“Venimos del futuro”

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“No es sequía, es saqueo!” Activistas de MODATIMA en la huelga por el clima, en septiembre del 2023 en Berlin (Foto: Ute Löhning)

En este instante, a 50 años del golpe militar, se están votando nuevas normas constitucionales en el Consejo Constitucional. ¿Cómo ven el proceso constituyente actualmente?

Catalina: Lo que se está proyectando y aprobando hoy puede ser incluso peor que la Constitución de Pinochet. Están concesionando bienes comunes que nunca han sido privatizados, como los bordes de los ríos o las riberas. Tampoco se tomó en cuenta el cambio climático dentro del proceso. En el Consejo Constitucional domina la ultraderecha, que es negacionista y va incluso contra los derechos humanos básicos. Por eso no tenemos casi ninguna esperanza del actual proceso. No significa un avance en términos de nuestras demandas que se levantaron durante la movilización de octubre de 2019.

¿Sería mejor entonces que gane el Rechazo en el plebiscito de diciembre?

Jorge: Veo una ventaja en que se quede la Constitución del 80, porque ya está deslegitimada. Así se abriría un camino en adelante para torpedearla. Por eso creo que es importante que el Rechazo gane.

Catalina: Un desafío para los movimientos sociales en general será hacer valer la primera votación de 2020, en la que se exigió otra Constitución que no sea la de Pinochet. Este plebiscito va a representar un momento político importante para los avances que podamos ir empujando en términos de la correlación de fuerza, porque en el próximo año también se vienen elecciones de gobernadores y de gobiernos locales.

¿Qué significaría un Rechazo para la derecha??

Victor: Yo suelo decir que la derecha está dividida, no es una sola derecha. La extrema derecha del Partido Republicano está poniendo casi todos los temas que ellos proponen como proyecto de vida dentro de este texto. Entonces según la derecha, o va a ganar porque se aprueba o va a ganar porque se rechaza, porque en este caso quedaría la Constitución de Pinochet.

¿Qué perspectivas hay entonces para cambios en la constitución de la dictadura?

Victor: Creo que la única alternativa que quedaría sería una reforma constitucional. Pero con este Congreso es súper difícil; por lo tanto, tendría que ser en otro momento. Por ahora, nos queda la vía de la movilización.

Catalina: Sí, estamos en un proceso de formación política a nivel nacional y queremos crecer cualitativamente y cuantitativamente.

Pero MODATIMA no solo está presente en las calles, sino también en instituciones políticas…

Victor: Sí. Hay que combinar el trabajo de base con la vía institucional local, ahí hay harta fuerza. Por ejemplo en los gobiernos regionales, en el caso de la Región de Valparaíso con el gobernador Rodrigo Mundaca. Allí estamos trabajando para poder democratizar la gestión del agua dentro del marco legal que existe.

¿Qué es lo que ha conseguido Rodrigo Mundaca como gobernador? ¿Qué poderes tiene?

Victor: En todas las provincias de la región se están implementando mesas hídricas que funcionan como consejos de cuenca. La gente por primera vez está participando en tomar decisiones sobre la gestión del agua. Mientras el Gobierno está hablando de instalar una ley que permite construir consejos de cuenca a nivel nacional, eso en la región de Valparaíso ya está funcionando, aunque al margen de ley. También hay algunos programas de formación ciudadana para dirigentes y dirigentas de los sistemas de agua potable rural, que son la última propiedad pública y comunitaria del agua que existe.

Carolina: Además, Rodrigo Mundaca tiene la oportunidad de presidir la Agorechi el próximo año: la Asociación de Gobernadores del país. Va a estar a la cabeza de las regiones discutiendo sus atribuciones y posibilidades de incidir mucho más fuerte en la política nacional. Sumado a ello, son súper importantes el fortalecimiento institucional de los sistemas de agua potable rural, de la ciudadanía y también de aquellas municipalidades que trabajan con el Gobierno regional y que han visto mejorados su financiamiento. Eso hoy día claramente invita a tener mayor confianza en hacer política y en acercarse a la institucionalidad, cuestión que antes del estallido social era impensado.

