Español | Nummer 601/602 - Juli/August 2024 | Queer | Tanz

“Necesitamos ponernos en el radar del mundo”

Entrevista con el bailarín de salsa Miguel Ferrerossa sobre la visibilidad de los cuerpos feminizados y queers en el mundo de la salsa

Miguel Ferrerosa creció en Cali, Colombia, “la capital mundial de la salsa”. En 2019 creó el proyecto Yo Me Entacono. Con él, se ha convertido en uno de los pocos bailarines que luchan por la visibilidad queer en la escena salsera. Hablamos con él sobre su desarrollo personal y su trabajo con Yo me Entacono en Colombia y Europa.

Entrevista: Anika Pinz

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„No dejen de bailar.“ El proyecto Yo Me Entacono de Miguel Ferrerossa da visibilidad a los cuerpos queers y feminizados en el mundo de la salsa. (Foto: Miguel Ferrerossa)

¿Cuándo empezaste a bailar profesionalmente y qué te llevó a fundar Yo me Entacono?
Yo comencé a bailar en una escuela de baile en el año 2013. Inicié en un barrio, el Distrito de Aguablanca, que es un sector donde salimos casi todos los bailarines del oriente de la ciudad. Es lindo porque el baile es un proceso social para arrebatarle los jóvenes a la violencia, a tantos problemas que tenemos quienes vivimos en la periferia de Cali.

Desde que yo inicié, yo ya tenía un estilo personal femenino, muy feminizado, y eso no encajaba mucho con los cánones de la danza dentro de las escuelas de Cali. Siempre me decían: “Eres muy bueno bailando como mujer, pero tienes que aprender a bailar como hombre”. Había una lucha constante entre qué significa ser hombre y qué significa ser mujer a través del cuerpo, a través de la danza. Yo tenía que personificar lo masculino. Tuve que hacer constantemente ese ejercicio porque era lo que la escuela me exigía. Fue un poco de crisis psicológica. Porque hay un proceso de identidad con 17 años: estás todavía intentando encontrarte. Una de las cosas que más me he cuestionado y que todavía sigo intentando entender era cómo yo tenía que personificar esa masculinidad y cómo personificaba esa feminidad, porque para mí eso nunca significó ser femenino si no ser yo, esa era mi energía, lo que yo sentía.

Desde esa experiencia tan personal se crea Yo Me Entacono en el 2019. Cuando empecé a bailar, yo veía a las chicas bailando en tacones, y dije: “Quiero bailar en tacones, me encantaría ver mi cuerpo en tacones, no sé por qué.”

¿Podrías contarnos más sobre tu proyecto con el que estás de gira por Europa?
El proyecto da visibilidad a cuerpos feminizados a través de la salsa, a través del tacón. La idea siempre inicia conmigo, con mi cuerpo. Estoy exponiendo mi cuerpo en espacios totalmente machistas, porque como sabemos, la salsa tiene unos valores demasiado fuertes y unas estructuras sociales muy marcadas sobre lo que significa ser hombre y ser mujer. Cuando te sales un poco de esta regla, hay una lucha constante.

La creación de Yo Me Entacono ha sido un proceso con mi propio cuerpo, pero también se está creando una comunidad. Crear una comunidad y una red de apoyo, no solamente entre personas queers, ha sido el proyecto desde el inicio. Cuando hablo de cuerpos feminizados, hablo de cuerpos que no representan lo masculino. Entonces somos todos los que simplemente no representamos el blanco y el masculino siempre vamos a tener una lucha constante. Y creo que la salsa puede estar involucrada en este proceso. El proyecto ha tenido muchos desafíos porque el hecho de ser algo tan nuevo y tan innovador tiende a ser también demasiado transgresor para la misma industria de la salsa, pero aquí estamos todavía.

Letztes Jahr hast du Yo Me Entacono auf einem Wettkampf in Medellín repräsentiert und den zweiten Platz belegt. Wie kam es dazu und was hat dieses Erlebnis für dich und das Projekt bedeutet?El año pasado representaste a Yo me Entacono en un concurso en Medellín y quedaste en segundo lugar. ¿Qué significó esta experiencia para ti y para el proyecto?
En el 2022 tuve una crisis de salud y dije: “Si no bailo ahora, mis planes nunca van a suceder”. Entonces quería competir. Dije: “Voy a hacer lo posible para bailar en una categoría masculina como solista. Al que le guste, bien, y al que no, también”. Fui un poco rebelde. Encontré la tutoría de Xiomar Rivas. Y ella me dijo: “Lo podemos hacer, vamos a hacerlo”. Obviamente había dudas.

En la salsa siempre hay formas de hacer el paso masculino y formas de hacerlo femenino; formas de describir lo que es lo uno y lo otro. Y yo estaba ahí, en una categoría masculina, en tacones, con un vestuario que tampoco representaba lo masculino. Y pues claro, todo eso es un reto. Algo que fue lindo y que va a ser muy duradero es que pude competir dentro de mi país y haber quedado en el segundo lugar de un pódium masculino estando en tacones, después de tantas dudas. No tengo ningún tipo de ejemplos en la salsa, ¿me entiendes? Es que, tenemos muchos chicos que están haciendo sus propuestas con tacones alrededor del mundo y los veo también como inspiración. Pero no había nadie que estuviera compitiendo, nadie que se lanzara a hacer tal exposición de tal grado. Eso también va a ser histórico para una población LGTBI en Colombia que ha luchado mucho por ese tipo de espacios. Creo que los jurados vieron el valor de la propuesta. Entendían un poco más lo que yo estaba intentando transmitir. Y creo que la experiencia llevó a otro nivel el proyecto.

