellte Situationen der Unterdrückung, die oft geteilte Erfahrungen des Publikums widerspiegeln, selbst verändert. Das Aufzeigen, Durchdenken und Testen verschiedener Handlungs-möglichkeiten ermöglicht es, konkrete Handlungsoptionen für vergangene, aktuelle oder künftige Situationen zu proben. Es soll auch helfen, dem Gefühl der Machtlosigkeit entgegenzuwirken und ist daher ein empowerndes Werkzeug.

Im Jahr 2010 fanden die ersten „Laboratorien“ des transnationalen Netzwerks in Brasilien, Guinea Bissau, Mosambik und Indien statt. Unter der künstlerischen Leitung der Soziologin und Theatermacherin Bárbara Santos entstand im Jahr 2012 auch ein Ableger des Netzwerks in Berlin. Santos möchte auf Unterdrückungen von Personen, die sich als Frauen identifizieren, aufmerksam machen: „Wie können Frauen herausfinden, was es bedeutet, eine Frau in einer patriarchalen Gesellschaft zu sein? Was sind spezifische Fragen, die dieses Frausein mit sich bringt? Welche Nachteile gibt es und was braucht es für Alternativen?“ sind Fragen, mit denen sie sich im Forumtheater auseinandersetzt.

„Nein heißt Nein – No means No – No signífica No“ ist eines der legislativen Forumtheaterstücke des Festivals, inszeniert von Ma(g)-dalenas Berlin, das versucht, Antworten auf diese Fragen zu erarbeiten. Es herrscht kurze Stille, als das Licht ausgeht. Es werden viele verschiedene Szenarien dargestellt, in denen das Nein einer Frau von Freunden, Fremden oder den eigenen Partnern nicht gehört, ignoriert oder nicht respektiert wird. Die meisten können sich mit einem der Momente im Theaterstück identifizieren. Dann kommt die Frage: Wie können wir die eigenen Geschlechterkonstruktionen in der Gesellschaft de-mechanisieren? In der Diskussion werden verschiedene Vorschläge zu Interventionen gesammelt über die im Nachhinein mit der Unterstützung von Expert*innen abgestimmt wird, daher der Zusatz der Legislative.

“Wir atmen feministischen Kampf.“

Dieser und anderen Fragen wurde in „Laboratorien“ auf dem Festival nachgegangen und in eine Performance mit dem Titel „Nein heißt Nein” verwandelt, mit der die Teilnehmerinnen in einem Flashmob ihren Widerstand gegen eine Demonstration von Abtreibungsgegner*innen vor dem Brandenburger Tor zum Ausdruck brachten. Berlin ist als Stadt im Globalen Norden ein bedeutender Aktionsort für das Netzwerk, nachdem das erste Internationale Festival der Ma(g)dalenas im September 2015 in Argentinien realisiert wurde. Über die aktivistische Mobilität des Feminismus, die die Ma(g)dalenas symbolisch verbindet, bemerkt Alice Nunes, Ma(g)dalena aus Brasilien: „In Berlin zu sein, über die Ausbreitung unserer Bewegung und unseres Widerstands zu sprechen, aus der Theorie Praxis zu machen und selbstorganisierten intersektionalen Feminismus zu leben, lässt uns erkennen: Wir atmen feministischen Kampf.“

So ist die Diversität im Netzwerk hinsichtlich sozialer Klassen, Altersstufen und unterschiedlicher Kontexte die Basis für Austausch und intersektionale Praxis, und die Vermischung von Sprachen alltäglicher Bestandteil des Netzwerks, das in Lateinamerika am stärksten vertreten ist. Der Name „Ma(g)dalena” vereint daher das Spanische Magdalena und Portugiesische Madalena. Zwar sieht sich das Netzwerk mit finanziellen Herausforderungen und Visa-Komplikationen für gemeinsame Treffen konfrontiert, jedoch stärkt die Notwendigkeit und der Wunsch nach Kontinuität das Kollektiv. Bei dem viertägigen Berliner Festival waren Gruppen aus Brasilien, Guatemala, dem Baskenland und Spanien und Frauen aus der Ukraine, Guinea Bissau, Kolumbien, Argentinien und Polen anwesend. Gemeinsam mit dem Berliner Publikum erinnerten sie sich in einer begehbaren, interaktiven Ausstellung mit dem Titel „NosDuele56“ an die Mädchen, die am 8. März 2017 in Guatemala durch die Fahrlässigkeit der Regierung bei einem Brand in einem Waisenheim ums Leben kamen. Gemeinsam mit dem Anastácia-Kollektiv aus Rio de Janeiro wurden Karnevalslieder, in denen Vergewaltigung von schwarzen Frauen normalisiert thematisiert. Der Vorschlag zur Veränderung der immer noch andauernden Rhythmen der Kolonisation war, die Lieder mit neuen Texten zu versehen.

