“ANMELDUNG PARA TODES!”

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Para les habitantes de Berlín, el aumento y la especulación de los precios de la vivienda, la inflación y la gentrificación de ciertas partes de la ciudad han alcanzado en los últimos años dimensiones alarmantes. Las consecuencias, por supuesto, afectan de manera desmedida a las personas extranjeras. Les migrantes, y particularmente aquelles que venimos del sur global, nos encontramos en importantes desventajas para acceder a una vivienda: además de las limitaciones ligadas al idioma, del desconocimiento del sistema burocrático, de las condiciones laborales precarizadas y de las redes de apoyo reducidas, sistemáticamente sufrimos prácticas excluyentes y discriminatorias a la hora de encontrar dónde vivir.

Ciudad Migrante: una iniciativa desde abajo

Motivades por la inseguridad legal, laboral y consecuentemente emocional ligada a esta situación, algunes integrantes del Bloque Latinoamericano iniciaron en abril de 2022 una serie de reuniones sobre el derecho a la vivienda. En un primer momento, estos encuentros fueron talleres abiertos a los cuales se acercaron decenas de personas para compartir sus historias y discutir soluciones comunes. A partir de la sistematización de estas experiencias, vimos la necesidad de ir más allá de la escucha colectiva: ¿Cómo podemos generar acciones concretas que tengan un impacto positivo en el acceso a la vivienda para la comunidad migrante?

Es así como, a principios del 2023, surge Ciudad Migrante, un espacio abierto creado por migrantes latinoamericanes e hispanohablantes en Berlín. Es el resultado de un arduo proceso colectivo y de la convicción de que Berlín es una ciudad donde les migrantes podemos crear un sentido de pertenencia a través de la solidaridad y de la participación política. Nuestro trabajo se orienta por dos principios fundamentales: la lucha por el acceso igualitario a la vivienda y el derecho a la ciudad.

En primer lugar, reconocemos el acceso a la vivienda como una necesidad básica para una vida digna. Esta convicción guía nuestro compromiso por promover prácticas antidiscriminatorias e incluyentes, así como por proveer herramientas informativas a les migrantes en busca de vivienda. Así, en septiembre de este año lanzamos la Guía migrante de supervivencia urbana: Herramientas para enfrentar el mercado inmobiliario y la burocracia en Berlín. En este manual se ponen a disposición mecanismos a través de los cuales puede obtenerse un cuarto; se explican las características, los derechos y las obligaciones que revisten los diferentes tipos de contrato de alquiler; cuáles son las estafas habituales a las que hay que prestarles atención; qué recursos existen para lidiar con situaciones de violencia de género en el hogar y muchas otras informaciones indispensables que no siempre resultan evidentes al momento de llegar a una ciudad desconocida.

El derecho a la ciudad se refiere al derecho de les habitantes a construir, decidir y crear la ciudad, priorizando las necesidades de la comunidad por sobre aquellas de los intereses mercantilistas. Ambos principios definen a Ciudad Migrante como un grupo anticapitalista, concentrado en la acción política, con miras a facilitar el acceso a la vivienda y al desarrollo social de aquellas personas cuya situación inmediata les orilla a la despolitización. Más que ofrecer soluciones individuales, nuestro objetivo es generar un cambio estructural, visibilizando las realidades de las personas migrantes, interpelando a la comunidad alemana e incidiendo políticamente en las decisiones que afectan la vida de todas las personas en Berlín.