Sin embargo, el Código de Aguas sigue siendo decisivo para el acceso al agua. ¿Ha habido algún avance en este sentido en los últimos años?

Carolina: El 25 de marzo del año 2022 se hizo la última reforma del Código de Aguas en Chile que termina con la propiedad perpetua de las aguas para los nuevos derechos de aprovechamiento de agua que se constituyen en adelante. Los proprietarios de derechos de aprovechamiento de agua existentes deben reinscribirlos, para lo cual debe haber disponibilidad de agua suficiente. Ya que muchas veces no es el caso, la cantidad de derechos de agua inscritos debería bajar. En caso de escasez hídrica, si no hay acuerdo entre dueños privados del agua para poder resolver el problema de satisfacer el consumo humano, la Dirección General de Aguas puede intervenir con una redistribución de las aguas. Eso ya ha sucedido en la cuenca del Aconcagua.

En los últimos años recien se siente más el cambio climático también en Alemania y ha habido sequías en verano. ¿Estamos subestimando los problemas con el suministro de agua en países como Alemania?

Victor: Creo que los países ricos todavía no consideran que el agua es un problema. Este año, en marzo, por primera vez en 50 años los países se reunieron para hablar de agua, en la Conferencia Mundial del Agua en Nueva York. Sin embargo, todos los años se junta el Foro Mundial del Agua, financiado y dirigido por las empresas privadas. Los países desarrollados hoy día todavía tienen disponibilidad de agua tanto para su población como para las empresas transnacionales. Nosotros en Chile, con una experiencia de 40 años de modelo privatizado, hoy día ya llegamos al extremo donde hay agua para los ricos pero no para los pobres. Entonces nos gustaría exigir que el agua efectivamente tome la relevancia que tiene en el mundo. Y cuando se hable de cambio climático, no solo se hable de la temperatura, sino que también se incorpore la variable de la disponibilidad de agua dulce. En Chile ya vivimos un fenómeno de desplazamiento climático con la falta de agua. Y cuando vienen industrias nuevas, como el litio o el hidrógeno verde, ambas consumen grandes cantidades de agua.

Al mismo momento, estos recursos son importantes para la transición energética. ¿Qué piensan sobre ese dilema?

Jorge: El litio habla de energía verde, pero su extracción es tremendamente contaminante y va a matar muchos ecosistemas en los países donde se extrae. Al mismo tiempo el litio es algo pasajero: Cuando en 20 o 25 años más apareczan energías superiores, el litio va a ser ya demasiado caro. Lo mismo nos pasó con el salitre y los alemanes. El salitre era la solución para todo, mi papá trabajó en el salitre, mi abuelo también. Y llegó el salitre sintético y lo reemplazó todo. Además, no hay transferencia de conocimientos de parte del primer mundo: nosotros trabajamos el litio, pero no hacemos las baterías. A nosotros en realidad nos quedan solamente los desastres ambientales.

Victor: En el marco de la transición energética, los países desarrollados ya tienen las proyecciones a 2030. Sería importante que países como Alemania, cuando vayan a establecer acuerdos, no se pregunten solo “¿Cómo compramos el litio o hidrógeno verde más barato?”, sino “¿Cómo lo producimos para que no afecte a las comunidades aledañas?”, y que incorporen la variable del agua de los territorios.

¿Qué puede aprender el mundo, qué podemos aprender nosotrxs de la situación en Chile?