Die Wechselbeziehung zwischen Rassismus und Sexismus war auch Themenschwerpunkt der diesjährigen Veranstaltungen. Die Berliner Gruppe Kakalakas hinterfragte weiße Privilegien im Berliner Alltag und prangerte die strukturelle, kolonialistische Realität an, die in lateinamerikanischen TV-Soaps verbreitet wird. Anastácia Berlin thematisierte ihrem Forumtheaterstück „Schwarz, Black, Preta“ Rassismus, Homophobie und Diskriminierung gegenüber LBGTIQ und schwarzen Frauen am Arbeitsplatz und hinterfragte die Heteronormativität des westlichen Familienmodells. Luciana Talamonti, Ma(g)dalena Italia, war von der Performance der baskischen Gruppe Bihotzerre über die Tabuisierung von weiblicher Sexualität in verschiedenen Lebensabschnitten der Frau beeindruckt: „Es hat mich an Hexenverbrennung erinnert. Als sei es eine Gefahr, wenn eine Frau über ihren Körper Bescheid weiß. Das ist total aktuell!“

Ziel in all den verschiedenen Beiträgen des Festivals war es, praktischen, kollektiven Feminismus zu ermöglichen und transnationale Kollektivität zu leben. Dabei verbindet die unter-schiedlichen Frauen ihr politisches Anliegen. Sie sehen sich als Überlebende sexualisierter Gewalt, die lernen, „Nein“ zu sagen: „Wir wollen unsere Körper, Beziehungen und die Räume, die wir bewohnen, dekolonialisieren“, heißt es denn im ersten Ma(g)dalena-Manifest, das 2015 während dem I. Internationalen Ma(g)dalena Festival in Argentinien verfasst wurde.

Dieser politische Aktivismus und Feminismus, artikuliert in Theater und Kunst – oder Artivismus wie die Ma(g)dalenas sagen – hat in Berlin mehr als hundert Frauen mit revolutionärem Anspruch zusammengebracht. Frauen und Gruppen, die an „Laboratorien“ der Ma(g)dalenas teilnehmen, können Teil des Netzwerkes werden. Oder sie nehmen am nächsten Internationalen Festival teil, das auf dem afrikanischen Kontinent stattfinden soll. Auch als Reaktion auf die Ablehnung der Visa für die Einreise nach Deutschland für das Kollektiv Fuerza Magdalena Sahara aus Algerien. Zunächst aber kommen die Ma(g)dalenas wieder im Jahr 2018 beim V. Lateinamerikanischen Treffen des Theaters der Unterdrückten in Uruguay zusammen. Dort werden sie ihren „kreativen Widerstand“ gemeinsam fortführen.

BUNTE VÖGEL AUF DEM TELLER

„Ara! Ara!“ Wer jemals in Südamerika die größten lebenden Papageienvögel in freier Wildbahn sehen – beziehungsweise hören! – durfte, wundert sich nicht, woher die Tiere ihren Namen haben: Es ist der lautmalerische Ausdruck der Töne, die sie von sich geben.
Dies und viel mehr kann man in der Ausstellung „Aras!“, die derzeit im Naturkundemuseum Berlin zu sehen ist, lernen. Anhand vieler ausgestopfter Exemplare, die aus der reichen Samm-lung des Museums stammen, kann man sich die Tierchen genauer ansehen. Keine Sorge: Die meisten Sammlungsstücke sind alt und wurden im 20. Jahrhundert angefertigt. Einige sind sogar noch älter und wurden etwa von Alexander von Humboldt angeschafft. Für die neueren wurden nur Exemplare verwendet, die bereits in Gefangenschaft lebten.

In verschiedenen Vitrinen werden die verschiedenen Ara-Arten vorgestellt und dabei interessante Aspekte ihrer Biologie, ihres Platzes im Ökosystem oder ihrer kulturellen Bedeutung erläutert. Die Ausstellung ist insbesondere, aber nicht nur, für Kinder sehr interessant.
Zuerst geht es im Naturkundemuseum um ihre Biologie: Was macht Aras aus? Wie leben sie? Wovon ernähren sie sich? Einige Aras sind Universalisten, die fast alles fressen und auch in Großstädten überleben können. Andere sind Spezialisten und auf das Vorkommen bestimmter Palmenarten angewiesen. Sie sind durch die Zerstörung ihrer Habitate massiv vom Aussterben bedroht.