¿Quién le ha apoyado a lo largo del camino? ¿De dónde saca la energía para que el proyecto siga adelante?
Era un proceso de vínculos, pero el común denominador siempre han sido las mujeres. Las mujeres son las que siempre me han dado apoyo. Las mujeres son las que han podido empatizar con lo que yo estoy viviendo, porque saben lo duro que es no representar lo masculino. Las mujeres te cobijan: a mí siempre me han hecho sentir que pertenezco. Eso es algo que tiene mucho valor en momentos fuertes que uno puede vivir dentro de la población LGTBI. Yo nunca siento que puedo pertenecer a la población LGTBI por ser tan femenino. Eso significa una lucha constante dónde estás intentando encontrarte en el proceso. Y cuando llegan estas mujeres y te cobijan, te abrazan, te dan casa, te dan comida, te dan un espacio, te permite ver lo bonito y bello que ha pasado durante el proceso.

Llevas desde abril viajando por Europa con Yo Me Entacono, en Berlín, Londres y París. ¿Qué experiencias has vivido aquí, qué significa para ti viajar con tu proyecto?
Lo que está buscando el proyecto es que se visibilice la situación de las personas LGTBI en el mundo. Los retos siempre se están presentando. Lo más difícil de todo es lidiar con la ignorancia de la gente. A veces no me cabe en la cabeza cómo te quieren atacar por simplemente existir. Me he encontrado con ataques homofóbicos en Berlín y en otros lugares de este viaje. Para mí es un reto salir a la calle porque me encuentro con la violencia. Yo llegué a Francia justamente cuando ha ganado la extrema derecha en las elecciones. Al final nunca estamos protegidos, al final nunca estamos seguros en la población LGTBI. En cualquier parte, en cualquier momento, algo puede cambiar de manera legislativa, pues eso también va a afectar directamente a nuestra salud mental y física. A través del arte y la danza se está buscando visibilizar todas estas historias porque es lo único que nos queda. O sea, si no nos mostramos, pues mucho más difícil va a ser que nos abran espacios. Necesitamos ponernos en el radar del mundo. Justamente eso.

¿Cómo ha influido el proyecto a su desarrollo personal como bailarín y como artista en general?
Todo ha sido un proceso muy personal. A través del proyecto puedo liberar un poco más mi cuerpo. Hasta el momento la transición es muy coherente con lo que ha pasado con mi cuerpo y con mi mentalidad. En el inicio mi outfit era un sombrero con una camisa blanca y un pantalón negro. Todo lo que representa como el vestuario masculino de la salsa. Ahora creo que es exactamente la forma contraria. Ahora muestra partes del cuerpo que no se deberían de mostrar ni para una mujer ni para nadie, porque seguramente es considerado vulgar o lo que sea. El proyecto hizo que yo haya tenido que romper muchos estigmas conmigo mismo. Tenía una idea masculinizada de mí, que me tocó también ir deconstruyendo porque no me sentía cómodo con ello. Y al final, los tacones. A pesar de que era un trabajo técnico porque había que trabajar la técnica, es una evolución personal a través de eso. Siempre que llevaba el cuerpo a un límite me he sentido mucho más cómodo con lo que puedo expresar entonces.

¿Qué planes tienes con Yo me Entacono? ¿Qué consejo te gustaría dar a las mujeres, a las personas queer y a cualquiera que sienta pasión por la danza?

Bailar fue lo que me sacó del barrio. Quiero seguir llevando el proyecto a otras partes del mundo. Yo siempre he planeado esto como mi forma de crear una comunidad para poder hacer arte de manera más completa, poder hacer música, poder actuar, poder hacer otras cosas.

Así que esa es la idea y la invitación a los que están viendo el proceso del baile y que se apasionan por esto: nunca lo dejen de hacer, más que todo a las mujeres que ven en esto un espacio para ser ellas mismas. De verdad me siento muy orgulloso de poder también tocar en algún momento su proceso. Siempre hemos hablado de la danza como algo que nos funciona a nivel social, pero creo que tiene mucho más trasfondo metafísico. De ahí es donde se unen las almas y se une todo lo que nos representa como humanidad para celebrar la vida. Sigan bailando. En este momento, para mí, la danza es mantenerse vivo.

Miguel Ferrerossa

es bailarín profesional de Cali, Colombia. Su proyecto “Yo Me Entacono” utiliza el patrimonio cultural de la salsa como base para una mayor visibilidad de los cuerpos feminizados y queers. De abril a agosto de 2024, Miguel Ferrerossa realiza una gira por Europa como profesor, coreógrafo y bailarín. 

Foto: José Cadena

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