El círculo vicioso de la Anmeldung

El problema del acceso a la vivienda no sólo plantea obstáculos materiales, financieros y psicológicos para les migrantes, sino que pone de relieve una serie de mecanismos burocráticos que dificultan el acceso a servicios esenciales. Entre estos, hay uno particularmente escabroso para la vida migrante: la anmeldung (registro). Fue a través del diálogo y de la reflexión con varios instrumentos de la cartografía crítica que este trámite burocrático surgió como un tema central en nuestro quehacer político. Este mecanismo de registro oficial ocupa un lugar fundamental en la legalización y establecimiento de la vida privada en Alemania. En teoría, la anmeldung se perfila como una herramienta progresiva para el control del censo poblacional, la comunicación con las autoridades y el acceso a servicios educativos, sociales y de salud. Sin embargo, en el contexto de la crisis habitacional mencionada, la deseada y muy rara vez obtenida anmeldung representa un dispositivo de exclusión fundamental de las vidas migrantes en Berlín: sin Anmeldung no hay acceso a la salud, al trabajo legal o a los servicios financieros, pues es requerida para obtener un seguro médico, solicitar el Steuernummer, abrir una cuenta de banco, firmar un contrato de trabajo, entre muchos otros servicios y derechos urbanos importante.

Campaña “Anmeldung für Alle”: la apuesta política de Ciudad Migrante

La capacidad de interpelar al Estado y a los partidos es un aspecto fundamental de la praxis política de Ciudad Migrante. Por ese motivo, nuestra reiterada presencia en las calles está siempre acompañada de consignas políticas claras a través de las cuales demandamos frente a las instituciones correspondientes soluciones concretas a los distintos aspectos de la precarización de la vida migrante. Con el propósito de luchar contra las trabas burocráticas que obstaculizan el acceso a la vivienda, Ciudad Migrante lanzará antes de fin de año una campaña denominada “Anmeldung für alle!”. Algunas de las soluciones que imaginamos son la creación de una dirección postal universal que brinde la posibilidad de registrarse en la ciudad independientemente del lugar en que se habita, la supresión de la autorización del proveedor de la vivienda (Wohnugnsgeberbestätigung), la decriminalización del falso empadronamiento (Scheinanmeldungen), entre otras. Para lograr estos objetivos, que pueden implicar la eventual modificación de la actual Meldegesetz (Ley de Registro), el trabajo conjunto con otras organizaciones del movimiento de inquilinos (Mieterbewegung) en Berlín y la izquierda parlamentaria es fundamental. Por eso motivo, todas las personas individuales e iniciativas políticas están invitadas a sumarse a la lucha en contra de burocratización y mercantilización de la vivienda. ¡Por el derecho a una ciudad migrante!

„Der größte Erfolg wäre, sie zu finden“

Was ist der Hintergrund Ihres Besuches in Deutschland, bei dem Sie unter anderem mit verschiedenen politischen Vertreter*innen sprechen werden?

Seit einiger Zeit drängt die Stiftung darauf, eine Sonderkommission einzusetzen. Der Grund ist: Wir haben gesehen, dass in allen Fällen, die wir vertreten, eine historische Straffreiheit besteht. In Mexiko liegt diese Straffreiheit bei mehr als 95 Prozent. Gerechtigkeit zu erlangen, ist für jemanden aus einer Familie mit Migrationshintergrund sehr schwierig. Daher ist es äußerst wichtig, diese Fälle zu untersuchen, zu erfahren, was passiert ist und den Opfern Antworten zu geben. Das soll die Sonderkommission unter der Schirmherrschaft der Vereinten Nationen gemeinsam mit der mexikanischen Generalstaatsanwaltschaft leisten. Diese technische Unterstützung hat die mexikanische Generalstaatsanwaltschaft schon in einigen Fällen akzeptiert, in denen es um verschwundene Migrant*innen ging – auch im Fall der fünf Massaker, die wir vertreten.

Dass ich Deutschland besuche, liegt an der Rolle, die das Land für Mexiko spielt: Deutschland hat Mexiko in verschiedenen Bereichen technische Unterstützung angeboten. Der Hintergrund: Von deutscher Regierungsseite aus wird ein besonderer forensischer Mechanismus vorangetrieben. Der ermöglicht, die mehr als 56.000 nicht identifizierten Überreste von Menschen zu identifizieren, die wir in Mexiko haben.