Insbesondere in der südamerikanischen Feuchtsavanne Cerrado, leben sehr viele Ara-Arten, wo sie als „Gärtner“ fungieren: Durch die Früchte, die sie fressen, gelangen die Samen vieler Pflanzenarten in ihren Kot, über den sie dann beim Ausscheiden die Weiterverbreitung der Samen befördern. Im Ökosystem Cerrado fällt ihnen so eine sehr bedeutsame Rolle zu.

Doch auch die kulturelle Bedeutung von Aras wird thematisiert.

Doch auch die kulturelle Bedeutung von Aras wird thematisiert. So waren Federn von Aras in vielen indigenen Kulturen beliebte Schmuckstücke und Herrschaftsinsignien, die teilweise über tausende Kilometer gehandelt wurden. Bis heute spielt der Federschmuck etwa bei den Moxos im bolivianischen Tiefland eine wichtige zeremonielle Rolle. Diese traditionelle Nutzung stellt aber – neben anderen Bedrohungen – auch eine Gefahr für den Fortbestand dieser Tiere dar. Die Ausstellung informiert auch darüber, wie im Rahmen von Schutzprojekten Forscher*innen gemeinsam mit Indigenen Alternativen aus Papier und Stoff für diesen Federschmuck gefunden haben, um die Population der frei lebenden Aras zu schonen.

Bunte Papageien waren auch bei den europäischen Kolonisator*innen ein beliebtes Handelsgut. Bis in heutige Zeit wird mit Aras als Haustieren gehandelt. Dies ist zum einen eine massive Bedrohung für die Tiere, denn oft werden die Tiere illegal auf freier Wildbahn gefangen und unter qualvollen Bedingungen geschmuggelt. Andererseits können nur durch Nachzüchtungen die Bestände seltener Arten wie des Spixaras erhalten werden. Die Ausstellung informiert über das Spannungsfeld zwischen Zucht zur Arterhaltung und gefährlicher und letztlich tierquälerischer Haltung von Papageien als Statussymbol.

Je weiter man in dem großen Ausstellungsraum vorgeht, desto häufiger wird man auf die Probleme, denen sich die Ara-Populationen in Südamerika ausgesetzt sehen, hingewiesen: die Zerstörung des Lebensraums der Papageien. Insbesondere im Cerrado und dem amazonischen Regenwald kommen die meisten Ara-Arten vor. Doch diese Ökosysteme sind massiv von der Expansion von Bergbau, Infrastrukturprojekten und industrieller Landwirtschaft bedroht. Immer wieder werden die Besucher*innen in Texten auf verschiedene Fälle hingewiesen, wo die südamerikanische Umwelt zerstört wurde – auch unter Beteiligung deutscher Akteur*innen. So wird in der Ausstellung erwähnt, dass deutsche Rückversicherungsunternehmen sich am Bau des Staudamms Belo Monte beteiligten oder deutsche Erzimporte auch aus der Riesenmine Carajás kommen.

Besonderes Augenmerk widmet die Ausstellung der Expansion der Agrarindustrie, die wohl die größte Bedrohung für Cerrado und Regenwald darstellt. In der Ausstellung sieht man auch ein eigentümliches Gericht: Neben Messer und Gabel sind auf einem Teller Kartoffeln, Rotkohl und – ein Ara – angerichtet. Im Text wird vorgerechnet, wie viel Cerrado oder Regenwald für ein Stück Schweinebraten gerodet werden muss: Deutschland importiert jährlich 5,3 Millionen Tonnen Soja aus Südamerika, vor allem für die Schweinemast.

So macht die Ausstellung deutlich, was wir in Deutschland zum Erhalt der bunten Vögel tun können, und kommt zum Fazit: „Der Verzehr von weniger, dafür aber besserem Fleisch, wie beispielsweise Bio-Fleisch, Wildfleisch und Weidefleisch aus Deutschland schont die Ressourcen. So können wir in Deutschland über ein verändertes Konsumverhalten etwas für den Erhalt des Lebensraums von Ara & Co tun.“ Dazu müsste man aber auch – das bliebe zu ergänzen – die Agrarpolitiken Deutschlands und der Europäischen Union, die industrielle Landwirtschaft mit Subventionen massiv fördern, grundlegend ändern.

THEATER DER UNTERDRÜCKTEN FRAUEN

 

„A través de los años me transformé:
fui santa, fui bruja, fui puta más no me callé, no me callé!
Soy fuerte y guerrera, yo soy, más no me callé, no me callé!”