Carolina: ¿En qué se traducen el consumo y la exportación desde las mal llamadas zonas de sacrificio (territorios afectados por la contaminación industrial concentrada, nota de redacción)? Hay imágenes que demuestran cómo se vive sin agua en el reino de los paltos, habiendo agua disponible. Pero la agroindustria nos niega el agua. Alemania se da la vuelta por América Latina para buscar recursos y establecer tratados de libre comercio para poder depredar nuestros territorios. Nuestro gran aprendizaje es que esto es insostenible, tampoco es seguro ni para las inversiones ni para el comercio internacional, pues va a durar un tiempo hasta que se agote porque se está destruyendo el ciclo del agua en nuestro territorio.
Creo que la única manera de hacer frente a esto son alianzas, conciencia y formación y, desde ahí, entender que hoy día las inversiones están por sobre los derechos humanos en Chile. Y que no se trata solo de un cambio de tecnología, sino de un estilo de vida y que debemos reducir la demanda de recursos.

Jorge: Ha habido mucho saqueo con todos los bienes naturales, con los bosques, con los océanos, con los ríos. Si la gente rica, si el primer mundo no toma conciencia y disminuye el consumo innecesario, vamos a destruir de alguna manera su patio trasero que son América Latina y África. Entonces, es necesario educar a la población sobre que hay que vivir con lo que se tiene, aunque es bastante difícil hacerlo. Si no ganamos la lucha ambiental, ¡todas las demás estarán perdidas!

A muchas personas les cuesta cambiar su estilo de vida. Por su experiencia en Chile, ¿qué problemas sociales podemos esperar en el futuro, cuando aquí también haya escasez de agua?

Victor: Estamos ya viviendo una guerra por agua. Hay territorios donde la gente no tiene cómo tomar agua, donde sale a la calle y se enfrenta con la policía y con los que tienen el agua. Ese panorama que uno veía futurista ya existe en Chile y en algunos lugares en África. Cómo MODATIMA estamos para organizar a las comunidades afectadas, para hacer crítica y para poner sobre la mesa temas de esta relevancia, por los cuales los gobiernos no se preocupan. Los pueblos como Chile venimos del futuro, de esa guerra del agua. Y países como Alemania, que no tienen un modelo privado de aguas, se pueden convertir en Chile si siguen el mismo camino.

Durante los eventos han mencionado la idea de una internacional del agua. ¿De qué se trata?

Carolina: Creo que, en términos de valores, se trata de solidaridad, de construir aprendizajes. Como proyecto, hay algo más grande que solo MODATIMA, como los ALBA movimientos o el Movimiento de los Trabajadores Rurales Sin Tierra (MST). Entonces estamos disponibles y con las ganas de construir poder a través de una internacional por el agua, basándonos en la solidaridad y en lo importante que es para la humanidad, que claramente traspasa fronteras.

Victor: Durante ya más de 15 años de trabajo en MODATIMA, nos hemos encontrado con otros movimientos grandes y pequeños que están viendo los mismos temas: las rondas campesinas en el Perú, el movimiento Afectados por represas en Brasil, el Movimiento Ríos Vivos en Colombia, la Coordinadora Agua para Todos en México. En los países latinoamericanos ya se está posicionando fuertemente la lucha por el agua, pero también acá existe el movimiento europeo por el agua, con el cual tenemos relaciones.
Pienso que es un proyecto que se tiene que desarrollar a largo plazo, por ejemplo con el Movimiento de Afectados por Represas (MAR) de América Latina. Ya tenemos una idea de construir un movimiento mundial por agua y energía, una especie de Vía Campesina vinculada al agua y la energía, que se está moviendo por el mundo buscando aliados. En ese camino el MAR lleva diez años trabajando.

En ese contexto, ¿les ha servido para algo el viaje a Alemania?

Catalina: En ir construyendo un horizonte para compartir experiencias, también en este afán de internacionalizar la lucha por el agua, este viaje fue súper enriquecedor. Sobre todo, fue interesante que salía el tema del hidrógeno y del litio. Entonces, tomando los nuevos desafíos de la transición energética, nos llevamos de vuelta esa tarea urgente para insertarlas de manera más profunda en el movimiento.