Was erhoffen Sie sich konkret von Deutschland?

Da Deutschland uns diese Unterstützung angeboten hat, wäre es sehr wichtig, dass sie diesen Vorschlag der Sonderkommission politisch offen unterstützen. Denn dieser Vorstoß ist für Mexiko notwendig. Und wir wissen auch, dass mehrere Regionen in Lateinamerika mit ähnlich schweren Problemen kämpfen. Wir müssen anfangen, Gerechtigkeit über Ländergrenzen hinaus zu denken. Das wäre eine andere Gerechtigkeit als die, die Menschen erleben, die sich hier niederlassen.

Für uns in Mexiko ist dieses Thema grundlegend. Aber es lässt sich auch auf andere Regionen der Welt übertragen. Wir wissen zum Beispiel, was im Mittelmeer mit Migrant*innen passiert, die sterben und nicht identifiziert werden. Was wir wollen ist: Mechanismen vorantreiben, die uns helfen zu verstehen, wie die transnationale Kriminalität – und damit auch der Menschenhandel – funktioniert. Zudem wollen wir herausfinden, wie die Staaten funktionieren, die oft mit diesen kriminellen Netzwerken zusammenarbeiten.

Wie steht es unter der Regierung von Präsident Andrés Manuel López Obrador (AMLO) aktuell um die Sicherheitslage von Menschen und Organisationen, die gegen dieses Verschwindenlassen in Mexiko kämpfen?

Die Sicherheitslage hat sich nicht verbessert unter der Regierung von Andrés Manuel López Obrador. Seine Regierung hat entschieden, eine Strategie fortzusetzen, die Organisationen der Zivilgesellschaft als gescheitert ansehen: die Armee gegen die organisierte Kriminalität auf die Straße zu schicken. Es gibt keinen historischen Beweis dafür, dass das in Mexiko jemals Erfolg gehabt hätte. AMLO setzt auf Militarisierung, statt eine richtige zivile Polizei aufzubauen, die auf dieses Problem reagieren kann. Zudem wird die Generalstaatsanwaltschaft völlig vergessen. Zusammengefasst: Weder die Gewalt ist zurückgegangen, noch haben die Fälle von Straffreiheit abgenommen.

Anzeige bei der Staatsanwaltschaft zu erstatten, ist für Familien nach wie vor sehr schwierig. Sie werden dort auch schlecht behandelt. Die Staatsanwaltschaften sind zu einem Ort von Korruption und organisiertem Verbrechen geworden. Das wirkt sich auf die Gesellschaft aus. In der bisherigen Amtszeit der jetzigen Regierung sind über 30.000 Menschen verschwunden. Wenn die Ursachen der Gewalt nicht bekämpft werden, wenn die Korruption in den Institutionen nicht bekämpft wird, wenn die Rechtsprechung sich nicht verbessert und wenn es keine Zivilpolizei gibt, dann werden wir in Mexiko weiterhin Gewalt erleben.

In den Medien liest man viel darüber, dass Aktivist*Innen und Suchende bedroht, verfolgt und getötet werden und verschwinden. Hatte Ihre Organisation schon mit solchen Aggressionen zu tun? Warum ist es für Angehörige so gefährlich, in Mexiko nach verschwundenen Familienmitgliedern zu suchen?

Ja, wir begleiten suchende Familien, die in sehr gefährlichen Gebieten leben oder dorthin gehen, wo es unsicher ist oder wo organisierte Verbrechen passieren, etwa in Guanajuato. Es ist unangenehm, wenn organisiertes Verbrechen involviert ist. Aber es ist auch unangenehm, wenn der Staat involviert ist. Die Suchenden haben Angst und gehen mit der Suche ein Risiko ein. Der größte Teil der Verschwundenen sind Männer. Doch es sind Mütter, Töchter und Schwestern, die nach ihnen suchen und sich deshalb in solche Gebiete begeben. Die ganze Thematik der Gerechtigkeit und des Suchens prägt Frauen. Nicht nur in Mexiko ist das so, sondern auch in Mittelamerika.