(Lied des Ma(g)dalena Netzwerk)

 

Während der Kolonisation aus Europa strömend, wurden Frauenbilder und deren Unsichtbarmachung im öffentlichen Raum weitergegeben. Dieser Einfluss wurde durch Religion wie das Christentum verbreitet. Heute finden wir diese stark mit dem modernen Gesellschaftsnormen verwachsen. Das ist mit ein Grund für die Namensgebung des Ma(g)dalena Netzwerks. Die Existenz von Magdalena wird bis heute als Prostituierte interpretiert oder gar komplett geleugnet. Im Geschlechter Binarismus ist die über ihre Sexualität wissende Magdalena als Sünderin verurteilt und Maria als die heilige Jungfrau gefeiert. Erst 2016 wurde Maria Magdalena von Papst Franziskus den Aposteln gleichgestellt und damit erstmals ihre Rolle als Schriftstellerin anerkannt. Das Anliegen Schweigen zu brechen wird in Liedern, Theaterstücken und dem Ma(g)dalena Manifest deutlich. Zum Beispiel erinnert das Ma(g)dalena Anastasia Kollektiv mit der Metapher „Schrei der Anastasia” an die Mundmaske der versklavten Prinzessin Anastasia. Sie sollte mit dieser zum Schweigen gebracht werden, damit sie mit ihrer Intelligenz ihre Mitstreiter*innen nicht zum Widerstand bringen konnte. Der Schrei der Anastasia und der Ma(g)dalenas möchte 2017 in Berlin gehört werden.

Das internationale Ma(g)dalena Netzwerk wurde 2010 mit dem „Theater der unterdrückten Frauen Laboratorium“ in Rio de Janeiro und Berlin gegründet. Weitere Treffen fanden in Brasilien, Guinea-Bissau, Mosambik und Indien im selben Jahr statt. 2011 und 2013 wurde das Ma(g)dalena-Lab in Argentinien und Europa multipliziert. In La Paz, 2014 und in Matagalpa, Nicaragua, 2016 wurden Ma(g)dalena Netzwerk Treffen während dem Encuentro Latinoamericano del Teatro del Europeo umgesetzt. In Puerto Madryn, im argentinischen Patagonien wurde das 1. internationale Ma(g)dalena Festival realisiert. 2017 treffen sich über 100 Frauen aus Brasilien, Guatemala, Argentinein, Mexiko, Guine Bissau und Europa zum II internationalen Ma(g)dalena Theater der unterdrückten Frauen Festival in Berlin. Das Programm beinhaltet Forumtheater, legislatives Theater, Performance Diskussionsrunden und Interventionen im öffentlichen Raum. Der Fokus des Festivals richtet sich auf „Nein heißt Nein“ und steht im Kontext des neuen Gesetz, dass in Deutschland im November 2016 verabschiedet wurde. 2011 unterschrieben rund 40 Länder auf der Europäischen Kommission ein Nein heißt Nein Gesetz zu verabschieden. Madalena Berlin debattiert in dem legislativen Theaterprojekt „Nein heißt Nein“ die Bedeutung des Neins einer Frau und hinterfragt warum so oft dieses Nein als ein verführerisches Spiel, Entscheidungsunfähigkeit oder gar als ein Ja interpretiert wird.

Das Theater der Unterdrückten (TdU) ist eine ästhetische Methode, die den Anspruch hat, die Gesellschaft zu transformieren. Das TdU entspringt der Pädagogik der Unterdrückten entwickelt von dem Brasilianer Paulo Freire und wurde 1970 von dem Brasilianer Augusto Boal als politisches Mittel mit revolutionärem Anspruch gegründet. In den 90er Jahren wurde von der UNESCO das TdU als Method of Social Change anerkannt, heute gibt es in über 80 Ländern Praktizierende der Methode.Die Verschmelzung von Politik und Kunst wird von der Brasilianerin Bárbara Santos, die in Berlin lebt und die künstlerische Direktorin des Theater der unterdrückten Frauen (TdUF) ist mit dem Begriff des Artivismus definiert. Es gibt verschiedene Möglichkeiten zur Artikulation des Widerstands gegen diverse Unterdrückungsmuster. Personen, die als Frauen sozialisiert sind praktizieren auf vier Kontinenten in Magdalena Kollektiven Artivismus. Bereits sieben Jahre besteht das Anliegen der Mitglieder einer globalen Gesellschaft, in dem transnationalen Theater der unterdrückten Frauen-Netzwerk durch Feminismus und Theater, Strukturen aufzubrechen. Im Rahmen des Artivismus der Ma(g)dalenas werden anhand von Forumtheater, Performance und Aktionen, Geschichten von Frauen auf die politischen Machtmechanismen übertragen und im öffentlichen Raum zur Debatte gestellt.

Die Methoden des TdUF stellen einen Raum dar, in dem gewohnte Lebensformen und Geschlechterungleicheitsverhältnisse, die den Alltag bestimmen, transformiert werden können. Diese Theaterpraxis der Ma(g)dalenas beinhaltet ein Transformationspotential, welchem wir während dem Festival gemeinsam, die Zuschauer*innen und Schauspielerinnen Teil werden. Im Forumtheater wird die Barriere zwischen Schauspieler*innen und Zuschauer*innen aufgelöst indem wir alle zu Zuschauspieler*innen der erprobten Revolution auf der Bühne werden.