Jorge: Yo no me imaginaba que existiera un conflicto con Tesla por aquí cerca, donde hay gente que ven en peligro su agua. Me llamó la atención de que aquí también haya gente que se movilice por esos temas territoriales. Por lo tanto, nos sentimos cercanos y nos alegra. A mí en lo particular, me alegra mucho eso.

Victor: Creo que después de haber pasado por una pandemia, es muy importante recuperar la presencialidad y poder intercambiar presencialmente con personas que estamos en la misma sintonía y nos podemos potenciar. Y los medios como ustedes aportan harto en ese camino a comunicar, pero también a construir lazos, redes, conocer gente e intercambiar miradas.

Carolina: A 50 años del golpe ha sido un viaje de mucha memoria para nosotros, pero también de mucho futuro, de cómo soñamos nuestro país, qué esperamos de vuestro país, que esperamos de nuestros vínculos. Creo que ha sido sanador después del fracaso de la Constituyente. Me quedo con las ganas y la expectativa de construir comunidad y de avanzar juntos en una Internacional por el agua.

Hasta la última gota

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El agua en Chile es un bien en disputa y en gran medida privatizado, desde la sangrienta dictadura cívico-militar que tuvo su comienzo hace 50 años. En septiembre nos referimos de modo crítico a la transformación neoliberal de la sociedad chilena bajo la dictadura de Pinochet, y damos una mirada a las resistencias, tanto de antaño como de hoy en día. Para ello nos visitan activistas de MODATIMA (Movimiento de Defensa por el Acceso al Agua, la Tierra y la Protección del Medioambiente), quienes luchan por el derecho al agua y, en conjunto con otrxs, han procurado concebir una nueva constitución el año pasado.

Programa (descargar aquí panfleto o póster)

7 de septiembre

20 hrs // Bonn (Oscar-Romero-Haus, Heerstr. 205)

Paltas – Superfood y desastre medioambiental

La venta de paltas está aumentando en todo el mundo. Sin embargo, las plantaciones para la exportación provocan enormes problemas sociales y medioambientales, por la alta demanda de agua. En la otrora verde provincia de Petorca, principal zona de cultivo chileno, ahora hay sequía, el río se ha secado, el agua potable escasea y lxs pequeñxs agricultorxs deben dejar sus labores. Desde 2010, el movimiento MODATIMA lucha contra esta devastación agroindustrial.

Con: Cristina Dorador & Carolina Vilches (MODATIMA)

Un evento de Informationsstelle Lateinamerika (ila) y Oscar-Romero-Haus

8 de septiembre

19 hrs // Frankfurt a. M. (Instituto Cervantes, Staufenstraße 1)

¿Autoritarismo en lugar de feminismo y justicia climática?

Chile pudiese haber tenido una de las constituciones más emancipadoras del mundo: feminista y plurinacional, ecológica y social. No obstante más del 60 % de la población rechazó el proyecto mediante un plebiscito en 2022. Hoy, sólo unos pocos años después del estallido, el neoliberalismo autoritario, que tuvo inicio con el golpe militar hace 50 años, parece fortalecido. ¿Cómo es que sucede esto? ¿Cuáles son las perspectivas de los movimientos sociales que abogan por el feminismo y la justicia climática? ¿Y qué significa esto para el futuro, no sólo de Chile?

Con: Cristina Dorador & Catalina Huerta (MODATIMA), tba (IfS)

Un evento de Gleichstellungsrat des Fachbereichs 03 der Goethe-Universität Frankfurt, medico international, Institut für Sozialforschung y Instituto Cervantes

10 de septiembre

17 a 19 hrs // Berlin (FMP1, Franz-Mehring-Platz 1)

50 años del golpe y la privatización del agua en Chile

El golpe militar de Pinochet y la instalación del neoliberalismo han afectado al bienestar y a los derechos humanos en Chile. ¿Cuáles han sido las consecuencias de la dictadura de Pinochet que, hasta el día de hoy, siguen afectando a la democracia en Chile? Queremos conversarlo tomando el ejemplo del acceso desigual al agua dentro del país.