Haben auch Sie persönlich Schwierigkeiten?

Gegen mich und zwei weitere Frauen ermittelt die Generalstaatsanwaltschaft seit 2016 – wegen organisierter Kriminalität und Entführung. Mit mir beschuldigt werden die Journalistin Marcela Turati und Mercedes Doretti, Mitglied des argentinischen Teams für forensische Anthropologie. Die Generalanwaltschaft leitete diese illegale Untersuchung gegen uns ein und nutzte dazu das härteste Gesetz Mexikos: das Gesetz zur organisierten Kriminalität. Es ermöglichte ihnen, für mindestens anderthalb Jahre auf unsere Telefondaten zuzugreifen. Die Ermittlungen sind noch nicht abgeschlossen. Wir haben den Fall bei der Abteilung für interne Angelegenheiten der Generalstaatsanwaltschaft angezeigt und bei der Nationalen Menschenrechtskommission Beschwerde eingelegt. Es ist ein schwieriger Weg für uns. Das ist es für jedes Opfer, das in Mexiko vor Gericht steht.

Welchen Wert hat die Arbeit anderer ziviler Organisationen, Journalist*innen und Akademiker*innen, die bei Untersuchungen zu Verschwundenen ebenfalls eine Rolle spielen?

Glücklicherweise haben auch wissenschaftliche Einrichtungen begonnen, sich mit diesem Thema zu befassen. In einem Land, in dem mehr als 100.000 Menschen verschwunden sind, sollte die gesamte Gesellschaft einbezogen werden. Die Einrichtungen begleiten Ermittlungen gegen kriminelle Netzwerke. Sie helfen uns beim Dokumentieren und auch dabei, Statistiken zu verstehen und Berichte zu erstellen. Aber wir würden uns wünschen, dass sie noch stärker einbezogen werden. Es gibt noch viel zu tun. Es geht darum, die mexikanische Gesellschaft weiter zu sensibilisieren. Darum, dass wir solidarisch sind – auch dann, wenn wir selbst noch nicht betroffen sind. Denn andere Menschen sind betroffen.

Der Journalismus hat verbreitet, was passiert. Das war ausschlaggebend. Journalist*innen haben mit ihren Berichten die fehlenden Informationen und die fehlenden Untersuchungen der Regierung etwas kompensiert. Sie geben den Opfern eine Stimme. Das ist sehr wichtig. Zudem versuchen sie zu erklären, was genau passiert. Sie haben es geschafft, dieses Problem sehr menschlich zu betrachten. Etwa, indem sie die Geschichten von Müttern und Familien er- zählen. Oder indem sie von den Hindernissen berichten, die Familien bei der Suche nach den Verschwundenen überwinden müssen. Der Journalismus ist eine der mutigsten Stimmen, die wir in Mexiko haben.

Wie messen Sie den Erfolg Ihrer Arbeit in diesem schwierigen Umfeld?

Die Verschwundenen zu finden, wäre der größte Erfolg. Lebend. Oder, falls nicht, „zumindest ihre Überreste“, wie die Familien es sagen. Ein Erfolg wäre auch, wenn Menschen verurteilt würden für das, was in Mexiko geschehen ist. Wir messen den Erfolg vor allem an der Stärke der Familien. In dem täglichen Kampf, den sie austragen, obwohl sie so viele wirtschaftliche und andere Schwierigkeiten haben. Sie treten vereint auf: um die öffentliche Ordnung des Landes zu verändern, um die Verschwundenen zu finden, um neue Strategien für die Suche und die Gerechtigkeit zu entwickeln. Manche Situationen, die anfangs schmerzhaft sind, enden in gewisser Weise als Erfolg. Wenn es uns gelingt, einige Überreste zu identifizieren, macht uns das traurig, aber es macht uns auch glücklich. Denn es ist eine Antwort, zumindest für diese eine Familie. Sie kann dann mit diesem Kapitel abschließen, mit dieser offe- nen Folter. 2013 gelang es uns, die Generalstaatsanwaltschaft dazu zu bringen, eine Vereinbarung zu unterzeichnen, um die Überreste von drei Massakern an Migrant*innen zu identifizieren.