Aus unserer Perspektive als Ma(g)dalenas müssen Maßnahmen ergriffen werden und Feminismus aktiv im Alltag praktiziert werden. Wir sind der Meinung, dass eine universelle Form des Feminismus, eine Feminismus Definition oder eine Feministin zu sein nicht universell definierbar ist. Die Anwendung von Feminismen im Plural erfasst diese Diversität des Feminismus und erwägt eine Überlagerung, die sich in unserem Netzwerk wieder spiegelt. Wir sind Frauen verschiedener Herkunft, Alter und mit unterschiedlichen Geschichten von denen wir gegenseitig anlehnend an die Idee von Intersektionalität voneinander lernen. Unsere feministische Vision von sozialer Veränderung und Gerechtigkeit hat eine kollektive Kraft. Unterdrückung ist ein gesellschaftliches Phänomen, dass in sozial bedingten Unterdrückungsstrukturen wie Rassismus und Sexismus verankert ist. Unterdrückung entsteht durch politische Verhältnisse und Machtbeziehungen für die wir mit allen Teilnehmer*innen nach Alternativen suchen.

Magdalena als ein transnationales Frauennetzwerk bildet sich aus dem Echo der Frauenbewegungen heraus und findet sich in der Methode des Theater der Unterdrückten wieder. Unsere Verflechtungsbeziehungen prägen unsere antirassistischen und intersektionalen Perspektive eines Feminismus woraus wir die Notwendigkeit erkennen, politische Räume zu schaffen, in denen gemeinsame Kämpfe existieren können. Gemeinsam versuchen wir Interventionen über die eigene Sozialisation hinaus im Rahmen des patriarchalen System zu analysieren, sowie Handlungsmacht und Rechte durch politische Aktivität zu erlangen.

In diesem Sinne sagen wir Nein heißt Nein ! Für eine Ende der Gewalt an Frauen!

Wir sehen uns bei dem II. Internationale Ma(g)dalena Festival in Berlin von 13. – 17. September gemeinsam. Wir freuen uns auf euer kommen!

Madalena Berlin

 

INNEHALTEN UND LATEINAMERIKA LESEN

Der „Akt des Lesens“, so heißt es im Editorial der zehnten Ausgabe des Berliner Literaturmagazins alba, sei ein „Akt des Innehaltens“. In diesem Sinne ist die neue alba nicht nur ein Plädoyer für das Anhalten, um zu lesen (und anders herum), sondern auch Aufruf dazu, dem lateinamerikanischen Kontinent fernab vom Tagesgeschehen gründliche literarische Aufmerksamkeit zu schenken.

Der regionale Schwerpunkt der aktuellen Ausgabe liegt passend zum dualen Jahr auf Mexiko, allerdings finden sich ebenso Texte aus Peru, Bolivien, Venezuela, Brasilien und Nicaragua. Das Magazin ist dreisprachig, wobei alle Texte übersetzt wurden, so dass jeder einzelne auch in einer meist exklusiv für alba angefertigten deutschen Fassung zu lesen ist. Der Akt des Übersetzens hat allerdings im Heft nicht nur die Funktion, lateinamerikanische Texte einem deutschsprachigen Publikum zugänglich zu machen. Genau so geht es darum, die Übersetzungsarbeit als kulturelle Praxis zu würdigen. Wie bereits in vorherigen Ausgaben der alba wird in der Rubrik „Vermittler“ auch im aktuellen Heft das Schaffen eines Übersetzers gewürdigt, der maßgeblich dazu beigetragen hat, lateinamerikanische Literatur im deutschsprachigen Raum präsenter zu machen. Carl Heupel, der unter anderem Octavio Paz’ Klassiker Das Labyrinth der Einsamkeit übersetzt hat, wird von alba-Redakteur Douglas Valeriano Pompeu als zu Unrecht vergessene Schlüsselfigur in der deutschen Verlagslandschaft bezeichnet, der „eine Bresche ins deutsche Leserbewusstsein“ geschlagen habe.