Con: Jorge Díaz & Carolina Vilches (MODATIMA), Clarita Müller-Plantenberg (Cofundadora de Lateinamerika Nachrichten y experta en Chile), Moderación: Nils Brock (npla)

Un evento de Lateinamerika Nachrichten, fdcl, npla y VVN-BdA (Actividad en el marco del Día de la Memoria del VVN-BdA Berlín)

Financiación: Landesstelle für Entwicklungszusammenarbeit Berlin, Stiftung Umverteilen!, Rosa Luxemburg Stiftung

11 de septiembre

21 hrs // Berlin (b-ware! Ladenkino, Gärtnerstraße 19)

El botón de nácar. Proyección del documental y discusión con el público

„Se dice que el agua tiene memoria. Yo creo que también tiene voz“, dice la voz en off del cineasta Patricio Guzmán. Durante la historia de Chile el océano pacífico ha sido convertido reiteradamente en una fosa común. Patricio Guzmán deja que este lugar hable y nos cuenta la historia de resistencia de los pueblos originarios de la Patagonia, como también la resistencia contra la dictadura cívico-militar. Posterior a la proyección del documental invitamos al público al debate sobre la importancia de la(s) memoria(s) 50 años después del golpe.

Con: Jorge Díaz & Carolina Vilches (MODATIMA)

12 de septiembre

19 hrs // Berlin (://about blank, Markgrafendamm 24c)

¿Back to normal?

50 años después del golpe militar y un año después del rechazo a la nueva constitución, la situación política en Chile parece estancada. En lugar de la izquierda es ahora la derecha quien redacta una alternativa a la constitución de la dictadura. ¿Cuál es el lugar que le toca ahora a los movimientos sociales? ¿Y cómo será la nueva constitución?

Con: Victor Bahamonde, Cristina Dorador & Catalina Huerta (MODATIMA), Moderación: Ute Löhning (npla) & Susanne Brust (LN)

Un evento de Buchladen Schwarze Risse, npla, Naturfreundejugend Berlin, Lateinamerika Nachrichten

Financiación: Hans-Böckler-Stiftung Solidaritätsfonds, Rosa Luxemburg Stiftung

15 de septiembre

9:30 hrs a 16:30 hrs // Berlin (Freie Universität, Seminarraum EG, Boltzmannstraße 1)

Derechos medioambientales en Chile – Negociando el futuro

A partir de la experiencia científica, política y activista de Cristina Dorador, el taller aborda la lucha por los derechos ambientales: ¿Cómo podría ser un proceso para consagrar los derechos de la naturaleza en la ley? ¿Qué cuestiones epistemológicas plantea? ¿Y cómo se proyectan los distintos movimientos hacia el futuro?

Inscripción (número limitado): e.kirmes@fu-berlin.de

Idioma del evento: Español

Con: Cristina Dorador (MODATIMA)

Un evento de Internationales Graduiertenkolleg „Temporalities of Future“

15 de septiembre

19 hrs // Berlin (NFJ-Laden, Weichselstraße 13-14)

Poder Popular y Bienes Comunes – Diálogo entre MODATIMA y Bloque Latinoamericano Berlín

En Latinoamérica, las luchas de resistencia contra el neoliberalismo son también luchas por la defensa de la naturaleza y por el acceso universal a los bienes comunes, por sobre intereses privados, donde el poder popular, mediante la participación efectiva y organizada de la práctica política, alimenta estas luchas. Pero ¿hasta qué punto el poder popular fortalece y determina la lucha por los bienes comunes? ¿Cuáles son las luchas históricas y las actuales? ¿Qué perspectivas comunes existen en Latinoamérica al respecto?

Con: Victor Bahamonde, Jorge Díaz, Cristina Dorador, Catalina Huerta & Carolina Vilches (MODATIMA)

Un evento de Bloque Latinoamericano Berlín y Naturfreundejugend Berlin

,,FUE UNA PELEA DURÍSIMA”

Die LN sprechen mit der Verfassungsdelegierten Manuela Royo über die neue Verfassung Chiles.

