Español | Nummer 549 - März 2020 | Panamá

“EN 30 AÑOS A LO MEJOR DESAPARECEMOS”

Entrevista con Blas López Morales, uno de los organizadores del reasentamiento de una comunidad Guna amenazada por el cambio climático

Los indígenas Guna viven en gran parte en pequeñas islas en Panamá que se ven afectadas por la subida del nivel del mar y los temporales, que cada vez son más frecuentes. Una primera comunidad se ve obligada a trasladarse a tierra firme. En conversación con Lateinamerika Nachrichten, Blas López Morales cuenta de los planes y desafíos, así como sobre la perspectiva de los Guna con respecto al discurso global sobre el cambio climático. Fotos de Proyecto Nativo ilustran la vida en Gardi Sugdub (“Isla Cangrejo”), la isla en la que vive López Morales.

Entrevista: Martin Schäfer, Fotos: Proyecto Nativo (www.nativoproject.com)

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BLAS LÓPEZ MORALES
es sociólogo y fue secretario general del Congreso General Guna entre 2011 y 2013. En la actualidad es miembro de la comisión que organiza el traslado de su comunidad Gardi Sugdub desde la isla en la que se ubica a tierra firme.
(Foto: Proyecto Nativo, www.nativoproject.com)


¿Qué transformaciones percibe a raíz del cambio climático?
Hay desastres naturales con mayor densidad. La subida del nivel del mar y los vientos son cada vez más intensos. El oleaje antes era de uno o dos metros, ahora en enero era de tres, cuatro metros.

De noviembre a febrero la gente sabe que soplan vientos del norte y se acostumbra, pero este año lo que pasó en las costas fue muy intenso, durante una semana hubo inundaciones y hubo mucha destrucción en las casas. Por suerte en Gardi Sugdub no pasó tanto (una península la protege, nota de redacción), pero otras comunidades que están más expuestas al mar se ven más afectadas por la intensidad de las olas.

¿Qué significa una inundación para los habitantes de la isla?
A veces comienza por la mañana, a veces en la tarde. Son dos, tres horas durante las que las comunidades se llenan de agua. A veces se inunda todo el litoral, afectando a los que viven frente al mar. En comunidades que son bajas se llenan también las calles principales. Se destruyen las casas o se llenan con agua las cocinas y la leña cuando están frente al mar, y la gente no puede cocinar. Eso es un poco duro.

Además hay dolores de estómago y vómitos sobre todo entre mayores y niños. La calidad del agua ya no es la misma: las comunidades reciben el agua a través de acueductos que llegan a la isla, el agua proviene de los ríos en tierra firme. Con las inundaciones y el viento fuerte se inundan los ríos, las tuberías se rompen por la sedimentación, el agua se contamina y ya no es dulce.

Casas Guna en la orilla del mar están amenazadas por inundaciones en caso de temporales

¿Qué otros problemas tienen en este tipo de situaciones?
Durante los temporales la gente ya no puede salir a la pesca y se queda sin alimentos. En caso de Gardi Sugdub, hay una conexión por una carretera desde hace unos años. Muchos en la comunidad trabajan en el turismo. Durante el temporal los turistas no pudieron venir y a la gente que trabaja en turismo le afectó bastante, no hubo entrada durante una semana.

En Guna Yala tenemos terrenos, la gente tiene su finca y bien podrían alimentarse, bien podrían producir, pero la mayoría ya no trabaja en el campo. En los últimos años ha cambiado bastante la alimentación de los Guna. Ahora la gente espera a los barcos colombianos, a la gente de Panamá que proveen alimentos a la comarca. Todo viene de la ciudad y cuando de repente los barcos o los carros no llegan, no podemos abastecer las tiendas.

¿Cómo reaccionan los Guna en estos casos?
El pueblo es solidario y bien organizado. La autoridad del Sagla comienza a organizar, a ubicar a las familias en otros lugares. Con una inundación, muchas veces trasladan a las familias afectadas a otra isla y éstas se quedan en las casas de sus familiares. O la comunidad les construye la casa. Para evitar que se inunde su casa, la gente busca arena y piedras en la playa para rellenar, ponen sacos de arena, hacen barreras.

Pero no hay una alerta temprana, no hay seguridad para la población. Son islas pequeñas, ¿dónde se puede evacuar? La gente está notando esto cada vez más y está un poco asustada con lo que pasó en enero. La gente tiene miedo de que pueda pasar otra vez y pregunta: ¿Que va a pasar en 30, 50 años? Yo digo, a lo mejor el pueblo Guna va a desaparecer porque la intensidad es mayor cada año.