Wie ist Ihnen das gelungen?

Das schafften wir mit Hilfe des argentinischen Teams für forensische Anthropologie, elf Organisationen aus der Region und Familienkomitees. Das war für uns ein Erfolg. Denn damals war Mexiko noch dabei, sein gesamtes forensisches System umzustrukturieren. Es ist uns auch gelungen, die Regierung dazu zu bewegen, mexikanische Botschaften und Konsulate für Betroffene zu öffnen. Dort können Familien nun die Suche nach ihren Angehörigen beantragen und Anzeigen erstatten. Das ist wichtig. Denn Mexiko muss sich an die Opfer wenden. Die Opfer sollten nicht zusehen müssen, wie sie hierherkommen, um Anzeige zu erstatten. Letztes Jahr ist es uns gelungen, einen nationalen Suchmechanismus einzurichten. Er kann alle Informationen über vermisste Migrant*Innen aus Zentralamerika mit Informationen aus den Vereinigten Staaten und Mexiko zusammenführen. Damit versuchen wir dann, Suchmuster auf regionaler Ebene zu erkennen. Das machen wir gemeinsam mit der Nationalen Suchkommission, einem Runden Tisch für Migrant*innen.

Frau Delgadillo, warum ist es so wichtig, Informationen über diesen Kampf zu verbreiten, um die internationale Solidarität zu stärken?

Eine erste Botschaft ist: Menschen verschwinden zu lassen ist ein Verbrechen gegen die Menschlichkeit – auch dann, wenn es nicht in unserer Nähe passiert. Dieses Thema betrifft uns alle, denn seine Auswirkungen sind äußerst schwerwiegend. Deshalb ist Solidarität immer notwendig. Sie ist vor allem für die Familien notwendig, aber auch für alle Journalist*innen und Verteidiger*innen, die in diesem Bereich arbeiten. Dass in der Berichterstattung auch Familien zu Wort kommen, ist immer wichtig. Denn sie sind diejenigen, die mit allen möglichen Hindernissen konfrontiert sind. Für uns sind sie die Hauptakteur*innen. Diejenigen, die uns Wege öffnen: bei der Suche, der Gerechtigkeit und der Wiedergutmachung in unserem Land.

VÖGEL AUF DER SUCHE

© Primo Filmes

Matias Marianis Filmdebüt Cidade Pássaro (englischer Titel: Shine your eyes) ist in doppelter Hinsicht kein typischer Film aus Brasilien. Zum einen zeigt er das Land, genauer die Stadt São Paulo, dezidiert aus der Perspektive eines Einwanderers, was im brasilianischen Kino eher die Ausnahme ist. Zum anderen erzählt der Regisseur eine so universelle Geschichte, dass sie leicht auch in anderen Städten der Welt angesiedelt sein könnte.

Amadi, ein afrikanischer Musiker, kommt in die größte Stadt Südamerikas, um seinen Bruder Ikenna zu suchen, der vor Jahren dorthin auswanderte und seit einiger Zeit unauffindbar ist. Zuhause in Nigeria wartet die Familie sehnsüchtig auf ihn. Vor allem seine Mutter hat hohe Erwartungen – als Erstgeborener soll Ikenna traditionsgemäß nach dem Tod seines Vaters Familienoberhaupt werden. In einer Aufnahme, die Amadi sich immer wieder anhört, spricht die Mutter per Telefon mit ihrem geliebten Ikenna und erklärt ihm, dass er zurückkommen müsse, weil niemand anderes seinen Platz einnehmen könne, auch Amadi nicht.