Manuela Royo (Foto: privado)

Durante todo este año trabajó en la nueva constitución, ¿cómo evalúa este proceso? 

Creo que logramos avanzar harto. Además de escribir una constitución, también se transformó a la Convención en una plataforma de expresión política de debate. Porque nosotras no llegamos a la convención para disputar el poder con ellos, con la derecha o con los varones, bueno quizás algunas sí. Nosotras llegamos para que Chile sea más justo, para vivir en una sociedad mejor, y en ese camino sí tenemos que asumir responsabilidad, pero no es desde los liderazgos personales.

¿Y estos valores también se pudieron transferir al trabajo en la Convención?

Las constituciones finalmente establecen bienes jurídicos constitucionales, como el orden público y la seguridad, temas que políticamente han sido super relevantes. Poner la soberanía alimentaria, las semillas y los ríos al mismo nivel que otras cosas que históricamente han sido centrales, es también una pelea que estamos levantando. Es también poner los cuidados en el mismo plano como algo que sale de la casa y que se sitúa por un lado en la no-violencia y en el respeto. En este plano logramos generar conciencia a muchas personas.

¿Han podido convencer a otres constituyentes de estas perspectivas en las negociaciones?

Fue un camino difícil. Pero de a poco hablando, convenciendo, negociando también logramos que se aprobaran normas. Por ejemplo, una idea más tradicional de la izquierda es que la única forma de financiar los derechos sociales es a partir de la explotación de los recursos naturales, y nosotros ni siquiera hablamos de recursos naturales. En la Comisión de Medio Ambiente primero nos rechazaron todo. Los diarios se rieron de nosotros ridiculizando las ideas como post-extractivistas o de decrecimiento, como si fuésemos puros hippies.

Y ahí peleamos por dos lados: por un lado, con la derecha conservadora, con este negacionismo respecto al cambio climático. Pero, por otro lado, y eso fue lo más triste, nos tocó pelear con gente de izquierda que consideraba que esto era producto de creencias místicas, pachamámicas, a las cuales había que decirles que esto es un hecho científico y no un acto de fe. Que se esté acabando el agua no es un invento de nadie, es real. Y eso fue una pelea durísima. Obviamente hubo traiciones, deslealtad y todo, fue difícil. Pero finalmente se logró y yo siento que se logró una legitimidad dentro del proceso.

El medio ambiente fue el enfoque de su trabajo en la convención. ¿Qué importancia tiene la naturaleza en la nueva constitución?

Es super importante. Desde el artículo primero de la constitución establecimos que el Estado de Chile es un Estado ecológico que dentro de sus valores fundamentales reconoce el respeto por los derechos de la naturaleza y la interdependencia. Ese concepto plantea que la naturaleza no es un recurso natural respecto al cual podemos obtener un provecho económico para el crecimiento del país, sino que tiene derechos que deben ser respetados y garantizados por el Estado y por las personas. Nosotros somos parte de la naturaleza y no podemos vivir sin ella. Por lo tanto, cosas tan sencillas como la alimentación y el agua son tan importantes como la estabilidad económica. Eso fue una lucha super relevante que dimos. Y al final, es verdad, cuando uno dice que es la primera constitución escrita en cambio climático.

Luego se establecen principios ambientales y estatutos constitucionales sobre bienes comunes naturales que hacen una distinción entre bienes comunes apropiables e inapropiables. Los inapropiables son el agua y el aire. Entre los apropiables se encuentran el bosque nativo y los humedales entre otros, y respecto a estos el Estado tiene un deber de tutela. Es decir, yo puedo ser dueña de un bosque, puedo comprar un terreno que tenga bosque nativo, pero yo no puedo llegar y talarlo porque eso afecta a la naturaleza. 

¿Cómo se plasman estos principios en lo concreto?