 

La isla de Gardi Sugdub está planificando el traslado a tierra firme

Varias comunidades ahora están pensando en trasladarse a tierra firme. ¿Cómo van los preparativos?
A raíz de los graves daños este año, mucha gente, muchas comunidades se percataron de que tenemos que cruzar a tierra firme. Otra razón es que la población aumentó y la gente ya no cabe en las islas.

La comunidad de Gardi Sugdub tomó la iniciativa, ya estamos en proceso desde hace 10 años y más avanzados que en otras comunidades. Más de 300 familias, más o menos 1500 personas se van a trasladar. Se creó una comisión para organizar y planificar el traslado, por ejemplo en cuanto al agua, la electricidad, el problema de la basura o los insectos del área. En una comunidad que vive en una isla no hay malaria y hay pocos insectos, pero el brote de la malaria es más en la costa.

El Congreso General Guna (o “Congreso”, órgano de la autonomía Guna, véase nota y LN 533 para más información) está incentivando el trabajo en el campo más allá del consumo familiar, producir más en una escala de venta, para la seguridad alimentaria.

¿Hubo dificultades en el proceso de traslado?
Para construir 300 casas no alcanzaban las hojas de la palma Weruk que utilizamos para el techo. Por eso aceptamos la ayuda del gobierno dentro de un programa para la construcción de casas. Lamentablemente son casas pequeñas y de cemento, como de cualquier barriada, no adaptadas a la cultura Guna. En la comisión no estuvimos de acuerdo con eso, pero un mejor diseño hubiera sido más caro y buscar un presupuesto a nivel internacional toma mucho tiempo. Tuvimos muchas tensiones internas porque la gente ya no quería esperar 15, 20 años más, así que al final aceptamos el diseño.

Ya hace 9 años que se comenzaron a construir una escuela y un centro de salud. Luego los fondos se desviaron hacía otros lugares, no se terminaron las obras. Ahora bajo el nuevo gobierno de Nito Cortizo las obras se reanudaron, la entrega de las casas se espera dentro de dos años. Las familias son extensas, pero en el futuro pueden agrandar las casas pequeñas.

Creo que el traslado va a afectar bastante a la población Guna, el cambio va a ser un poco drástico. Los mayores no quieren cruzar, pero la mayoría, los jovenes, sí.


Típica artesanía Guna Molas son una fuente de ingreso en Gardi Sugdub

¿Qué conclusiones sacan los Guna del proceso hasta ahora?
La comisión de Gardi Sugdub junto a otros expertos está trabajando en un plan de reasentamiento para el pueblo Guna con el apoyo del Banco Interamericano de Desarrollo. Se trata de lineamientos estratégicos en aspectos económicos, sociales, medioambientales y culturales. En la comunidad también estamos haciendo capacitación sobre cómo va a ser la adaptación al nivel de la salud, del medio ambiente, el trabajo en el campo o cómo se llega a la escuela.

Queremos presentar el plan de reasentamiento en la asamblea del Congreso. Los caciques llevaron arroz a las comunidades afectadas, pero no solamente se trata de dar y apoyar. Al Congreso le toca planificar y desarrollar una política de reasentamiento como parte de la agenda del pueblo Guna. Sino sólo nos va a quedar esperar una solución del gobierno.

El Congreso puede validar y mejorar el plan en el que venimos trabajando. Queremos presentarlo también al gobierno, a los órganos internacionales que puedan dar apoyo. Esa experiencia de Gardi Sugdup puede servir para otras comunidades Guna que quieran trasladarse – de las que algunas no tienen la iniciativa o el liderazgo para hacer su propio plan – y para otras comunidades indígenas costeras que son vulnerables frente al cambio climático.

Trabajo para los pescadores es imposible durantes los temporales

Los Guna a menudo han usado corales para agrandar las islas o hacer barreras de protección. ¿Tiene su uso de las corales algún efecto en las inundaciones?
Los Guna comenzaron a hacer rellenos con corales cuando ya no había espacio por el aumento de la población, luego también por la subida del nivel del mar. Nunca pensaron que eso podría afectar. Esto no es parte de la cultura Guna, sino una forma de sobrevivir, nada más. Nos dimos cuenta de que los corales naturales, al igual que el bosque y el mar, son el sustento diario del pueblo Guna para vivir. Por eso, el Congreso ha prohibido los rellenos. Hay que concientizar a la población que los corales son importantes como barrera natural contra las inundaciones. Pero yo veo que hoy es mínimo, son cosas esporádicas, la gente ha notado que esto se siente en la pesca.