Hin- und hergerissen zwischen der Besorgnis und der Liebe zu seinem Bruder einerseits sowie geschwisterlicher Eifersucht andererseits, findet Amadi in einer schnitzeljagdartigen Spurensuche nach und nach immer mehr über das Leben seines Bruders heraus. Es beginnt ernüchternd: die Hochschule, an der er als Professor arbeiten soll, existiert gar nicht. Auch sein angebliches Haus, vom dem er seiner Familie Fotos schickte, stellt sich als Fassade heraus. Von seiner Familie hat er niemandem erzählt. Sein tatsächliches Leben bleibt lange rätselhaft: Wovor und warum ist Ikenna geflohen? Die Informationen, die Amadi zum Teil nur dank glücklicher Zufälle zusammentragen kann, folgen einem roten Faden: die Bemühungen Ikennas, sich mittels Musik, Physik und Zufallsforschung – etwa anhand von Pferdewetten – einen Reim auf für ihn grundlegende Fragen zu machen.

Dass dies einiges nicht nur mit Ikennas Verschwinden, sondern auch mit ihm und seiner Familie zu tun hat, ahnt Amadi zunächst nicht. Gleichzeitig muss er sich selbst zurechtfinden, denn Sprache und Land sind ihm fremd. Dies zeigt der Film auf einfühlsame Weise. Während Amadi anfangs so bald wie möglich seinen Auftrag erfüllen möchte, um nach Nigeria zurückkehren zu können, findet er mit der Zeit Gefallen am Leben in São Paulo. Auf diesem Weg helfen ihm verschiedene Menschen wie sein Onkel, bei dem er wohnen kann, ein Bekannter Ikennas, der Sohn eines ungarischen Einwanderers, und Emília, Ikennas brasilianische Ex-Geliebte, die Amadi schließlich Geborgenheit in der Fremde gibt. Die Orte, an die er dabei kommt, stehen stellvertretend für mögliche Stationen von neu Angekommenen: ein von afrikanischen Migrant*innen frequentiertes Einkaufszentrum, eine Herberge für Migrant*innen, ein besetztes Haus oder eine Dachterrasse, auf der man einfach nur gemeinsam Musik macht und sich entspannt.

Bevor es am Ende zur Auflösung der Fragen um Ikennas Verschwinden kommt, findet ein Perspektivwechsel statt: Der Blick eines Rätselnden weicht bei Amadi – und mit ihm den Zuschauer*innen – dem eines Verstehenden, im Hinblick auf Ikenna im Besonderen und die neue Umgebung im Allgemeinen.

Cidade Pássaro ist ein Film über die Suche nach sich selbst. Die Lebenswirklichkeit und Kultur einer Migrant*innen-Community – hier der nigerianischen Igbo – im Spannungsfeld einerseits des Umgangs mit positiven und negativen Seiten von Tradition und andererseits der Suche nach einer neuen Identität ist dafür ein passendes Umfeld. Die große, anonyme, chaotische Metropole São Paulo mit ihren Betonlandschaften ist dafür eine geeignete Bühne, wenn nicht gar eine weitere Hauptdarstellerin. Und die titelgebenden Vögel – immer wieder in Details wie einem Kinderlied oder einem Fenster präsent – ein schönes Motiv.

(ÜBER-)LEBEN IM TRANSIT BEREICH

In der Debatte über Migration in Lateinamerika liegt der Fokus oft auf Mexiko und der Situation mexikanischer Migrant*innen auf ihrem Weg in die USA. Im vorliegenden Band hingegen wird Mexiko als Transitraum, als Durchgangsstation für Migrant*innen aus mittelamerikanischen Ländern wie Guatemala, Honduras und El Salvador analysiert. Der Sammelband bündelt Aufsätze, in denen unterschiedliche Aspekte der Migration in und durch Mexiko genauer beschrie­ben werden und beleuchtet die Faktoren, die zur Migration führen, Gefahren, denen Trans­­­­­migrant*innen auf ihrem Weg durch Mexiko ausgesetzt sind, aber auch Perspektiven, die manche Menschen unverhofft dort finden.