Dieser Schwerpunkt auf Vermittlung zwischen Lateinamerika und Deutschland spiegelt sich auch in der ersten Rubrik des Hefts, Berlínstant wider, welche die Vielseitigkeit der lateinamerikanischen Literaturszene in Berlin darstellt. Die alba ist also nicht entlang von Kriterien wie Herkunft der Autor*innen oder Genres aufgebaut, sondern thematisch organisiert. So bringt die mexikanische Autorin Guadalupe Nettel im Interview mit Redakteurin und Übersetzerin Christiane Quandt auf den Punkt, was auch alba besonders auszeichnet: „Mir gefällt das Hybride, die Möglichkeit, alle Gattungen im Sinne dessen zu vermischen, was ich schreiben will.“ So finden wir in der alba verschiedenste Textformate, die sich abwechseln und überschneiden. Neben Kurzgeschichten, Lyrik und Romanauszügen gibt es Interviews, Essays, Autor*innenportäts, Romanrezensionen, eine Hommage an den kürzlich verstorbenen Luis Alberto Arellano und einen Auszug aus der Dankesrede Yuri Herreras, der 2016 in Berlin mit dem Anna Seghers-Preis ausgezeichnet wurde.

Zu den Highlights des Hefts zählen die beklemmende Kurzgeschichte „Despertar“ („Wach auf!“) der Mexikanerin Ana García Bergua, in der Traum und Wachsein nicht voneinander zu unterscheiden sind, das geradezu verstörende „Cosita“ („Süßes Ding“) von María del Carmen Pérez Cuadra aus Nicaragua und die Auszüge aus dem Gedichtband Borealis von Rocío Cerón, die in Mexiko für ihre sonore Lyrik und poetische Performances bekannt ist. Zahlreiche Illustrationen lateinamerikanischer Künstler*innen sorgen dafür, dass Text und Bild sich auf symbiotische Art und Weise ergänzen.

Die alba Texte und Grafiken sind keine zufällig zusammengewürfelten Schnipsel, sondern sorgfältig ausgewählte und angeordnete Puzzleteile, die ein Bild der aktuellen lateinamerikanischen Literaturlandschaft zeichnen, das Genregrenzen verschwimmen lässt, vielseitige Aspekte von Gewalt, Leben, Traum und Trauma thematisiert und Möglichkeiten aufzeigt, den lateinamerikanischen Kontinent tatsächlich zu lesen, um gesellschaftliche Verhältnisse besser verstehen zu können.

„EINMAL AUSLÄNDERIN, IMMER AUSLÄNDERIN“

Donnerstagnachmittag in einem Café im mondänen Berlin-Schöneberg. Esther Andradi isst noch ein Stück Kuchen, bevor das Gespräch losgeht. Die Journalistin und Schriftstellerin ist seit Jahrzehnten in den Metropolen Lima, Berlin und Buenos Aires zu Hause, doch aufgewachsen ist die argentinische Schriftstellerin auf dem Land. Etwas mehr als 2.000 Einwohner*innen zählt ihr Geburtsort Atavila, von dem aus sie zum Studium der Kommunikationswissenschaft nach Rosario ging. Noch vor dem Militärputsch zog sie 1975 nach Lima und arbeitete als Journalistin. Entstanden ist in diesen, von der politischen Gewalt geprägten Jahren, auch ihr erstes Buch Ser mujer en el Perú („Frau sein in Peru“), das sie zusammen mit der Dichterin und Feministin Ana María Portugal veröffentlichte – ein Pionierwerk zu diesem Zeitpunkt.

Das Thema Frausein bildet eine der Hauptachsen, an denen entlang Esther ihre Werke ausrichtet: „Wenn eine Frau erzählt, tut sie das immer auch mit ihrem Körper und aus der alltäglichen Erfahrung heraus, eine Frau zu sein. Deshalb schreibe ich auch als Frau, mit allem, was ich gelernt, genossen und verloren habe. Ich empfinde es fast wie meine Pflicht, eine Ausdrucksweise zu finden, die für alle Frauen gültig ist … Zum Beispiel gefällt es mir, dass ‚die Macht’ im Deutschen feminin ist, während el poder im Spanischen maskulin ist. Aber das hilft wahrscheinlich nichts.“ Amüsiert von ihrer Beobachtung hat Esther den Satz lachend zu Ende geführt, um ernst fortzufahren: „Der Sexismus existiert einfach in der Gesellschaft. Solange sich am Sexismus in der Gesellschaft nichts ändert, wird er in der Sprache und überall sein.“

Mit der Art und Weise, wie Esther mit dem Thema Sexismus und Frausein umgeht, scheint sie einen Nerv zu treffen. Wegen ihres Buchs Tanta vida (Buenos Aires, 1998) – von der Literaturwissenschaftlerin Gina Canepa als „femizentrischer Anti-Roman“ bezeichnet – werde sie immer wieder zu Konferenzen eingeladen, wie zuletzt nach Lausanne. Sie produziere keine Best-, sondern Longseller, konstatiert die Schriftstellerin scherzhaft. Esther ist im Leben und im Schreiben aber nicht nur eine Frau, und wird immer eine bleiben, sondern auch die permanente Ausländerin. Und seit sie zum ersten Mal fortging, auch in ihrem Heimatland. Denn: „Einmal Ausländerin, immer Ausländerin.“ Es ist das alte Sprichwort vom Kommunisten, das Esther für sich umgemünzt hat. „Man ist immer an der Peripherie verortet. Dabei ist es ein sehr interessanter Ort, das nicht vollständige Dazugehören zur Heimat“, sagt sie. Ihr Freund Sebald habe darin bestens mit ihr übereingestimmt. Der Allgäuer Schriftsteller W.G. Sebald, der 2001 in England verstarb, blieb literarisch, genauso wie die Argentinierin, bis zuletzt in seiner Muttersprache zu Hause.