Hay normas que nos hablan de la protección de los humedales, de los bosques nativos, del ciclo hidrológico, de la conectividad hídrica, y que protegen los glaciares que son las fuentes desde donde nace el agua, excluyendo la actividad minera desde ahí.

También se lograron normas sobre ordenamiento territorial. La mayoría de los usos del suelo son destinadas a la actividad extractiva como minería, forestales y energía. La redistribución de los usos del suelo es muy importante porque va a permitir la recuperación de los ecosistemas y la recuperación de los ríos y de la naturaleza.

Pero también asumimos esa crítica hacia la constitución del Ecuador o de Bolivia: Pese a que en Ecuador se consagran los derechos de la naturaleza, en la práctica el Amazonas está lleno de pozos petroleros. En Bolivia se reconocieron los derechos de la Pachamama, no obstante lo primero que pasó fue la Guerra del Agua. Lo importante, por un lado, es una institucionalidad que orgánicamente proteja a la naturaleza y también no quedarnos en lo declarativo, porque eso también puede ser muy peligroso. No sólo consagrar derechos y principios, sino también una bajada práctica, reglas concretas. 

¿Cómo se plantea esa institucionalidad en la constitución?

Por un lado, planteamos la justicia ambiental, que hace una bajada constitucional a la participación ambiental, a la democracia ambiental y la toma de decisiones y la participación en estas materias. Junto con ello se crean tribunales ambientales en todas las regiones, porque en Chile solamente existían tres. Si te contaminan el río, el agua para beber, para vivir, para poder litigar en estos tribunales hasta ahora uno no tenía derecho a tener una asistencia jurídica gratuita y eso vulnera muchos derechos.

Queremos que eso no dependa de la voluntad de una ONG o de un abogado en particular, sino que sea el Estado quien, tal como evalúa y acepta proyectos, también defienda la naturaleza y las comunidades. Por eso se crea la defensoría de la naturaleza, una institución autónoma pública encargada de representar judicial y extrajudicialmente de forma gratuita a quienes vean vulnerado sus derechos. Esta institución también puede representar a la naturaleza en el evento de que sea necesario judicializar las vulneraciones a sus derechos.

¿Qué rol tiene en la constitución el agua en particular?

El agua es donde más trabajamos. Consagramos un estatuto constitucional del agua en el cual se establece que el agua es incomerciable y que respecto de ella van a existir derechos de uso que tienen que cumplir una función social y una ecológica. Allí se garantiza el derecho humano al agua y la protección de los ecosistemas.

Desarrollamos una institucionalidad que se va a hacer cargo de la distribución de los usos de agua en base a estos principios y se crean consejos de cuencas como instancias comunitarias y participativas respecto a la toma de decisiones sobre el agua. Además, se protege el agua potable rural. En Chile la mayoría de las comunidades rurales no tienen agua y no hay alcantarillados. Entonces se crean cooperativas de agua rurales que se distribuyen comunitariamente en el sector del campesino. 

Incluso con la derecha teníamos el mismo diagnóstico con respecto al agua, pero con enfoques distintos. Nosotros venimos mucho más desde la ecología, y ellos desde la política más tradicional, de infraestructura. Es una disputa super importante que tenemos que dar desde la izquierda. Porque el medio ambiente puede ser capitalismo verde, no? Bueno, en Europa saben lo que es (se ríe)… o puede significar pensar en la redistribución desde una perspectiva mucho más socialista, de cómo nos vinculamos con la naturaleza, superando esa lógica de apropiarse de todo.

¿En qué condiciones trabajaron en la Convención?

Fue un proceso rápido y autogestionado, porque de verdad el gobierno (de Sebastián Piñera, nota de redacción) a nosotros no nos dio nada, ni un lápiz, ni un escritorio. Por ejemplo, teníamos una sala de unos tres por cuatro metros para doce equipos, sin aire acondicionado, ni calefacción. Los constituyentes no tenían ningún lugar donde sentarse, hacer reuniones, ni trabajar. Había algunas salas comunes que se pudieron reservar, pero estaban más lejos y en otro edificio. Se habló mucho en un comienzo de que ojalá pueda ser un proceso que toma en cuenta los cuidados, que pueda haber una guardería para niños y niñas… no había nada.