Der Band ist als Produkt eines Lehrforschungsprojekts der Universitäten Münster und Kassel in Zusammenarbeit mexikanischer und deutscher Autor*innen entstanden und in vier Themenbereiche gegliedert. Im ersten Teil geht es um die strukturellen Gegebenheiten, politischen Entscheidungen und Akteur*innen, die Mexiko zum Transitraum werden lassen. Vor diesem Hintergrund lassen sich die im zweiten Teil geschilderten persönlichen Erfahrungen einiger Migrant*­innen besser einordnen. Im dritten Teil geht es spezifisch um die Grenzräume an der Süd- und Nordgrenze Mexikos. Zuletzt werden Gruppen von Migrant*innen an der Südgrenze näher betrachtet.

Für diese Grausamkeiten wird es niemals zufriedenstellende Antworten geben

Eine Besonderheit des Buches liegt darin, die Betroffenen selbst zu Wort kommen zu lassen und deren eigene „Transit- und Abschiebegeschichten“ abzubilden, wodurch ein vielschichtiges Bild entsteht. Manche entscheiden sich in Mexiko zu bleiben und finden dort ein neues Leben, andere erleiden furchtbare Gewalt. Zudem finden unterschiedliche Formate Eingang in das Buch, wie die Fotos einer Ausstellung über den Weg illegalisierter Migrant*innen gen Norden oder ein Interview mit einem Zentrum für die Begleitung von Migrant*innen. Außerdem werden die Perspektiven unterschiedlicher Gruppen mit ihren jeweiligen Herausforderungen geschildert, beispielsweise aus einer spezifisch weiblichen Sicht oder aus der Erfahrungen Jugendlicher und Indigener heraus.

Die Herausgeber*innen zeigen die Komplexität des Themenfeldes auf, die Wechselwirkungen von Politiken sogenannter Aufnahme- und Entsendeländer in einer globalisierten Welt, in der sich der Transitraum Mexiko nicht ohne den geschichtlichen, politischen und wirtschaftlichen Kontext des gesamten Kontinents verstehen lässt. So wird auf die Bedeutung von Migration in der Politik und die Folgen politischer Entscheidungen für Migrant*innen eingegangen, z.B. mit Fokus auf US-Präsident Trump und seine Politik der Abschottung und Ausweisung. Oder auf das Spannungsfeld Mexikos zwischen der Erfüllung US-amerikanischer Forderungen, bestehender Abhängigkeiten und der erwarteten Solidarität mit den mittelamerikanischen Migrant*innen.

Es werden konkrete Gewalttaten gegen Transmigrant*innen und die Unfähigkeit bzw. Unwilligkeit zur Aufklärung aufseiten der mexikanischen Behörden geschildert. Viele Migrant*innen und ihre Familien werden Opfer der Kartelle, die ihr Geschäft in den letzten Jahren auf Erpressung und Menschenhandel ausgedehnt haben. Außerdem kommt es immer wieder zu Massakern und dem massenhaften Verschwinden-Lassen von Menschen auf ihrem Weg durch Mexiko. Für diese Grausamkeiten wird es niemals zufriedenstellende Antworten geben. Einen Erklärungsansatz sieht Herausgeber Hanns Wienold in dem in Mexiko historisch schwach ausgeprägten Gewaltmonopol des Staates.

Wer mehr über die spezifische Situation Mexikos als Durchgangsstation oder ungeplanten Bleibeort erfahren möchte, findet in TRANSIT Mexiko vielfältige persönliche Geschichten, sowie wissenschaftlich fundierte Analysen zu den politischen Umständen.

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