Das persönliche Fremdsein hat großen Einfluss auf Esthers Umgang mit der Sprache. Während wir uns auf Spanisch unterhalten, kommt sie nicht ohne ein paar deutsche Wörter aus: „Es ist eine ständige ‚Auseinandersetzung’, wie ihr auf Deutsch zu sagen pflegt, eine ständige Konfrontation damit, wie ich mich ausdrücke. Sowieso glaube ich, ist das Vermeiden von ‚Selbstverständlichkeiten’ genau das, was Literatur ausmacht. Nur wenn man in einer anderen Sprache lebt, ist das Bewusstsein dafür noch größer. Nicht, dass man ständig übersetzen würde, aber man spürt diesen permanenten Drang, den Bedeutungen auf den Grund zu gehen.“ 1982 ließ sich Esther in Westberlin nieder. Doch schon in Peru sei sie als Ausländerin aufgefallen und immer wieder gefragt worden, wie lange sie denn bleibe, als sei sie eine Touristin: „Bis dahin hatte ich im Glauben gelebt, dass die spanische Sprache eine Gemeinsamkeit sei. Das ist sie zwar in vielen Dingen, aber nicht im Alltag. Meine Umgangssprache war immer absolut argentinisch.“

Ihre erste Erfahrung des Fremdseins habe sie deshalb schon in Peru gemacht, sagt Esther. Bis heute trügen manche ihrer Texte eine „peruanische Patina“. Einen ihrer Texte hat sie mit dem spanischen Wort für Artischocke alcachofa betitelt, was – abgesehen vom Inhalt – an sich schon eine Provokation sei: „In Argentinien sagt man alcaucil. Mir gefällt alcachofa aber besser. Auch in anderen Texten kommt so etwas vor. Ich weiß genau, warum ich diese Wörter gewählt habe. Man könnte es auch die Distanzierung von der eigenen Muttersprache nennen.“ Geradezu ins Schwärmen gerät die Schriftstellerin, wenn sie über die deutsche Sprache mit ihrem überreichen Vokabular zu sprechen kommt. Es sei daher ein Privileg, hier zu sein. Die Annahme, dass es heutzutage nichts Besonderes mehr sei, wenn Autor*innen einer anderen Muttersprache auf deutsch schreiben, wie zuletzt mit der Einstellung des Adalbert-von-Chamisso-Preises suggeriert wurde, findet allerdings nicht ihre Zustimmung.
2003, als Esther nach sieben Jahren in Buenos Aires erneut nach Berlin kam, erntete sie teilweise Verwunderung darüber, dass sie noch nicht auf Deutsch schrieb. Auf diese offensichtliche Ignoranz antwortete sie mit der Anthologie Vivir en otra lengua („Leben in einer anderen Sprache“), die Porträts und Erzähltexte spanischsprachiger Autor*innen in verschiedenen Ländern Europas enthält. Zwar sei das Phänomen an sich kein neues, aber ihr sei es eben nicht um die viel besprochene Exilliteratur, sondern um diejenigen gegangen, die aus irgendeinem persönlichen Grund nicht in ihrem Heimatland leben. Mit der ursprünglichen Idee, einen „Kanon iberoamerikanischer Autoren im Lande Humboldts“ zu schaffen, hatte sie im Jahr 2007 in Deutschland vergeblich nach Interessierten gesucht. Ein argentinischer Verleger habe sich hingegen hellauf begeistert gezeigt und ihr Konzept von Deutschland auf Europa ausgeweitet.