Resulta que este proceso tenía unos costos personales gigantescos. Mucha gente contó que los hijos estaban mal, deprimidos, que no veían nunca a sus madres y padres, hasta hubo intentos de suicidio entre los hijos e hijas. Todo eso con una presión mediática encima, la presión de los poderes políticos, trabajando hasta las dos de la mañana todos los días. Pasamos de la pandemia a la Convención, entre el nivel de trabajo y la precariedad que teníamos, poco apoyo, mucho estrés, mucha violencia. 

¿Violencia?

Sí. Durante el proceso constituyente me tocó vivir mucha violencia. Me amenazaban por las redes sociales que me iban a matar, que iban a ir a mi casa. Por ejemplo por twitter suben nombres de personas izquierdistas y entonces tú puedes recibir 300 mensajes diarios, gente que te da miedo. Hace un par de meses recibí una amenaza de muerte. Fue horrible porque se hacía referencia a que me iban a violar y descuartizar y mandaron fotos de mujeres violadas y descuartizadas.

Siempre he presentado denuncias y una vez presenté una querella, pero la fiscalía no hace nada. Aún cuando identifiqué a la persona, un pinochetista. Al final lo que buscan es que uno se quede callado. Pero yo no, al revés. Salí a los medios de comunicación, publiqué el nombre del tipo. Hacer público lo que se vive es una forma también de defenderse. Esto te da un resguardo.

¿Qué estrategias utiliza la derecha ahora mismo para impedir que se apruebe la nueva constitución?

Hay gente que está haciendo campaña generando desconfianza, como antes hicieron contra las vacunas. Uno pasea por las calles y ve propaganda escrita con noticias falsas sobre la Convención. En las calles de Santiago hay afiches en las paredes que dicen cosas como “La constitución es una mentira.” Lo peor es que la derecha sabe que mentir le sale más barato. Por ejemplo, el senador Felipe Kast del partido Evópoli (un partido de derecha, nota de redacción) dijo en la radio que la constitución va a permitir el aborto hasta los nueve meses. Está mintiendo descaradamente. Y así es todos los días. Es una guerra psicológica.

¿Cuál es su perspectiva hacia el plebiscito? ¿Qué es lo que esperan?

Nuestra apuesta es movilizar a las bases. Esperamos que en estos dos meses que quedan haya una gran movilización social. La gente que ha estado tradicionalmente organizada, los sindicatos, Modatima, las verdaderas redes sociales, que existen, no las que están inventando ahora. Era difícil hacer campaña antes de que el texto estuviera listo. No podíamos decir “si, está todo bien” si nos faltaban cosas por votar. La derecha empezó desde antes a decir que estaba todo mal.

Ahora hay un proceso donde hay que informar a la gente, hay que ir a las calles y a los territorios. Para la campaña, las zonas más importantes son las comunas más populares de Santiago donde se concentra la mayor cantidad de votos. Yo vivo en la Araucanía, pero ahora estoy en Santiago. Por la campaña voy a estar en los dos lugares.  Para llegar a las zonas rurales, lo más certero es por la radio.

¿Créen que se va a aprobar la nueva constitución?

En Chile hay mucha gente de derecha, pero en verdad la votación histórica, el plebiscito de salida de Pinochet, fue aproximadamente un 60 por ciento para la izquierda y un 40 por ciento para la derecha, y ahora con Boric fue la misma proporción. La apuesta es movilizar a esta gente. Hay un gran centro de indecisos que todavía no sabe qué va a votar y nosotros creemos que cuando vean el contenido de la constitución esas personas van a darnos su aporte. Pero nos queda muy poco tiempo y tenemos poca plata.

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