¿Qué significado tiene la naturaleza en la cultura Guna?
Tenemos una relación estrecha, armoniosa con la Madre Tierra, también a nivel espiritual. Los pueblos indígenas creemos que los recursos naturales tienen vida, son nuestros hermanos, seres humanos que se han transformado para apoyar la subsistencia de las generaciones actuales. Los chamánes se comunican con todo este entorno, el Sagla nos recuerda hacer uso de la tierra y sus recursos naturales con amor y mucho respeto. Además el Congreso pone normas concretas, como en el caso de la prohibición de los rellenos o en el caso de la pesca, dónde cada año se hace una veda para ayudar a la recuperación de las poblaciones.

Nuestros líderes dicen, en palabras del Sagla dummad Gilberto Arias: no podemos maltratar a nuestra Madre, más bien hemos comprendido que dependemos mucho de ella, y por eso extraemos lo necesario para nosotros en la cazería, pesca, agricultura, en la construcción de las casas, entre otras cosas. Los modos de vida occidentales son otra realidad.

Cocinas Guna a leña no deberían mojarse, sino no se puede cocinar

¿A quiénes ven los Guna como responsables del cambio climático?
El problema es el mismo sistema capitalista. Todas las naciones han explotado los recursos naturales y los han convertido en un bien monetario.

Los gobiernos y también las empresas privadas – sobre todo de los paises desarrollados – tienen que adaptar sus políticas, porque nosotros, los pueblos indígenas, vivimos en comunidades cada vez más vulnerables. Hemos salvaguardado nuestros bosques, nuestros mares – si tú ves la contaminación, viene de los paises ricos, de las empresas. Producen basura y están emitiendo gases, están deforestando, lo cual, como dicen los sabios Guna, es quitarle el vestido a la Madre naturaleza porque en ella ocasionan cambios como la sequía.

En la ONU hay convenciones internacionales firmadas por los paises, pero no se ejecutan, solamente los firman. Hay financiamiento de los fondos pero no llega a las comunidades afectadas, a los campesinos, a los pueblos indígenas. Eso debería cambiar.

¿Que rol podrían tener los grupos indígenas en el debate global sobre el cambio climático?
Los gobiernos y las empresas tienen que entender que la participación de los pueblos indígenas es muy importante en este tema. Nosotros los Guna, los pueblos indígenas, estamos participando en los foros internacionales del cambio climático. Nuestros conocimientos tradicionales, nuestras prácticas tradicionales de la agricultura sostenible, como la siembra de plantas útiles nativas o la costumbre de las parcelas agroforestales, que permiten regenerar los bosques, pueden aportar mucho en el debate. La participación indígena tiene que ser más combativa en esos espacios.

Creo que es muy importante que los indígenas, los ecologistas, los ONGs, los movimientos sociales, donde ahora hay mucha mobilización por parte de los jovenes en Europa, y los empresarios trabajemos conjuntamente frente al cambio climático.

Los estados del mundo deben firmar un acuerdo y comprometerse a ayudar a los pueblos indígenas para fortalecer sus culturas y difundir sus conocimientos tradicionales sostenibles, sin condiciones respecto a cómo debemos continuar conservando la naturaleza. Si una organización o una empresa quiere apoyar a los pueblos indígenas, es bienvenida, pero siempre y cuando la participación de los pueblos indígenas en la toma de decisiónes esté, que haya mucha información y transparencia, que lleguen los beneficios a la comunidad.

 

Mujeres Guna en su típica traje Mola Lxs mayores no quieren trasladarse a tierra firme

 

GUNA YALA

Los aproximadamente 80.000 Guna viven mayoritariamente en Panamá, en menor medida también en Colombia. Unos 30.000 de ellos viven en la comarca indígena Guna Yala, que posee autonomía política y una administración indígena propia. El territorio se extiende en una franja de unos 200 kilometros de costa caribeña con islas cerca de tierra firme. La mayoría de las 49 comunidades en Guna Yala están ubicadas en pequeñas islas, casi todas las restantes están en la costa. En cada comunidad hay un Sagla como autoridad política y espiritual.

El núcleo de la autonomía Guna lo conforman dos órganos, el Congreso General Guna, que cumple un rol político-organizativo, y el Congreso General de la Cultura Guna, de naturaleza espiritual. Ambos congresos son representados por varios Sagla dummagan (grandes Saglas) como líderes tradicionales. El Congreso General Guna tiene dos asambleas al año, las cuales están formadas por delegados de las comunidades. Allí se toman las decisiones políticas, que las comunidades deberán acatar.

 

Comuneros Guna en debateDurante la planificación del reasentamiento también hubo tensiones

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