Das veröffentlichte Buch kam gut an. Die 1. Ausgabe ist vergriffen, eine zweite erschien 2010 in Spanien. „Das muss mit dem Denken im jeweiligen Land zu tun haben. Argentinien ist sehr nach außen orientiert. Deutschland dagegen war zu diesem Zeitpunkt immer noch viel mehr auf seine deutsche Literatur konzentriert. Jetzt gerade erst beginnt man sich mit Projekten wie ‚Stadtsprachen’ in Berlin für die anderssprachigen Autoren zu interessieren. Dabei kämpfen wir schon seit Jahren um Aufmerksamkeit.“ Die periphere Perspektive tritt auch in Esthers auffallendem Interesse für die deutsche Literatur außerhalb des Kanons zutage: „Seit ich hier lebe, interessiert mich die deutsche Literatur, von der man nicht erwartet, dass sie zur deutschen Literatur gehört.“ Eine der Autor*innen, die dür diese Überraschung steht ist May Ayim, die sie 1991 bei einem Symposium kennenlernte. Nach deren Selbstmord wenige Jahre später übersetzte Esther die Gedichte der Afrodeutschen ins Spanische. „Sie kommt weder aus einer anderen Sprache noch aus einer anderen Kultur, da sie in der deutschen Kultur erzogen wurde. Sie fand erst spät heraus, dass ihr Vater aus Ghana stammte und traf sich mit ihm. Aber seine afrikanischen Wurzeln waren nicht ihre eigenen. May Ayim war hier geboren, aber wegen ihrer Hautfarbe wurde sie ständig gefragt: ‚Woher kommst du? Wie lange bleibst du? Wann gehst du wieder?’ Von dieser Zerrissenheit sprach May Ayim in ihren Gedichten auf eine wunderbare Weise.“

Von Esther selbst wurden bislang nur wenige Bücher ins Deutsche übersetzt, neben Erzählungen in Anthologien die zweisprachige Miniaturen-Sammlung Sobre vivientes – Über Lebende. Gerade scheint sich das aber zu ändern. Eine deutsche Version des Romans Berlín es un cuento (deutscher Titel: „Die Erfindung Berlins“) ist in Arbeit, während das Buch Mein Berlin. Streifzüge durch eine Stadt im Wandel schon Ende letzten Jahres erschien. Bei der dafür zu treffenden Auswahl aus den Texten, die sie zwischen 1983 und 2014 fast monatlich für Zeitungen und Zeitschriften in Peru, Argentinien und Mexiko schrieb, sei ihr bewusst geworden, wie sehr sich nicht nur sie selbst, sondern die Stadt und das tägliche Leben verändert hätten, erzählt Esther. Und erinnert sich, wie sich das Vorhaben Politikkorrespondentin zu werden, bald nach ihrer Ankunft zerschlug, da Westberlin in den 80er Jahren politisch völlig uninteressant war: „Die Politik spielte sich damals in Paris ab, mit etwas Glück in Moskau, mit noch mehr Glück in Bonn, und mit noch viel mehr Glück in – wie es damals hieß – ‚Berlin Hauptstadt der DDR’. Das war, glaube ich, mein Glück. Denn sonst hätte ich nie diese Art des Schreibens entwickelt.“

Mit all den subjektiven Beschreibungen, humorvollen Schattierungen und manchem erhellenden Gedanken lässt sich anhand von Mein Berlin nachvollziehen, wie eine Argentinierin über drei Jahrzehnte hinweg einem lateinamerikanischen Lesepublikum die geteilte und wiedervereinte Stadt vermittelt hat: Ein Schiff namens „Amor“, Fahrraddemonstrant*innen, Tschernobyl und natürlich der Mauerfall haben hier ihren Platz, von Rosa Luxemburg über Prag als Zentrum Europas bis hin zum aufflammenden Rassismus Anfang der 90er Jahre ist die Rede. Und wie es so kommt, bringt Esther das Buch zurück zur Politik: Bei einer Lesung in einem Frauentreffpunkt in Treptow-Köpenick –„Tiefste DDR“ – sah sie sich überwältigt vom Ausdruck des heftigen Grolls, den die Thematik ihrer Texte hervorgerufen hatte: „Die Kritik war überhaupt nicht gegen mich gerichtet, aber ich fühlte die absolute Enttäuschung dieser Frauen. Sie sagten: ‚Wir haben auch viel gearbeitet, um die DDR aufzubauen, und plötzlich gab es dieses Land nicht mehr. Keine Arbeit, keine Kita. Wir sind überhaupt nichts wert.’“ Die Unsichtbarkeit dieses schwelenden Unmuts unter den Menschen, der kaum Räume findet, sich zu äußern, sieht Esther als Gefahr an. „In den 90er Jahren erzielten die Republikaner bis zu 20 Prozent der Stimmen (höchstes Ergebnis 1992: 12,8 Prozent in Neukölln, 14,4 Prozent in Wedding; Anm. der Red.), dann flaute es von selbst wieder ab. Trotzdem darf man mit bestimmten Dingen nicht leichtfertig umgehen. Uns wird gesagt, Deutschland stehe finanziell so gut da wie noch nie. Aber wofür wird das Geld ausgegeben? Das wird nicht gesagt.“
Und wofür würde sie es ausgeben? Keine Frage, für die Schulen.

 

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